Las denuncias que hace Leonel Antonio Reyna pueden ser, y muchas
son, verdades
Pero sucede, que esos males e inconductas que caracterizan al
actual gobierno del Dañino Medina, fueron elaborados y puestos en
marcha, como un factor de muerte y aplastamiento de la gente y de la
Nación, por el mismo que se cimbrea llamándose Leonel Antonio Reyna A ESO SE LLAMA ESCUPIR PARA ARRIBA
Leonel Antonio Reyna está contagiado de un mal hábito que las buenas
costumbres sanitarias y, sobre todo, en medio de la pandemia con que se
inaugura esta era del Covid-19 se diagnostica como letal y de extrema
contagiosidad, por lo que es prudente estar advertido y rechazarlo para
curarse en salud.
Ese mal hábito es el que se designa bajo la advertencia de que: si se
escupe para arriba, la saliva o el esputo le cae en el rostro a quien lo
hace.
Y resulta que todos los males y patrocinios de las conductas,
comprobadamente nocivas para la sociedad y el pueblo, del gobierno
actual del Pálido Pelegato Boschista-PLD que lidera su antiguo escudero,
el Dañino Medina, huérfano de la ingenuidad pueril y de la entereza
moral de que hace gala Sancho Panza para con Don Quijote, de cuya
grandeza idealista y justiciera es huérfano, por su parte, de pies a
cabeza, Leonel Antonio Reyna, por lo que es claro que nuestra
comparación, como acontece con todas las comparaciones, también cojea.
No obstante, es un hecho real e irrefutable que todos esos males e
inconductas, adversas al país y al pueblo, que caracterizan al actual
gobierno, fueron concebidas, elaboradas, institucionalizadas y puestas
en marcha como un factor de muerte y aplastamiento de la gente y de la
Nación por el mismo que se cimbrea llamándose Leonel Antonio Reyna, y
Fernández, de ñapa.
Por ello, cuando éste, en sus poses actuales las denuncia, las condena y
las rechaza; aún y cuando lo hace con apego a la razón, está, como se
dice, en la sabia máxima de que no es bueno, saludable ni correcto
escupir para arriba.
Es por ello que se hace cuesta arriba, e imposible de tener moral y
respeto por sí mismo, y a la vez respaldar, lo que, con aire
indudablemente demagógico y contrario a toda ética, denuncia Leonel
Antonio Reyna. Pueden ser, y muchas son, verdades, pero Leonel Antonio
Reyna no tiene credibilidad ya que es un huérfano ético-moral.
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