Leonel Antonio Fernández Reyna resbala por la pendiente del reaccionarismo y no se detendrá hasta llegar a su fondo
 

Aceleradamente, Leonel Antonio Fernández Reyna ha empezado a precipitarse por la pendiente enjabonada del desenmascaramiento o strip-tease total de cuerpo y alma, mostrándose como un personaje recalcitrante y entregado a toda suerte de espurios y cuestionables manejos en su carrera de actos de maridajes nauseabundos con los enemigos reconocidos del país y del pueblo.

Ya habíamos resaltado que Leonel Antonio Fernández Reyna mostraba su total falta de formación cultural, incluso cuando hablaba de efectuar una llamada revolución democrático-nacional, al momento de entregarse a los círculos y sectores explotadores y saqueadores de la peor laya, no sólo en el ámbito nacional, sino sobre todo internacional.

Hay que saber lo que es la camarilla criminal que usurpa el territorio chino de Taiwán, y lo que hiciera su creador y jefe, el criminal de guerra Chiang Kai-shek, a nombre de efectuar una llamada revolución democrática nacional o nacionalista, para que se le pongan a cualquiera los pelos de punta cuando oye a Leonel Antonio Fernández Reyna afirmar, al mismo tiempo y en el mismo lugar en que se da besuqueos con aquellas hienas y chacales, que en imitación de éstos, efectuaría en República Dominicana otra revolución democrático-nacional, igual que los traidores y genocidas de Taiwán chiangkaishekistas.

No es de extrañar que esa proclama, que tiene más bien un carácter de aborto de una creatura mostrenca o bizarra, coincida con su giro de la sustitución de la Constituyente, que había dicho sería la base de una reforma constitucional, por un revoltijo llamado consulta popular, que más bien es el resultado de sus perniciosas concepciones bonapartistas, asistidas de una dosis concentrada de malapartismo, en aras de consagrarse como el lacayo abyecto y servil sin igual en el país, ante los consorcios monopolistas de la Unión Europea y de los EE.UU. sobre todo, para lo cual ha hecho otro concubinato con la funesta entidad parasitaria más oscurantista y vividora que existe en toda la vida nacional, como es la Iglesia Católica.

Se supone que una Constituyente ampliaría la participación de las masas populares, y significaría una recreación de la esperanza nacional por alcanzar un nuevo ritmo de fortalecimiento y desarrollo institucional y de los esfuerzos por sobrepasar el pesado estancamiento.

Pero muy lejos de eso, Leonel Antonio Fernández Reyna ha preferido desenmascararse o desnudarse y emprender una aventurada precipitación por la pendiente enjabonada de consagrarse como otro servidor incondicional de los círculos y poderes anti-dominicanos y anti-populares.

Así, después de haber afirmado que en su proyectada reforma constitucional el pueblo desempeñaría un papel de protagonista de primer orden, resulta que la mencionada reforma constitucional se la entrega, total y absolutamente, a la Iglesia Católica y a sus siniestros círculos parasitarios y anti-nacionales, junto a insignificantes personajes, como Carlos Dore Cabral, un vulgar espía y tránsfuga que, como confeso renegado de las filas del revisionismo contemporáneo, es un reclutado por los servicios de espionaje de los EE.UU., a través de la Agencia Internacional de Desarrollo (AID) y su Embajada.

Ya ha sido anunciado que Leonel Antonio Fernández Rey-na, entrando al bunquer de Agripino Núñez Collado -el empresario de Jesucristo y de la mafia más podrida de la pestilente Iglesia Católica- ha seleccionado, en un acuerdo de aposento con éste, a 13 supuestos juristas, cuyos nombres no se atreven a hacer del público conocimiento, no antes de que los mismos sean constatados y debidamente sobornados y amaestrados, o sea, sellado el compromiso.

Es notorio y chocante que en el malabarismo que exhibe en forma cada vez más acentuada el actual Presidente de su gobierno pelegato, no sólo resalte su entreguismo al imperialismo norteamericano y europeo, su repugnante rostro neoliberal, sino que con éste acentúe la entrega de cada vez más actividades de la administración del Estado a círculos privados, particularmente como los grupos colombianos, cuyo gobierno se sabe es un instrumento no sólo imperialista de Bush, sino que posee un repugnante y nauseabundo vaho a Opus Dei-Vaticano, como son los grupos que aumentan la tarifa del agua en forma desorbitada, así como el que va a negociar las propiedades y bienes raíces del Estado dominicano.

Y todo esto, junto a la carrera de aplastamiento del pueblo, con un carnaval de impuestos, como el incremento del ITBIS y el gravamiento de más de 200 productos con nuevos impuestos, como su obsequiosidad para con los círculos elitistas de explotadores y opresores.

 

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