Dos de los más
importantes asuntos para el país en el fin del pasado año 2006 Las dos noticias más significativas a nivel general para el país y la población de la República, no son necesariamente de índole interno todas, pero que siendo de carácter internacional, son a la vez altamente aleccionadoras para los dominicanos, como es el caso del asesinato del ex-Presidente iraquí Saddam Hussein, por orden del presidente norteamericano George W. Bush y su socio Tony Blair, apelando a una monstruosa farsa judicial, que aunque no en la misma medida, guarda una estrecha vinculación y parentesco directo con la forma harto parcializada con que actúan las legiones de los jueces suberitas-neoliberales y clericales católicos y de los corrup-partidos del sistema en los tribunales dominicanos, que juntos devienen en un tropel de genuflexos lacayos, moralmente inhabilitados para administrar justicia en la sociedad dominicana, dada su unilateral parcialidad y el discrimen social, político e ideológico, amen del carácter abiertamente pro-monopolios internacionales y a la vez contrarios a los intereses tanto nacionales como populares que ostentan, como se ha venido corroborando en forma manifiesta y escandalosa desde que Jorge Subero Isa ha usurpado la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia mediante un eventual Golpe de Estado, con la anuencia de las formaciones politiqueras de los tres corrup-partidos del sistema y sus apéndices, que cumplen sumisa y perrunamente los dictados, conjuntos y por separado, que tienen como fuente los organismos del imperio-capitalismo de los EE.UU. y la Unión Europea, particularmente de la España negrera, semi-esclavista y totalmente recolonizadora, de la Iglesia Católica-Vaticano, Episcopado, Arzobispado dominicano y particularmente el perverso y aberrado sujeto Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, como el depravado e impenitente amante de los inocentes y la inocencia, como él mismo se auto-confesó, Ramón Benito de la Rosa Carpio y de los especuladores y estafadores seudo-empresarios de las distintas agrupaciones patronales como el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP), la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), la Asociación de Empresarios Industriales de Herrera Inc., etc., con sus bandas de cabecillas y asesores, como los Julio Ortega Tous, por ejemplo, todo lo que hace que, igual que en Irak, en nuestro país, no existan tribunales, jueces, ni Ministerio Público mucho menos, capaces de impartir justicia sin privilegios onerosos y vergonzosos, predominando la corrupción y la mediocridad que corre de la mano con la ineptitud, lo que conlleva de hecho a que los tribunales, jueces y Ministerio Público, sean focos generadores de delincuencia, hipócritamente acicalada y presentada como “Justicia”. Está en segundo lugar la trágica situación de los medios de información y prensa, que son instrumentos al servicio incondicional y super-activo de esos sectores que se enseñorean imponiendo sus espurios fines e intereses que, como hemos dicho, manejan perjudicialmente para el país y el pueblo dominicano la Justicia con todas sus instancias. Precisamente, es ante otro hecho de carácter o manufactura extranjera, pero bien cercana a la vida nacional dominicana, que adquiere un eminente realce el carácter manipulador, desinformador y de entrega total a los círculos de la más bestial explotación y corrupción bajo todas las formas que ostenta la prensa escrita, radial y televisada. Se trata de lo que el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, ha anunciado que aplicará el Poder que le confieren la Constitución y las leyes para cortar de raíz el tumor canceroso de que la radio y la televisión, cuyos canales y ondas son de carácter nacional, estén al servicio de todos los intereses más espurios y aviesamente antinacionales como oscurantistas, faranduleros y de sentina o letrinas permanentes de vulgaridades cuyo hedor, pestilencia y putrefacción se tornan sencilla y definitivamente insoportables. Hugo Chávez, el anti-neoliberal y populista progresista, como necesariamente anti-imperialista norteamericano, y de hecho contrapuesto al parasitismo de que la Iglesia Católica disfrutaba contra el pueblo-país venezolanos hasta su ascenso al Poder y proclamada la V República Bolivariana para ese país, ha dicho que en mayo próximo, al cumplirse los arrendamientos por parte de los grupos de círculos genuflexos cuya actividad es entregar Venezuela a la voracidad insaciable de los imperialistas, esos contratos no serán renovados, y que el Estado venezolano reasume soberanamente la autoridad que la Constitución y las leyes le asignan. Eso de poner fin a que la prensa sea un poder mediático de engaños, desinformación y manipulación para el subyugamiento del pueblo, en aras de servir los intereses de minorías privilegiadas lacayunamente vendidas como miserables mercenarios a los monopolios imperio-capitalistas, principalmente de los EE.UU., es una situación que atañe en carne viva a la República Dominicana y a los dominicanos, donde este mismo mal llega a extremos insoportables cuando se palpa y se comprueba, sin necesidad siquiera de ningún esfuerzo mayor, que los llamados periodistas profesionales no son más que atajos y legiones de miserables mercenarios, viles y canallas cagatintas, vendidos en cuerpo y alma al mejor postor, cuya actividad, de pies a cabeza, sólo sirve para comprobar la falta de moral social de estos sujetos que forman gavillas de hienas y verdaderas lacras humanas de dos patas.
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