Veámonos en el espejo de la encerrona chilena y comprendamos lo que busca Leonel Antonio Fernández Reyna a la cabeza de los tres corrup-partidos del sistema con su Reforma Constitucional
 

Para conocer y entender la función que el imperialismo y el capital financiero internacional le ha asignado a su lacayo y agente Leonel Antonio Fernández Reyna en el país, resultan en extremo importantes las experiencias que aporta la encerrona en que están metidas las fuerzas progresistas en Chile, donde se da la tragicómica situación de que las derechas pinochetistas y clericales católicas tienen en los gobiernos de los anti-pinochetistas a sus mejores y más confiables administradores de sus intereses, engrosados o creados con la sangre y el martirio de todas las víctimas que la dictadura de Pinochet le causó al pueblo-nación chilenos.

Esto queda destacado en una declaraciones que recientemente, en una visita al país, ofreciera la experta chilena María Elena Rozas, en las que ésta confiesa que la implementación del modelo neoliberal, a partir del Golpe de Estado de Pinochet en el 1973, con lo que se instauró la aplicación de este modelo como vitrina y punto de partida o ejemplo a seguir para América Latina y El Caribe y que, al fin y al cabo, además del saldo de crímenes y torturas, sólo trajo para Chile una acentuación insuperable de la brecha entre ricos explotadores y pobres explotados y desamparados jamás concebida, en donde la miseria y la pobreza alcanzan ahora mismo una dimensión monstruosa, a la vez que es desplegada una política de enajenación espiritual de la juventud chilena, a la que el neoliberalismo empuja al consumo de drogas, a la delincuencia, a la vagancia y al desprecio absoluto por todo lo que signifique cultura y estudio, como medio de convertir a dicha juventud en una masa amorfa e indiferente políticamente.

No cabe duda que lo que en Chile se llevó a cabo con la dictadura de Pinochet y la Iglesia Católica, aquí, en República Dominicana, el imperialismo lo iniciara pacíficamente y prosigue llevándose a cabo desde el 1996-2000, a través de Leonel Antonio Fernández Reyna y su partido traidor Pálido, una verdadera sentina donde confluyen las más perniciosas y nocivas corrientes ideológico-políticas y sentina de la que emana con carácter continuo el vaho pestilente y nauseabundo de la más grande putrefacción de toda índole.

Pero luce y pinta una paradoja inevitable que los iniciales ríos de sangre y crímenes cometidos, sembrando de cadáveres insepultos todo el trayecto de instauración y desarrollo del neoliberalismo en Chile, aquí, al fin y al cabo, no se podrán evadir y, como ya se contempla, está siendo llevada a cabo esa actividad sangrienta mediante los crímenes continuos de la P.N. y las FF.AA., a nombre de la mano dura contra la delincuencia y con las ejecuciones diarias y se impulsará enérgicamente a partir de la Reforma Constitucional anunciada por Leonel Antonio Fernández Reyna que luce ser la culminación de todas las llamadas reformas estructurales reclamadas por el neoliberalismo y de las que Leonel Antonio Fernández Reyna ha constituido su plataforma ideológico-política y administrativa como archi-lacayos y agentes del imperialismo que son él, su gobierno y su corrup-partido.

Se trata de lo que en realidad, en materia de política, impera en Chile a partir del modelo neoliberal y de su Constitución, acorde con este modelo imperio-capitalista impuesto por primera vez en América Latina en dicho país por una combinación de fuerzas compuesta por la oligarquía chilena, encabezada por los genocidas militares del criminal Augusto Pinochet recién fallecido, por la Iglesia Católica-Vaticano (su gran mentor, guía y aliado) y el imperialismo norteamericano, representado política y económicamente por los gobiernos de Gerard Ford, Jimmy Carter, Ronald Reagan Bush padre y los siniestros servicios del judío Henry Kissinger (republicanos), las agencias financieras internacionales, con los que se involucra la Unión Europea y los grupos monopolistas norteamericanos estrategas e ideólogos del Golpe de Estado del 1973 contra el gobierno democrático de Salvador Allende, como punto de partida para implementar, cabe repetirse, el primer modelo neoliberal del Continente, alabado como exitoso y utilizado engañosa y alevosamente, para recrearlo, tal y como se viene llevando a cabo, en los demás países de América Latina y El Caribe, acarréandole a sus pueblos, fatales y trágicas ilusiones en torno a imaginarias y tan falsas como falaces ventajas, virtudes y bondades de dicho modelo neoliberal que tan caro se están pagando.

