En actuales condiciones es paradójico
todo aumento inversión estatal en área educativa

Sólo reporta mayores ganancias parásitos Iglesia Católica-Vaticano y retraso educación pública
 

No nos resulta nada extraño ni nos causa la más mínima sorpresa que la Conferencia de los peores parásitos, que son los obispos católicos-vaticanos, demanden una mayor asignación presupuestaria y una mayor inversión del Estado para la educación, entiéndase para sus centros y medios de educación privados y exclusivos, con los que han desplazado, anulado y sustituido a la educación y enseñanza públicas y gratuitas de carácter estatal, una vez que, por su conspiración, tanto la educación como todas las actividades de la llamada inversión en las áreas sociales por parte del Estado, han corrido la misma desgracia, para beneficio de los capitalistas nativos y extranjeros, y sobre todo para la Iglesia Católica-Vaticano.

Esta Iglesia Católica-Vaticano (en tanto los evangélicos se mueren de envidia, pues su mezquindad rastrera los lleva a aspirar al parasitismo antinacional y antisocial) es contrapuesta a la sociedad y a lo social, pero gusta vivir de la sociedad de los hombres seculares; no produce ni crea riquezas, pero es tan desmesuradamente ambiciosa que todas sus actividades tienen por fin acumular riquezas y usufructuarlas; así como negando las leyes de la naturaleza, les prohíbe a los curas y monjas casarse y procrear, para que se conviertan en depravados y degenerados hipócritas, prostitutas y prostitutos, homosexuales y lesbianas, si no incontinentes en las actividades sexuales, y a la vez quieren erigirse en mentores de las familias, y sobre todo, tener a su siniestro alcance a los niños y niñas, hijos de éstas.

Y no debe extrañar a nadie, como no nos sorprende a nosotros tampoco, que esos parásitos jerarquizados del oscurantismo y del engaño, que son los obispos católicos, hagan, a dos meses de las elecciones congresionales y municipales, ese reclamo, que no es otra cosa, en boca y desde la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica-Vaticano (que preside el impune Benito de la Rosa Carpio, quien si aquí hubiese justicia y Estado de Derecho, con leyes iguales para todos, estaría condenado a la pena máxima por abusos y violación de niños y niñas), que un vulgar chantaje y una grotesca extorsión sobre los corruptos partidos del sistema, puesto que su reclamo es, como se ha visto y comprobado, para que estos tres corruptos partidos, desde el gobernante de los perversos pálidos pelegatos hasta los perrodés pepegatos y las sabandijas reformistas que se dicen dueños del partido del tirano alimaña, del Partido Reformista Social Cristiano, prostituido peor que una mariposita o un mariposito de la Duarte (¿verdad Joaquín Ricardo o el sidoso en etapa final Ramón Pérez Martínez -Macorís-?), accedan a aceptarle el reclamo éste de mayores fondos para la Iglesia Católica-Vaticano, bajo el ropaje de mayor inversión para la educación, ya que ellos son los dueños, como hemos dicho, de la educación secuestrada y usurpada y que, en efecto, se comprometan a dárselo, tal y como se han apresurado a hacerlo, en un coro que en este caso sería como un trío: el Pálido-Pelegato, el Perrodé-Pepegato y las sabandijas del partido del tirano alimaña.

Por estas razones nuestro Partido Comunista de la República Dominicana (PACOREDO) rechaza tanto lo del llamado pacto social, como que éste tenga por objetivo trasegar más cuartos para la educación, hasta tanto ésta no sea liberada y emancipada del yugo fatídico de la voracidad y la ambición desfondadas de los obispos católicos y del Vaticano.

Colet, que era el canónigo católico que presidía el cabildo de la principal Catedral de Inglaterra antes de la Reforma que decretara el Rey Enrique VIII en Inglaterra, hacía, en la aurora de aquella reforma que terminara creando la Iglesia Anglicana, una colorida descripción de los rasgos de los sacerdotes de su Iglesia, y en la Asamblea, con motivo del día de su San Pablo, en el año 1512, dijo textualmente: “Toda la corrupción, toda la decadencia de la Iglesia, todas las ofensas del mundo, provienen de la codicia insaciable de los sacerdotes, esto es, de los curas” y a continuación traza un cuadro que cualquier libre pensador hubiera podido suscribir, como dice el intelectual inglés Harold Laski, en un interesante estudio sobre el liberalismo europeo, Ediciones Fondo de Cultura Económica, del año 1939, en el que acusa a esas legiones de parásitos ensotanados de ambigüedades en todos los terrenos y géneros, de los que no escapan ni el de simonía o brujería, ni el de cargar con todos los vicios mundanos como la homosexualidad, ni el de la gula, el nepotismo o el de la hipocresía, que llega hasta la humillación interesada fingiendo sencillez ante los poderosos para que les den.

Y Colet no vacila en decir a sus hermanos sacerdotes católicos que sus enormes riquezas les permiten una vida ociosa, corrupta, de glotonería y lujo. Y es muy significativo que el alegato no sólo alcanzara tanta popularidad en el siglo XVI, sino que parezca como si lo hubiese elaborado para enrostrárselo a nuestros jerarcas ensotanados, particularmente de la Conferencia Episcopal dominicana, que piden más al país y del pueblo para ellos que un gato amarrado sobre un fogón apagado.

Y aún, como si hubiese tenido el don de la clarividencia y para adivinar el futuro visualizara la tragedia que la Iglesia Católica y sus curas le imponen a nuestro pueblo y país, reclama actualizar antiguas leyes para atajar estas nuevas artes parasitarias de ganar dinero sin trabajar, que a diario nuestros parásitos ensotanados, esto es, los curas, se están inventando. (Infórmese para mayores detalles en la obra de Harold Laski “El Liberalismo Europeo”, Ediciones Fondo de Cultura Económica, Págs. 38 y 39).

 

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