Los del Perrodé, tanto en el Congreso, en el ámbito nacional como fuera de él, sólo hacen aguajes politiqueros, pero acceden y pactan con el gobierno para caerle arriba juntos y por separado al pueblo y al país

 

Si algo está cada día más claro, con cada vez mayor cantidad de ejemplos que lo ilustran, es que tanto los senadores del Perrodé-pepegatos, como las sabandijas reformistas de cualesquiera de sus innumerables bandas, pero por sobre todo los del Perrodé, que se jactan de ser oposición, sólo saben hacer aguajes con lo de que: “No le aprobaremos esto o aquello al gobierno de Leonel Fernández y del PLD” para, al doblar de la esquina, encontrarlos levantando una mano para aprobar lo que decían que rechazarían, mientras que con la otra reciben una partida del gran soborno que, como institución de la corrupción y el envilecimiento de la sociedad, emana del Poder Ejecutivo, o sea, del gobierno que preside el comprobado lacayo genuflexo anti-dominicano y padrino de la corrupción, Leonel Antonio Fernández Reyna.

Se recordará que, decían esos legisladores, tanto diputados como senadores del Perrodé, lo que, a su vez, repetían los mismos congresistas del corrup-partido de sabandijas del extinto tirano alimaña Joaquín Balaguer: “No aprobaremos el Tratado de Libre Comercio si antes el gobierno no presenta las medidas compensatorias para los sectores productivos del país” que serán afectados hasta la desaparición, por parte de las consecuencias que acarrearán las medidas contenidas en dicho Tratado de Libre Comercio, que sólo terminará beneficiando leoninamente a los Estados Unidos y a sus monopolios, pues, tal y como proclamara en visita al país el ex–Presidente centroamericano (guatemalteco) Vinicio Cerezo, si no fuera así y no tuviera ese carácter perjudicial para Centroamérica y la República Dominicana, el gobierno de George W. Bush y sus funcionarios jamás lo hubieren promovido ni mucho menos propiciado para que fuera respaldado y aprobado por el Senado norteamericano.

Bastó y sobró que el procónsul imperial norteamericano, el despatriado boricua Hans Hertell, dispusiera hacerse presente, en forma intimidatoria de amo, ante sus recuas de genuflexos lacayos serviles del Senado y la Cámara de Diputados, para que, casi a unanimidad, salvo, no sabemos si honrosas o por otro mercenarismo, o demagógicas excepciones, ambas Cámaras acogieran el Tratado de Libre Comercio, perjudicial, más que 10 terremotos juntos con otros tantos tsunamis, para la República Dominicana, en forma sólo calificable de canalla e infame, para acercarnos un poco al estado general de vileza que impera en ambos hemiciclos dizque legislativos.

Debe mencionarse lo grandemente satisfechos y con qué sonrisas de esclavos felices, por creer, y no sin fundamento, haber complacido al representante de los amos, se mostraron ante el país aquellos politiqueros y farfulleros, cuando Hans Hertell declarara respectivamente: “Mucho contento yo estar por la aprobación del TLC”, primero con lo del Senado y luego con el hemiciclo de diputados del mercado público que, irónicamente, se designa como Congreso Nacional dominicano.

Ahora están montando los perrodeístas la misma farsa con lo de la aprobación del nuevo paquetazo fiscal enviado por la mafia gubernamental a ser legalizado por ese mercado público, donde se envilece y escarnece a la nación dominicana, al tiempo que se crean y dan formas a las nuevas estructuras para descuartizar a los dominicanos, cuyos despojos serán echados, gracias al Perrodé y a sus legisladores, como carne a los tiburones para satisfacer las ansias explotadoras de los monopolios estadounidenses y del imperialismo en general.

Es que los legisladores y todos los dirigentes del Perrodé están tan asqueroseados en lo más profundo de su alma que poseen menos escrúpulos que las peores prostitutas que ejercen esa profesión por puro amor al arte.

 

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