De Leonel Antonio
Fernández Reyna su conducta es cada vez más controversial, en la misma
hay hipocresía, doblez e irresponsabilidad La conducta cada vez más controversial y falta de confianza que engendra Leonel Antonio Fernández Reyna con su comportamiento, deja mucho que desear, ya que posee evidentes connotaciones de irresponsabilidad y falsedad, como de doblez e hipocresía. Si apenas del 7 al 8 de mayo, esto es, casi faltando una semana para las elecciones a efectuarse el 16 de ese mismo mes, Leonel Antonio Fernández Reyna declaró que sus prioridades en esas elecciones eran lograr un Congreso y munícipes que le permitieran combatir la pobreza, la corrupción y la violencia, cuando concurre a votar, conforme la farsa escenificada, le declara a la prensa que es la reforma de la Constitución su prioridad número uno y de su gobierno, para efectuarse por el nuevo Congreso electo. No cabe imaginar que para llevar a cabo el castigo de la corrupción administrativa del gobierno, de la miseria que afecta en forma endémica a la población y arrasa con el país, así como para controlar los recurrentes brotes de violencia individual que vienen acarreando muertes de ciudadanos, ocurrencia de robos, desasosiego, inseguridad, etc., sea pertinente ni necesario proceder a la reforma de la Constitución de la República Dominicana. La cuestión de la reforma de la Constitución se refiere, básicamente, a un reordenamiento dentro del sistema estatal y gubernamental imperante, así como el ordenamiento de la sociedad y sus componentes, por lo que es un asunto de estricto carácter político, que abarca un campo que va mucho más allá del orden público cotidiano. De lo que no es difícil darse cuenta es de que, además, los problemas cotidianos, que son agudizados por la corrupción gubernamental, por la miseria de la población y las formas violentas o la ocurrencia con alta frecuencia de hechos delictivos, no poseen necesariamente un carácter directamente político. Pero esa variabilidad tan extrema de Leonel Antonio Fernández Reyna da a entender que su gobierno está sometido a fuertes presiones de sectores extraños al país y al pueblo, presiones de entidades nocivas, a las que Leonel Antonio Fernández Reyna no tiene interés en combatir ni siquiera a hacerles formal resistencia, sino en ser su aliado e instrumento ciego para subyugar y estrangular al pueblo. Tal es el caso de reafirmar el parasitismo de la Iglesia Católica-Vaticano respecto al Estado y al Presupuesto Nacional, como con respecto al Poder Judicial, cuyo carácter vitalicio que ostenta con relación a la Suprema Corte de Justicia es más que irritante, es insólito, absurdo, reaccionario. Pero entre los puntos que esas fuerzas extrañas al pueblo-país dominicano propugnan, se encuentra el de modificar la Constitución para establecer que todo el que nazca en el territorio nacional, independientemente de si sus padres están ilegales o legales en el país, adquiera, ahí mismo, la nacionalidad dominicana, lo que es claramente el reconocimiento de la fusión con Haití y otorgarles de hecho a todos los haitianos y a su descendencia la nacionalidad dominicana, lo que sería más que trágico, sencillamente funesto para los dominicanos. Es, en efecto, ante cuestiones tan delicadas, que resalta el factor irresponsabilidad inveterada que se gasta y caracteriza a Leonel Antonio Fernández Reyna. Son los EE.UU., la Unión Europea y la Iglesia Católica-Vaticano y las sectas protestantes los que, reflejando el interés del neoliberalismo y de los consorcios monopolistas internacionales, buscan desesperadamente que se les otorgue la nacionalidad dominicana a todos los haitianos, sin más para allá ni más para acá. Incluso poco o nada les importa a esos poderes que esa medida nos ponga de cara a una irremediable guerra civil, que bien podría concluir dar al traste definitivamente con la República Dominicana como nación diferenciada. Lo del carácter inveterado de irresponsable de Leonel Antonio Fernández Reyna puede comprobarse en que, para el 24 de mayo, estaba ya su entorno más íntimo, compuesto