ENTIERRO
CADÁVER MALOLIENTE DEL BOSCHISMO
El boschismo
tiene como su elemento corromper y contaminar a los pueblos y a las
clases trabajadoras, en particular a la clase obrera además de las
intrigas, los prejuicios, la arrogancia y el bastardo sentimiento del
menosprecio de la gente del pueblo
Temístocles
Montás Domínguez, en vez de presentar una propuesta, una plataforma de
realizaciones factibles de ser llevadas a cabo, erije la mezquina
propuesta de pactar todos contra Leonel Antonio Reyna
El cadáver
maloliente, del que se efectúan tardíamente las exequias fúnebres, que
nadie se preste a engaños, no es sólo de las ambiciones aberradas del
sepulcro blanqueado, el Gánster Murmullo, Dañino Medina, y sus vanas y
pretenciosas intenciones, compartidas por sus carteles delictivos
facinerosos, de continuar depredando al pueblo y al país, y por lo que
buscaron hasta reformar, mezquina y caprichosamente, la Constitución,
sólo para satisfacer esa viciosa meta, a pesar del empantanamiento de
miseria, pobreza y endeudamiento colosal del país y la nación, mucho más
allá de sus posibilidades de pago, montando una maquinaria de
narcotráfico, lavado de activos y
de sicariato, como parte de la instauración del terrorismo de
Estado; junto con
todo esto, el cuerpo del cadáver maloliente, del que se celebran las
exequias mortuorias, abarca mucho, pero mucho más allá, puesto que el
boschismo, y todos los secuaces de éste, han fracasado: concitando en su
contra el repudio de todo el país y la nación con el pueblo dominicano;
y esto ocurre. paradójicamente. aún y cuando, ni el país ni la nación ni
el pueblo estén conscientes de esa avasalladora realidad. Es el colapso,
bancarrota, quiebra y desbarajuste de la farsa del boschismo y su
leproso moral Juan Bo; creación del imperialismo, de la oligarquía y sus
lacras como de sus
privilegios, al igual que de los sectores parasitarios, especuladores,
supersticiosos y oscurantistas; cuyo único afán es mantener en pie,
sobre las espaldas del país y del pueblo dominicanos, su oprobioso
régimen de explotación y opresión; y sobre
tod o de más y más miseria y pobreza sellada
con la argamasa más sólida: ignorancia garrafal y supina; combinada con
las peores miserias humanas: envidias, resentimientos y retorcimientos,
bajas pasiones, ignominias, mentiras, calumnias, concupiscencia; todas
esas lacras, sabandijas y alimañas, de que se compone el boschismo. Su
protagonista mismo, el leproso moral, siempre estuvo más consciente que
nadie de que él no podía ser el creador de ningún pensamiento moralmente
sano ni de naturaleza honesta y honrada; porque él mismo, como leproso
moral, apenas alcanzaba el nivel de una lacra social. Su presentación
y su oferta, como el portador de la renovación moral y social de la
nación y el pueblo dominicanos, cabe decirse que es el núcleo y la
espina dorsal de la conjura del imperialismo yanqui, la CIA, su
Departamento de Estado y la Iglesia Católica-Vaticano, junto con las
perversas confesiones protestantes; consistente en engañar al pueblo y
al país, pintando de honrado al antípoda de la honradez; creándole una
falsa aureola de sabiduría, siendo huérfano de sapiencia real. Su savia
y sustancia no son otra cosa que las taras, reminiscencias repugnantes
de las secuelas de la época de la libre concurrencia y los tiempos de
máximo esplendor del individualismo medieval, renovado y pintarrajeado,
para hacerlo menos aborrecible, por el capitalismo primario y hasta
primitivo de sus momentos pre-monopolistas, escenario de la lucha de
todos contra todos; que no es, como hemos venido repitiendo, sólo una
batalla librada entre las diversas clases sociales, sino que se trata de
una batalla, una guerra salvaje, como si se tratara de estar inmersos en
una salsa, en la que los mismos integrantes de una clase son compelidos
y obligados a enfrentarse a muerte entra sí. Batalla ésta en
la que unos se interponen en el camino de los otros, y cada cual trata
de derribar a su vecino y ocupar su lugar. Son los tiempos
que recuerdan y reproducen, en el escenario social, la vieja lucha por
la supervivencia de las especies en el orden del campo de la naturaleza,
en la que sólo sobreviven los más aptos, en tanto los menos aptos
sucumben y tienen obligatoriamente que desaparecer. La selección y
clasificación de estas actitudes, de índoles casi homicida por
necesidad, es lo que contienen los guiones y libretos que elaboraban y
elaboran la CIA, el imperialismo y sus agencias de lacayos desalmados,
