Las señales del dios-hombre Jesucristo del Cardenal católico y los cristianos
Castigan, ahogan, asfixian y destrozan a los más pobres pero no llegan ni tocan a los ricos. Estos son sus preferidos

Según la figura supersticiosa y postulante de la más bestial y salvaje ignorancia, del llamado Cardenal Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, que coincide, como es natural, con el fanatismo de las sectas cristianas protestantes en el juicio final, las catástrofes que los fenómenos de los ciclones o tempestades Noel, Olga y otros, han ocasionado, gracias a la irresponsabilidad y conducta disoluta del gobierno de Leonel Antonio Fernández Reyna, no son más que señales y revelaciones que él, como profeta y brujo titulado, interpreta como mensajes que su dios Jesucristo envía a los hombres para que dejen de pecar, se arrepientan y tomen el supuesto camino que lleve a los hombres a su regazo.

Pero sucede que el mismo Cardenal Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, hombre ambicioso, abusador, desaprensivo, aprovechado de los demás y parásito, amante y practicante de todos los pecados, del lujo, del sibaritismo, de los millones, de las fornicaciones y de las buenas hembras, del confort, no ha sido tocado ni siquiera con una hoja seca batida por los ventarrones ni por las aguas resfriantes de las inoportunas e impetuosas lluvias, ni por los lodos, ni por los caudales desbordados de los ríos, ni por los hedores, pues nada de eso llega a su suntuosa mansión de residencia ni a su sitial. Tampoco los ricos, como Manuel Castillo, y al otro Perelló de Induban, sin embargo, Leonel Antonio Fernández Reyna les ha dispuesto entregar 40 y 100 millones, respectivamente, en compensación por supuestos daños de Noel solamente.

Pero son cientos y miles los ciudadanos y campesinos afectados, tocados fatalmente por las señales del dios Jesucristo, al que, según parece, sólo le molesta el pecado cuando es cometido por los pobres.

 

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