por el Dañiño -el gángster Murmullo- Medina, enfrascado en su desesperada carrera por desmontar la información, emanada del mismo gobierno actual, de que ya se tiene preparada la nueva tanda de cargas impositivas que vienen con el nuevo Congreso dominado mayoritariamente por el Pálido Pelegato de Leonel Antonio Fernández Reyna, dominio alcanzado por la concurrencia de fuerzas activas extra-nacionales con enormes recursos a su disposición, empeñados en desalojar de las Cámaras Legislativas al Perrodé, que por las razones que fueran, dificultaba que el gobierno éste, de Leonel Antonio Fernández Reyna, fuera todo lo complaciente en el letal mundo de la práctica del lacayismo abyecto y genuflexo que su Presidente quiere ser, y en efecto ha de ser, como ya estamos palpando. Resulta paradójico que los palidistas pelegatos sigan siendo tan raros como muelas de gallo, habiendo “ganado” las recientes elecciones, lo que mueve a sospecha de fraude. Es que los votos con que salen victoriosos los candidatos pelegatos son votos fraudulentos unos, aportados otros por los círculos influenciados y pagados sucesivamente de la Iglesia Católica, Embajada USA y Unión Europea, de la Agencia Internacional de Desarrollo (AID), de los grupos evangélicos protestantes, de las ONG’s, de las agrupaciones de empresarios e industriales, y sazonados y cocinados por la propaganda del poder mediático o manipulador de la conciencia de los sectores más inestables por una prensa radial, escrita y televisada que es controlada, al ser los dueños, precisamente, por dichos sectores mencionados. Finalmente, se puso en claro que, a pesar de que tanto Leonel Antonio Fernández Reyna como sus paniaguados, como Temístocles Montás, o el gángster Dañino Medina, insistían en desvirtuar la tanda de nuevos impuestos, desde el 2005 está acordado entre gobierno, FMI, Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Banco Mundial, ubicar los nuevos impuestos a ser creados, cosa que hasta los mismos pretendidos negadores de la ola que se avecina terminaron por admitir, lo que la prensa amarilla silencia, ya que es de ellos mismos. Y para que el cuadro fuera más exacto en la dramática tragedia que le espera a la población, ya lo de que serán desmontados totalmente los subsidios al gas, a la electricidad y demás, cosa que el mismo Leonel Antonio Fernández Reyna había declarado orondo que no se produciría, esto es, que se mantendrían dichos subsidios, como compensación social a las extensas capas de la población seriamente dañadas y perjudicadas con el modelo neoliberal, ya de nuevo un funcionario del gobierno, Radhamés Segura, de tercer o cuarto orden de importancia, se destapa (como diciendo, Leonel lo que habla son babosadas) estableciendo: “ya estamos desmontando el subsidio al gas y a la electricidad, y definitivamente, próximamente quedarán eliminados”. Y esta imagen tan llena de desconfianza, que cada vez en forma más firme y aventurada la población viene fijando que posee Leonel Antonio Fernández Reyna, ahora mismo ha sido subrayada, esto es, reafirmada, cuando apenas habiendo concluido un Consejo de Gobierno en que se desfondan sus funcionarios hablando pendejadas y vacuencias de austeridad y no aumentar la deuda, como se vio por televisión a Vicente Bengoa, quien daba la triste apariencia de cargar encima un “jumo” de siete pisos, ahí mismo Leonel Antonio Fernández Reyna forma su extenso cortejo de 30 personas, oficialmente, más los acompañantes de éstos y los demás, que suman 100, y se larga a viajar por los puntos más lejanos y caros del mundo, sin faltarle los lugares de juerga, fiestas, parrandas y bebentinas, como a estas horas ya será cosa de la historia lo ocurrido en California, junto a su fascista Gobernador truculento y neo-nazi de las legiones del genocida George W. Bush, El Carnicero. Piense el pueblo, lo que le espera en manos de un personaje tan irresponsable, ignorante, de tan poca entereza y sobre todo, tan lacayo y genuflexo como lo es Leonel Antonio Fernández Reyna.
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