El mequetrefe caricaturista, corecato y mercenario, del narco-lavador Hazoury, de apellido Mercader, aúpa al traidor Mauricio Funes como hacen los Fidelio Despradel Roque y Narciso Isa Conde

Buscan llevar al movimiento revolucionario y popular a tener como sus exponentes políticos electorales a convictos y confesos sujetos sirvientes de la Iglesia Católica-Vaticano y del régimen oligarquía

10-02-2012

 

A raíz de que en El Salvador se anunciara, que Mauricio Funes, supuestamente del aguerrido Frente Farabundo Martí, que había desatado una significativa lucha armada en contra de la dictadura despótica u oligarquía entronizada en el Poder por tiempos inmemorables, había ganado el puesto de Presidente; y, como candidato ganador, había hecho reveladoras declaraciones de su propia catadura de impostor, agente de la CIA y de los grupos de la aristocracia oligárquica salvadoreña; como descansa en nuestros archivos, advertimos que lo de El Salvador, con Funes, era la materialización de una colosal estafa y de un olímpico engaño en contra de la trayectoria popular y revolucionaria del Frente Farabundo Martí, así como en contra de las esperanzas de emancipación social, liberación y democracia del pueblo salvadoreño.

De manera categórica, hicimos la objetiva conclusión, de que Mauricio Funes era un traidor, que había operado como infiltrado en las filas del Frente Farabundo Martí de El Salvador.

En la seudo-izquierda, y real amasijo de agentes oportunistas y de la reacción, como del imperialismo yanqui, pero en particular de la parasitaria y cavernaria retrógrada Iglesia Católica-Vaticano, lo que los lleva a ser una pintoresca falsa izquierda neoliberal, anti-dominicana y clerical, se creyó que era la oportunidad para volver a los viejos tiempos de las acusaciones calumniosas, gratuitas e impunes, en contra de nuestro Partido Comunista de la República Dominicana (PACOREDO), con el sonsonete de dogmáticos; que, en el lenguaje invertido de los oportunistas de la falsa izquierda neoliberal, anti-dominicana y clerical, significa ser marxista-leninista y no transigir ni con el neoliberalismo, ni con el imperialismo yanqui o europeo, ni con la maldita y parasitaria Iglesia Católica-Vaticano y el cristianismo, como opio de la humanidad; así como sectarios, puesto que no nos interesa meternos en el lodazal y pantano pestilente de esa seudo-izquierda y real traidora en todos los frentes y líneas de la revolución dominicana y latinoamericana.

Un mequetrefe caricaturista, corecato y mercenario, del narco-lavador Hazoury, de apellido Mercader, desde Clave Semanal, quiso despotricar, pero al parecer le advirtieron: “¡Cuidado!”. Y recurrió a un vertedero de inmundicias como Rebelión, Aporrea y otros más, para dar su apoyo a Funes; y montar, en nuestra contra, la consabida calumniosa embestida de que el Partido Comunista de la República Dominicana (PACOREDO) es un grupo dogmático y sectario que no cree ni toma en cuenta los matices: “Para el PACOREDO todo es negro o blanco”.

Andando el tiempo, Mauricio Funes cada vez se hunde más en el pantano tenebroso de la entrega al imperialismo, al Fondo Monetario Internacional y a las élites aristocráticas terratenientes y burgueses comerciales neoliberales, apéndices de los monopolios yanquis en El Salvador.

Shafik Handall, que había sido hasta Presidente del llamado Partido Comunista de El Salvador, que el oportunismo y el revisionismo, bajo sus nefastas modalidades de castro-guevarismo-debraísmo, terminó por disolver; y que, ese Handall, había pasado a ser el Presidente del Frente Revolucionario Farabundo Martí, al que, a su vez, le habían hecho un colosal fraude para imponer la reelección del candidato de Arena en esas elecciones, y que era, además, un prominente socialcristiano, igual que el fascista Napoleón Duarte; un día, de buenas a primeras, amaneció muerto, poco después de una visita a la Venezuela de Chávez; donde lo vimos angustiado, declarando que habían fuerzas extrañas, haciendo alusión a corrientes internas del Frente Revolucionario Farabundo Martí, que no le permitían ganar y que ocultamente pactaban con el enemigo.

Es, tras la muerte de Shafik Handall, de ascendencia siria-libanesa-árabe, que obtiene Mauricio Funes la candidatura por el Frente Revolucionario Farabundo Martí, habiendo sido corresponsal de la agencia de la CIA, igual que Andrés Izarra, el de Chavez, de CNN, así como trabajado como miembro de las élites oligárquicas salvadoreñas en la rama del periodismo comercial o amarillo.

Se reconocía que Mauricio Funes era, por igual, un hombre de las altas instancias de la Iglesia Católica-Vaticano en su aplicación Conferencia Episcopal Católica de El Salvador, en la actualidad.

Así podemos afirmar que, con Mauricio Funes, y gracias a la falta de una clara definición del movimiento revolucionario y popular de izquierda, alrededor de hombres probados en largos años de lucha abnegada y firme, a favor del socialismo marxista-leninista y proletario, no de ningún otro, se dio inicio al funesismo; que viene a ser la maniobra mediante la cual los francotiradores y espías de la CIA, como por igual agentes políticos del imperialismo y de la Iglesia Católica-Vaticano, embarcan al movimiento revolucionario y popular a abjurar de su adhesión al marxismo-leninismo y a optar por ser algo así como “marxistas”, pero a ocultas, para que el enemigo no lo sepa.

Y, bajo esta coartada y falso terreno pantanoso, llevar al movimiento revolucionario y popular a tener como sus exponentes políticos electorales a convictos y confesos sujetos sirvientes de la Iglesia Católica-Vaticano y del régimen oligarquía, que esta Iglesia Católica-Vaticano monta en su maridaje con el imperialismo, que es lo que hacen tanto Fidelio Despradel Roque y Narciso Isa Conde, como ese carajete insignificante Juan Gómez, como Rafael Chaljub Mejía, cuando erigen, como sus líderes electorales, y por lo tanto políticos, a agentes y espías de la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID)-Iglesia Católica-Vaticano, del pelaje de Guillermo Moreno, o un Serulle.

Ayer fue el castrismo, el guevarismo, el foquismo, el anarquismo, contra el colonialismo ideológico del marxismo-leninismo. Ahora es el funesismo.

 

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