poniéndolos en manos de éstos; para que con ellos, y gracias a esas
primitivas actitudes que conforman el darwinismo social, destinado a
corromper y contaminar a los pueblos y a las clases trabajadoras, en
particular a la clase obrera, para que, empantanados en ese lodazal
de miserias humanas, envidias,
de ambiciones personales demenciales, jamás pudieran alcanzar la
conciencia científica de las causas objetivas y materiales de sus
desgracias y males. El boschismo
tiene, como su elemento, todo eso, más las intrigas, los prejuicios, la
arrogancia y el bastardo sentimiento del menosprecio de la gente del
pueblo; como del privilegio particular de los boschistas de usarlos y
exprimirlos, como si fueran
limones, los cuales, una vez exprimidos, son arrojados como gollejos al
zafacón de la basura. Así como el
Gánster Murmullo, el Dañino Medina, y sus compinches de sus distintos
carteles grupales de sus socios, familiares directos, y de sus
familiares indirectos por ser de la familia Montilla etc., etc.,
dedicados al narcotráfico, al tráfico de influencias, al lavado de
activos y al apuntalamiento de prácticas del hampa, los que, de ese
submundo de alimañas y sabandijas, lanzaron la particular aventura suya,
la de las supuestas candidaturas suyas como alternativa en caso de que
se les pelara el billete de la aventura de la segunda reelección del
capo Murmullo, presentan como rasgo común, entre todos, que ninguno
elabora ni presenta plataforma alguna; todos se definieron como
continuadores de la obra o el desastre de su capo el Gánster Murmullo,
Dañino Medina. Y todavía peor.
Al momento en que naufragan y se van a pique las pretensiones de
modificar la Constitución para dar paso a la segunda reelección
de esta carroña y tripa vacía
del Gánster Murmullo el Dañino Medina, esos rastreros y delincuentes
incorregibles se reunieron, entre contentos, anonadados, y fingiendo
hipócritamente lamentar que el Gánster Murmullo el Dañino Medina
admitiera que no aspiraría a ser candidato para el 2020; y, el ser más
abyecto, y más aberrado como desalmado, y señalado como un maricón a
toda banda, Temístocles Montás, mostrando su falta de decoro y todo
cuanto signifiquen escrúpulos, formula la propuesta que da cuenta
de su orfandad absoluta de una concepción definida y, por lo
tanto, de principios; y, como oportunista, corrupto, ladrón y marica,
del que el chisme y las intrigas son sus elementos, hace la propuesta de
unificarse todos alrededor de un punto: Todos a una contra Leonel
Antonio Reyna y sus planes de volver a la Presidencia de la República. Y, lo peor de
todo, no es que alguien que se jacte de dirigente político,
indudablemente sin ninguna calidad ni nivel que le otorgue dicha
categoría, como es Temístocles Montás Domínguez, en vez de presentar una
propuesta, una plataforma de realizaciones factibles de ser llevadas a
cabo, erija, en lugar de esos requisitos elementales de principio, la
susodicha mezquina propuesta, de pactar todos contra Leonel Antonio
Reyna. Y si todo eso se
considera lo peor, que no tenía otra bajeza y rastrería que la igualara,
se tiene que el conjunto de "caga la traba" del boschismo danilista
proclama que acoge esa miseria humana evacuada por esa sabandija de
Temístocles Montás. Y no es que el
capo di tutti cappi tenga un valor cualitativo diferente a las carroñas
del conjunto de los otros pre-candidatos, sino que, el hecho de que este
conjunto, al parecer, lo acogiera como su divisa de batalla, lo mismo
que diversos especímenes de la fauna de traidores, hechuras del leproso
moral, por espía pagado de la CIA y agente político mercenario del
imperialismo, Juan Bo, y que por igual cerraran filas alrededor de ese
desatino producto de las miserias humanas y la condición de victimas del
chisme y de todo tipo de bajeza, que son su real elemento, no se puede
pasar por alto, ni mucho menos menospreciar, puesto que ese fenómeno da
cuenta de la indigencia ideológica y el rastrerismo politiquero de los
boschistas. Y es que,
efectivamente, como hemos estado insistiendo, el leproso moral fue
exactamente eso y no otra cosa; un filisteo oportunista, repetidor y
defensor de los libretos de la CIA y del imperialismo para atar a las
masas trabajadoras a su atraso e ignorancia; con las que el leproso
moral articulara su supuesta concepción del boschismo, del que hoy se
efectúan, tardíamente, sus exequias mortuorias como un cadáver apestoso
y maloliente.
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