ENSEÑANZA ELECTORAL

Los corrup-partidos Pálido-Pelegato, Perros de Rafael Hipólito Mejía o Miguel Vargas Maldonado como las sabandijas del tirano alimaña sumados son una minoría

 

El hace poco efectuado proceso electoral para los cargos congresionales y municipales, si algo puso de relieve con letras de molde, es que los corrup-partidos del sistema, tanto las gentuzas gubernamentales pálidos-pelegatos como los perros de Rafael Hipólito Mejía y Miguel Vargas Maldonado, al igual que las sabandijas que merodeaban alrededor del tirano alimaña y entente reaccionaria reformista, en realidad, sumados todos, son una minoría mucho menor del 25% de la población; y que el rechazo popular en contra de esos corrup-partidos, expresado principalmente en la abstención, como en el hecho de que para esos corrup-partidos y sus candidatos obtener votos hayan tenido que recurrir al soborno y a la compra masiva e inescrupulosa de los votos que sufragaron a su favor, por medio de la especulación y tráfico con la miseria, la pobreza, el atraso y el envilecimiento de parte de la población, es una poderosa corriente prometedora de que se debe y se puede derrotar y desarticular toda la nociva influencia de los corrup-partidos, así como aislar su politiquería y su veneno de corromper, ideológica y espiritualmente, a la gente.

El 25% de los votantes es lo que cabe repartirse entre los tres corrup-partidos y prácticamente entre el Pálido-Pelegato y el Perro de Miguel Vargas Maldonado o del can Rafael Hipólito Mejía, con lo que a cada uno les toca como un 10% ó un 11% y al reformista un 2% ó 3%.

Las cifras respecto a la abstención son en definitiva de más de un 70% de los ciudadanos con derecho a ejercer el voto.

Esto fue avalado hasta por los observadores invitados de la OEA, que no quisieron involucrarse en manejos espurios de dar o respaldar cifras falseadas del número de votantes de la masa con derecho al voto.

De paso, esa poderosa abstención es una ostensible derrota a la nefasta influencia de la Iglesia Católica-Vaticano como a las otras sectas cristianas que se empeñaron, buscando privilegios y prebendas, en que la gente concurriera a votar por sus partidos verdugos y amasijos de crápulas antisociales.

 

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