El carácter criminal y carnicero de la Iglesia Católica y el cristianismo está patentizado en la matanza de Leonel Antonio Reyna de más de 20 mil dominicanos a través de las ejecuciones diarias, con la complicidad de la prensa comercial

 

La Iglesia Católica, comenzando con la matanza de Palma Sola, volvió a reafirmar, como lo había hecho ya con el dictador Trujillo, así como a lo largo de su invariable historia criminal, que su método y estilo es matar y matar, sin contemplaciones ni miramientos, con acechanza y alevosía, a sus opositores, de los que insisten deben ser vistos, como dice el fundador del cristianismo, y denominador común de católicos y protestantes, Pablo de Tarso, en Carta a los Gálatas, capítulo 5 versículo 12: "Pido a dios que sean exterminados todos aquellos que lo ofenden"; y así, a todo lo largo y ancho de la historia, desde hace más o menos 2 mil años, el cristianismo ha asesinado en tal cantidad que si ésta se divide entre 2 mil años, arroja un saldo, en promedio, sólo a la Iglesia Católica-Papado vaticanista, de a mucho más de un millón por año, según le atribuyen las mismas investigaciones protestantes. Imagínese, si puede, el resto.

A partir del 1800, que es cuando se consolida la corriente de independencia y formación de las repúblicas latinoamericanas en general, hasta los tiempos actuales, conforme con esta enseñanza de San Pablo, la Iglesia Católica fue quien pautó los sucesivos crímenes ininterrumpidos de los gobiernos reaccionarios, los que habría que sumar al exterminio de la colonización y esclavitud de indígenas y negros, en particular los muertos a consecuencia y a partir del Golpe de Estado del 25 de septiembre del año 1963 (que esa Iglesia Católica estimuló y preparó), como la matanza de los títeres del Gobierno de Reconstrucción del año ’65, como los miles y miles de asesinados en los 12 años de Balaguer, y los tantos dominicanos que mataron los intervencionistas norteamericanos a partir del 28 de abril del año 1965, como los que llevó a cabo Guzmán, y particularmente Salvador Jorge Blanco, como los que volvió a seguir asesinando Balaguer del ’86 al ’96, del mismo modo que los que mató y mandó matar Leonel Antonio Fernández Reyna en su gobierno del ´96 al 2000, que fueron cerca de 6,000.

De la dictadura sangrienta del tirano Trujillo, en realidad sus sangrientos crímenes fueron previamente concebidos, planificados y auspiciados por la Iglesia Católica-Vaticano. Y tras la caída de la dictadura trujillista, sin pérdida de tiempo planificó, orquestó y llevó a cabo la de Palma Sola.

La carnicería actual, que tras relevar a Rafael Hipólito Mejía y su Perrodé, que no hizo otra cosa que continuar con la carnicería que reiniciara, a nombre del neoliberalismo, Leonel Antonio Reyna en el 1996, para obtener la cobertura de terror que, tanto para la privatización como para la enajenación de los bienes y riquezas nacionales y estatales, necesitaba, al igual que para intimidar y aterrorizar, a fin de acallar las protestas por sus sistemáticos saqueos que su gobierno y funcionarios efectuaban sobre el Estado, lo cual alcanza hoy su escalada más alta, como se ha de saber, fue bautizada y reclamada por la Iglesia Católica-Vaticano a través de su Episcopado, su Arzobispado de Santo Domingo, y en especial por su archiparásito y supervividor déspota, su alias Cardenal Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, con el coro de la prensa venal y amarilla que es, hoy por hoy, propiedad de los capitales católicos opusdeistas, que forman el respaldo y telón de fondo de apoyo a la carnicería que, a través de los escuadrones de la muerte de la P.N., se viene ejecutando, fusilando a ciudadanos por encima y en contra del fundamento jurídico mismo del Estado y la sociedad dominicanos. En especial Radhamés Gómez Pepín (Jack El Destripador) y el jefe de información del "Listín Diario", Tomás Aquino Méndez, son los que se han empeñado en caracterizarse como los abogados y defensores de la carnicería policial-gubernamental y de la Iglesia Católica-Vaticano.

Lo más ilustrador del compromiso criminal de la prensa amarilla y mercenaria como mendaz es que callan el 90% de las ejecuciones, y tratan de que no se sepa que Leonel Antonio Reyna, en los últimos 15 años, carga encima con el asesinato-ejecución de mucho más de 20 mil dominicanos.

Y recuérdese y subráyese que fue este mismo Cardenal, que hoy se cimbrea orgulloso de los tantos miles y miles de millones de dólares y de pesos que del Estado la Iglesia ha desviado a su patrimonio particular, quien creó la consigna de: ¡Mano dura frente los ciudadanos! ¡Fusílelos por encima de las leyes y la Constitución! Y que la P.N. y sus escuadrones de la muerte los lleven a cabo sin miramiento y despiadadamente.

 

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