La pandemia recrudece la validez absoluta de la ley de que toda
la Nación, la sociedad y el Estado nacional descansan en el cuerpo de
espaldas maciladas y sudorosas de los trabajadores Los fondos de pensiones son producidos totalmente por ese monstruo deforme hediondo a inmundicias y azufre al que llaman Calibán, que no es otro que el pueblo trabajador, al que desprecian tanto, del campo, las ciudades y los arrabales 25-05-2020
Hay ejemplo de perspicacia y capacidad de abstracción de la verdad, que
subyace en el fondo de las situaciones y los fenómenos concretos, y
serie o cadena de éstos, en lo que sostiene Luis Montás, como dirigente
de nuestro Partido Comunista de la República Dominicana (PACOREDO):
La pandemia recrudece la validez absoluta de la ley de que toda la
Nación, la sociedad y el Estado nacional descansan en las espaldas y el
cuerpo de espaldas maciladas y sudorosas de los trabajadores.
Que el CONEP, la AIRD, los empresarios de Herrera, que las asociaciones
de zonas francas, que las corporaciones financieras bancarias, que los
estafadores de las rifas y los juegos de azar, que los grupos de los
parásitos de la Iglesia Católica-Vaticano y de las confesiones
evangélicas, que los de las pymes, que los de Asonahores, que los grupos
y asociaciones de comerciantes mayoristas y no mayoristas, son
empresarios y exponentes de los emprendedores.
Pero, ¿por qué medran, parasitando, en torno y apegados, con sus
ventosas de sanguijuelas y tentáculos de pulpos, a los fondos de
pensiones, llegando al descaro de admitir así lo que siempre han querido
negar: de que esos fondos son producidos totalmente, de pies a cabeza,
por ese monstruo deforme hediondo a inmundicias y azufre, como dicen que
ocurre con Satanás, y al que los verdaderos intelectuales y artistas de
la burguesía, la última clase parasitaria e improductiva de la historia
de la sociedad, llaman Calibán; que no es otro que el pueblo trabajador,
al que desprecian tanto, del campo, las ciudades y los arrabales?
O bien, que demuestren que esos fondos de pensiones no son enteramente
patrimonio del pueblo, al que se le prohíbe tener acceso a los mismos.
Es que se trata de otra forma tanto de la burguesía apropiarse de la
plusvalía como de su incremento descomunal.
Ese es el gran engaño del capitalismo popular, o neoliberalismo
globalizado.
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