EXALTAN EL FRACASO DE LA FARSA INSURRECCIONAL DEL ´63 BAJO LA RAIDA BANDERA DE LA SUPUESTA VALENTIA DE LOS AVENTUREROS QUE PROTAGONIZARON AQUELLO

Cuando en realidad tener cojones, como se sabe, es no tener sentido común y no diferenciar lo real de lo alucinado, que es el caso de ser estúpido

21-12-2018

 

Nostálgicos de los desaparecidos grupos anarco-terroristas y aventureros, que pretendieron configurar una empírica teoría (que es lo mismo que los cuadros redondos del leproso moral Juan Bosch), para dar sustentación de plataforma, de sus insensatos empeños en detener las ruedas de la historia, si no desviarla de su inexorable curso dispuesto por la dinámica interna de las leyes que rigen los procesos histórico-sociales, como de las mismas revoluciones en que, inevitablemente, culminan dichos procesos históricos, económico-sociales y sobre todo políticos, se conjuran para conmemorar otro aniversario más, a cumplirse el 23 de diciembre, del más rotundo fracaso que descabezó al ambivalente y contradictorio 14 de Junio; muriendo fusilado Manolo Tavares Justo, tras una tragicómica entrega a las Fuerzas Armadas contrarrevolucionarias, sirvientes del imperialismo yanqui y la CIA, como de la Iglesia Católica-Vaticano y el oscurantismo cavernario del cristianismo romano; cuya confesión religiosa es aún, como antes, la cabecilla del Estado Mayor del régimen oligarquía de explotación, opresión y oprobio nacional.

Y, al efecto, en la letrina periodística del mercenarismo y de la peor prostitución espiritual y material “Hoy”, vimos que esos conjurados, a iniciativa del desacreditado, y saco de inmundicias que se sigue llamando MPD, del que cuando menos hay dos o tres grupejos que reivindican la representación de ese adefesio oportunista y anarquista, baluarte del parapolicialismo provocador y anticomunista; que tan perfectamente y con tanta exactitud encarna las veleidades, paradójicas y contradictorias, del lumpen, como desecho antisocial, llaman a conmemorar la valentía de quienes incurrieron en la aventura, que culminó en la pérdida de la vida, tanto del propiciador de dicho desafortunado intento de demostrar la invalidez de la teoría revolucionaria, recogida y sintetizada en el materialismo histórico, como parte fundamental de la concepción ideológica del marxismo-leninismo, que es la teoría y síntesis de la práctica de la clase obrera.

Junto a Manolo Tavares Justo fueron muertos decenas de miembros del 14 de Junio, como en efecto se había vaticinado de antemano; pues no se trató de una verdadera insurrección revolucionaria armada; que se supone la llevan a cabo las masas populares y trabajadoras en armas, a la cabeza del resto de la población.

La bandera de la conmemoración de ese equivocado hecho, según sus auspiciadores, es en enaltecimiento de la valentía de quienes orquestaron aquello.

Al enterarnos del motivo esgrimido al respecto; esto es, de la valentía de los integrantes de aquella fracasada intentona armada, necesariamente nos llevó al dilema de si, en verdad, el suicida es un valiente, y su toma de tan irresponsable camino cabe ser definido o catalogado de actitud valiente; o, por el contrario, de cobardía y con mucho, o más aún, de irresponsabilidad. La falta de previsión de las consecuencias de los actos que se asumen en la actividad política, social y revolucionaria, descartamos encubrirla con el calificativo de valiente; con ese alegre juicio se está premiando, enalteciendo y estimulando el cultivo y la nociva práctica que hizo de matriz de ese suicidio político; evidentemente en justificación de la total orfandad ideológica, y rechazo, desconocimiento y burla, arrogante y prepotente, como irresponsable alternativa falsa, respecto a la validez e irrefutabilidad de la doctrina que sistematiza y, lógicamente explica, la dinámica de los procesos histórico y de las revoluciones, que es parte sustancial del marxismo-leninismo, o sea, de la doctrina del socialismo científico o comunismo.

Un hecho como aquél no cabe abordarlo por el estrecho, y discutible aspecto, de la supuesta valentía de los participantes en ese festinado intento insurreccional fallido.

Lo más irónico, y la gran paradoja de todo aquello, se puede palpar en que su meta,  justificación y amparo sería: regresar al Poder a un convicto y confeso leproso moral, por espía pagado de la CIA y agente político mercenario a sueldo del gobierno norteamericano, que es Juan Bosch. Y para ello, los insurrectos incursionistas se hicieron boschistas. Obviamente, y restándole la inobjetable enseñanza de los procesos y acontecimiento en que, tanto Juan Bosch como su grupo, considerados la legión anticomunista al servicio directo de la CIA, y que habían encabezado la más terrible carnicería contrarrevolucionaria, por ejemplo, en Venezuela, donde el imperialismo norteamericano y la CIA ensayaron y experimentaron todos los métodos del terrorismo de Estado, de las torturas, de las desapariciones, que fuera encabezado por el procónsul del imperialismo norteamericano, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Carlos Andrés Pérez y todos los que fueron gobiernos del Pacto de Punto Fijo; que fueron éstos de los socialdemócratas apadrinadores, tanto de los perros de Bosch, Oguí Pié, alias Peña Gómez, el narcómano y CIA, el bastardo Miguel Vargas Maldonado, como de los leprosos morales y cancerberos, abanderados de la corrupción como del terrorismo de Estado y el crimen parapolicial y paramilitar, pero, por sobre todo, del entreguismo y el lacayismo servil, de fidelidad perruna, por incondicional ante el imperialismo y su continuas agresiones y pisoteo de la soberanía nacional y de la autodeterminación del pueblo dominicano, como de la independencia nacional, erigiéndose en los principales gestores y promotores de la destrucción del Estado Nacional quisqueyano o de la República Dominicana.