Lo único es que en República Dominicana todavía no se ha consumado totalmente dicho sistema político reformado conforme con el neoliberalismo económico para que los correspondientes sectores que inciden aquí, y que son comunes con Chile, hayan logrado sus fines neoliberales en forma completa, y es la implementación de una Constitución dentro de la estrategia de las reformas estructurales neoliberales que, anulando la soberanía del Estado y la independencia nacional, arrase, castre y anule toda validez del principio de la autodeterminación del pueblo y la potestad de éste no sólo sobre su destino en cuanto a escoger el orden político interno bajo el cual prefiere vivir, sino en lo que respecta a sus riquezas nacionales. Es precisamente la cobertura jurídica para este despojo final lo que Leonel Antonio Fernández Reyna busca consumar con su llamada Reforma Constitucional que ya tiene anunciada.

De Leonel Antonio Fernández Reyna lograr su objetivo, tendríamos en la República Dominicana la repetición de la desgracia chilena por obra y gracia de este perverso demagogo inepto e incapaz como incompetente, corrupto y traidor, que usurpa el Poder en el país.

Explica la señora María Elena Rozas (que además de chilena deja la clara impresión de su afinidad política e ideológica con la conservadora gobernante de ese país, la socialdemócrata Bachelet, digamos que de centro derecha si acaso puede aún gastarse el lujo de ser utilizado este término, más imaginario que real, como parámetro que delinea los matices políticos en estos momentos en que se vuelven a simplificar los factores en lucha divididos entre los que se arrastran y se dejan arrastrar por el neoliberalismo para cerrar el cortejo que se postra sumiso ante el imperialismo de los EE.UU. y de la Unión Europea, así como del parasitismo de la Iglesia Católica-Vaticano, de un lado, y los que arremeten y se atreven a reivindicar la soberanía de países y pueblos sobre sus riquezas y destino, reafirmando su adhesión y apego a la autodeterminación de los pueblos del otro lado, que es con el frente que nos identificamos y con el que cerramos filas), que en lo político, a pesar de todos los empeños, luchas y esfuerzos que aún continúan siendo desplegados en dicho terreno -afirma la señora Rozas- “está todo igual que en la década del ‘70” en Chile, lo único que con una acentuación descomunal de la miseria y la pobreza como nunca antes se habían visto ni se había concebido.

Apuntando la señora María Elena Rozas que en los 4 gobiernos de Chile tras el supuesto desplazamiento de Pinochet del Poder, no se han obtenido cambios, y de esos 4 gobiernos hay dos que se toman como de tintes progresistas de izquierda, como serían los de Lagos, y ahora de la Bachelet (ambos del Partido Socialista de Allende) al que corresponde el lacayo capataz de colonia yanqui, el Secretario General de la OEA, Agustín Inzulsa (del que Chávez dijo, muy ilustrativamente, que no era más que un gran pendejo injerencista en los asuntos internos de los países, que no son de su competencia), agregando María Elena Rozas que: “La concertación democrática -que es el amplio agrupamiento anti-pinochetista-, es una buena administración de las políticas implementadas por Pinochet”, esto es, de los intereses de la oligarquía chilena, de los militaristas, de la Iglesia Católica y de los monopolios imperialistas, para concluir este aspecto subrayando: "Es muy conveniente para las derechas -que están compuestas por esos sectores enumerados detalladamente por nosotros- que las llamadas izquierdas les administren sus programas y estén gobernando en esas condiciones. Es que, sin Pinochet en el Poder, las estructuras de éste son las de la derecha".

Y es esto mismo, la repetición de esa nociva y desastrosa estratagema formulada, diseñada y orquestada por los centros estratégicos del imperialismo, lo que busca Leonel Antonio Fernández Reyna hacer realidad aquí finalmente con su Reforma Constitucional que no es, por lo tanto, más que una gran farsa y una terrible engañifa de este desalmado lacayo y redomado sirviente genuflexo ante el imperialismo yanqui, del que nos considera como país, simple y llanamente: su traspatio, para definitivamente destruir el país y esclavizar al pueblo dominicano por lo que a este discípulo de la magdalena de cabello blanco y del tirano alimaña Joaquín Balaguer hay que echarlo del Poder a como dé lugar, aunque en su lugar se coloque hasta el mismo Satanás si es que acaso existiera.

 

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