Cómo encaja Leonel
Antonio Fernández Reyna en las necesidades criminales del imperialismo,
de los monopolios de EE.UU. y la Unión Europea y además en el
parasitismo de la Iglesia Católica, sin el cual ésta no podría existir El imperialismo y las salvajes oligarquías de nuestros patios coinciden, identificándose entre sí y con la Iglesia Católica-Vaticano, y han acordado que sólo la criminalidad y los asesinatos entronizados en el Poder son las bases de todo su Estado autocrático, despótico y absolutista con que ellos, en conjunto, pueden gobernar y mantener sometidos a pueblo-país dominicanos, como de cualquier parte del mundo. Por ello se dedicaron a fomentarlos, moviendo sus organizaciones secretas, al tiempo que aplicaban la vieja conocida táctica del ladrón que grita: “¡un ladrón, un ladrón!”, en este caso, “combatir la delincuencia, combatir la delincuencia” y mientras tanto ellos en lo suyo, que es fraguar y ejecutar tramas en contra del país y el pueblo. Para materializar sus planes, dichos protagonistas de la explotación y opresión requieren que haya presidentes peleles, como no cabe duda lo es de pies a cabeza Leonel Antonio Fernández Reyna. Requieren y necesitan presidentes fantoches, y Leonel Antonio Fernández Reyna lo es totalmente. El imperialismo, las oligarquías y la Iglesia Católica-Vaticano necesitan, para mantener su infame régimen, de presidentes sin conciencia, inescrupulosos, amorales y sin voluntad, dedicados en cuerpo y alma a la corrupción y a servir a los corruptos. Y de ese tipo de presidente Leonel Antonio Fernández Reyna llena todos, cada uno y más de los requisitos que satisfacen el standard de tales presidentes. Ni la libertad ni la democracia como el desarrollo económico de que hablan esos verdugos parasitarios, imperialismo, monopolios, la Iglesia Católica-Vaticano, el cristianismo y sus lacayos gobernantes tienen nada en común con la libertad, la democracia y desarrollo económico que anhelan y buscan nuestro pueblo-país dominicanos. Como no puede haber un Estado de Derecho con un Concordato, un Vicariato Castrense y un Patronato Nacional San Rafael, mediante los cuales la Iglesia Católica-Vaticano reduce el Estado dominicano a un Estado colonial a su servicio y la economía nacional a una fuente colonial suya en ultramar con respecto a Italia. Para llevar a cabo estas estratagemas preparatorias a fin de alcanzar sus objetivos últimos, a los círculos y sectores del neoliberalismo, que es lo mismo que afirmar que al imperialismo de los EE.UU. y de la Unión Europea, bajo la guía espiritual y representación ideológica a nivel social de la Iglesia Católica-Vaticano y de las sectas cristianas protestantes, les cae (lo mismo que a sus abyectos y serviles lacayos del Perrodé, Pelegato y las sabandijas del corrup-Partido Reformista Social Cristiano, así como a sus cuadros de la alta oficialidad policial y castrense, además de a sus servidores del Poder Judicial) como anillo al dedo, justo a su medida, un politiquero inescrupuloso, ambicioso, corrupto e hipócrita, carente de toda convicción y huérfano de cualquier compromiso histórico, social, político y vivencial que le pueda identificar con la población trabajadora o marginal, o el interés nacional, tal cual es de pies a cabeza ese personaje llamado Leonel Antonio Fernández Reyna que, apoyándose en los excrementos anti-sociales, amasijados por el estancamiento histórico predominante aquí y represado en su entorno, en el que se cimbrea y en forma flamante e in fraganti se apoya para encabezar su cruzada, ahora que buscan consolidar el proceso de explotación y opresión con el que subyugan desde hace más de un siglo al país y al pueblo dominicanos, no reparando en los daños y sufrimientos que a éstos les vienen causando. Para lograr imponer los objetivos que buscan sus amos, a los que sirve, es que Leonel Antonio Fernández Reyna ha estado fomentando y auspiciando el deterioro de las condiciones de vida de la población, y consecuentemente con ese inseparable deterioro que el capitalismo acarrea de por sí para las masas, y que se hace creciente al ser estimulado por los comportamientos inicuos del gobierno de Leonel Antonio Fernández Reyna, se acelera la desesperanza, la sociedad se vuelve caldo de cultivo de la degradación, junto al auge de la participación de los funcionarios suyos en toda clase de corrupción oficial, como en los cuerpos policíaco-militares bajo su mando y de su gobierno, el involucramiento de dichos cuerpos, en forma directa o por complicidad, en toda suerte de delitos y crímenes, tal y cual se ha podido comprobar. Leonel Antonio Fernández Reyna se ha coaligado, en un maridaje espurio, con los círculos de las cavernas que la Iglesia Católica y su jerarquía nunca han tenido problemas en representar ni mucho menos en servirle para canalizar sus apetencias bestiales, ya que los mismos son comunes a esa Iglesia Católica y a esos círculos (oscurantismo, atraso, explotación, subyugamiento y opresión, todo en aras y alrededor del parasitismo y los privilegios onerosos e ignominiosos). Sazonado el ambiente previa y abundantemente con una intensa campaña de una propaganda al estilo hitleriano, tal cual lo hacen como nadie los jesuitas y la Iglesia Católica-Vaticano, reiterativa y estridente, efectuada con rasgos paranoicos para lograr la manipulación deseada de la maleable opinión pública de una sociedad desesperada a causa de la inescrupulosa actividad de los medios de la prensa amarilla. Esa prensa amarilla y las legiones de viles y canallas periodistas venales de a tanto por línea de los periódicos escritos, la radio y la televisión, que son la mercenaria voz oficial del sistema estatal y político del régimen de explotación que esclaviza y condena al pueblo a sufrir todo este cuadro de miseria y pobreza extrema e insoportable, siempre ha desempeñado el mismo nefasto papel. Todo eso son los pormenores en forma generalizada para culminar con el resultado de la farsa de las medidas de emergencia que crean el Estado de Sitio finalmente. Esta y no otra ha sido la finalidad del sainete, bajo el falso alegato de poner en ejecución un vasto programa de control de la delincuencia que ellos mismos llevan a su auge y en virtud de lo que instaura, Leonel Antonio Fernández Reyna, un eventual, o sea, de hecho y realmente, Estado de Sitio, llamado hipócritamente medidas de control de la delincuencia, que, reiteramos, ellos mismos auspician, creándola y manejándola, según sus propias conveniencias, con el coro de la venal prensa comercial “Hoy”, “Listín Diario”, “El Nacional”, “El Caribe”, “Clave Semanal”, “La Información” y sus satélites de la radio y la televisión.
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