Porque es algo ineludible y que jamás se puede pretender callar, que Manolo Tavares Justo había pactado desde su encarcelación, tras la muerte del tirano sanguinario Trujillo, con esa pandilla de los socialdemócratas latinoamericanos que, como hemos dicho, asumieron e hicieron suya la causa y la bandera antinacional, entreguista y del terrorismo criminal contra los movimientos democráticos, populares, socialistas y revolucionarios que, antes del 1959-60, se enfrentaban a regímenes oligarquía de los grupos oligárquicos de explotadores y opresores que ya y siempre han contado con el respaldo y el apoyo, además, de la acción dirigente de la Iglesia Católica-Vaticano, que es el componente principal del Estado Mayor de los grupos retrógrados y reaccionarios.

Indudablemente que los acontecimientos posteriores a la fracasada y natimuerta, fallida insurrección del 14 de Junio del ‘63, lo mismo que las aventuras similares de mucho menos envergadura y alcance en sus metas, como es el caso del MPD, tanto de la actividad política propiamente dicha, como podría decirse directamente política, así como las actividades reivindicativas en los órdenes económico-sociales y de los reclamos alrededor de los derechos democráticos, adquirieron una magnitud inusitada y sorprendente, que marcaron un contraste único y que no se puede ni se debe pretender ignorar en sus magnitudes; sobre todo por el hecho comprobado de que salvos grupitos aislados y sin ninguna repercusión de alcance nacional, se produjeron tras el Golpe de Estado al gobierno adocenado y dócil antes las cavernas reaccionarias del leproso moral Juan Bosch.

Por ahí hay unos genios de zafacones, cuyos protagonistas son carroñas, o sea, sujetos podridos cuyas carnes ni los perros, que como es sabido, son carnívoros carniceros, osan alimentarse comiéndoselos por cuanto sus instintos animales y de supervivencia les advierten que si los engullen son muertos seguros; como es el caso del comprobado agente doble, tipo Mata Hari, Fidelio Despradel, junto con viles sabandijas, como Nelson Ceballos, Arnulfo Reyes, etc., que en su recalcitrante estupidez y obcecación anti-marxista y anti-leninista y, por lo tanto, de ultra-reaccionarios anticomunistas, que osaron afirmar que lo de noviembre del ‘63 del grupo de gallos locos y aventureros impensantes del 14 de Junio, y en particular del egotista Manuel Tavares Justo, no fue un fracaso militar ni político, puesto que tras el desenlace y resultado concreto, que evaden evaluar y pasarle balance y raya, se produjeron grandes luchas, como las hemos descrito aquí en líneas generales, y que esos movimientos fueron resultados directos del sainete insurreccional del ‘63 y su fracaso con el trágico balance.

Esas elucubraciones vienen a corroborar la total validez de nuestra acusación de que, además de aventureros anarquistas, eran irresponsables inveterados y verdaderos charlatanes con los que ni se pueden tratar asuntos serios.

Porque la relación que pudo haber existido entre aquellos movimientos y el fallido aventurerismo del ’63, made in 14 de Junio-Manolo Tavares-pandilla del agente de la CIA, Fidelio Despradel y comparsa, eran esas relaciones en aspectos sumamente externos, pero que no estaban íntimamente relacionados. Y tomar los remotos nexos externos, entre el episodio del fracaso de la farsa insurreccional del ’63, y las luchas que se desplegaron en todo el curso del ‘64, hasta culminar en la Guerra de Abril del ‘65 y los años posteriores, como si fuesen relaciones íntimas e internamente relacionadas de modo indisoluble, sólo vuelve a corroborar que son efectivamente agentes reaccionarios y jesuitas, irresponsablemente charlatanes en escala mayor.

Que es en lo mismo en que incurren estos vándalos de los emepedazos, que llaman a rendir culto y conmemorar los cojones de infelices aventureros, que Manolo Tavares y Fidelio Despradel condujeron al camino de la muerte prematura e improductiva. Porque en última instancia, lo de tener cojones como rasgo de arrojo y decisión, se toma como sinónimo de valentía; pero por igual, tener cojones, como se sabe, es no tener sentido común y no diferenciar lo real de lo alucinado; que es el caso de ser estúpido.

 

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