La naturaleza de instrumento de las clases explotadoras y opresoras de la Iglesia Católica-Vaticano y el cristianismo es un hecho no sólo una teoría
 

En los mismos y precisos instantes en que la Iglesia Católica-Vaticano ordena homenajear y enaltecer, dándole el título, en forma injusta y asquerosamente, de modelos ejemplares de seres humanos, a los peores y más encumbrados cabecillas de las distintas corporaciones comerciales, bancarias, terratenientes-latifundistas y especulativas sobre el país y el pueblo dominicanos, y por lo tanto, responsables directos y beneficiarios del desastre imperante, esos mismos señores están demandando del Congreso Nacional que éste desestime y entierre la ley de alza de sueldos para las masas de trabajadores super-explotados y super-oprimidos del país.
Esto ocurrió el día 16 de abril del 2013, según publicaron el miércoles 17 los órganos periodísticos amarillos mediáticos y mercenarios “Hoy”, “Listín Diario” y demás, propiedad de la Iglesia Católica-Vaticano-Opus Dei, los grupos oligárquicos antipopulares y antinacionales.

Fue desde sus más altas instancias enclavadas en el país que la Iglesia Católica-Vaticano ordenó, a través de la Conferencia del Episcopado católica, el Arzobispado de Santo Domingo y la Nunciatura Papal, que, desde la Putamaima fueran congratulados como las personas modelos y dechado de virtudes -¡Vaya qué parámetro execrable o referencia de sus valores podrido!- entre todos y cada uno de los dominicanos (léase bien y agárrese mejor usted para que no sea cosa que del espanto se vaya de cabeza y sufra severas lesiones traumáticas en su cuerpo), a los buitres y sanguijuelas del pueblo y del país: Miguel Bonetti, pálido pelegato involucrado en todas las grandes estafas y fraudes del régimen para-narco terrorista, corrupto, asesino de lesa humanidad, entreguista, lacayo, desfalcador del Estado y depredador de las riquezas nacionales pálido pelegato boschista, como copartícipe del balaguerismo y sus sabandijas y alimañas; Carlos Fondeur y Félix García, de la mafia vinculada a las actividades en gran escala del narcotráfico, junto con el mismo Agripino Núñez Collado, o el traficante y cónsul comercial de Jesucristo en el país; el filántropo y madre teresa del consorcio Opus Dei y antinacional Casa Vicini, Juan Vicini, representado para la ocasión por su hija, que arrastra el nombre tradicional de esa familia de aventureros y corsarios italianos Vicini, Amelia; José Vitienes Colubí, y de manera póstuma al conocido rufián Manuel Arsenio Ureña, padrino de Nene Ureña (¿no se acuerdan de este archi-rufián y mega delincuente de la estafa bancaria Bancomercio-periódico “El Siglo” y cosas por el estilo?).

La letrina opusdeista “Hoy” de Pepín Corripio fue parca en el aireamiento publicitario de este sainete mediático prototipo, no obstante, nos ofreció el banquete del retrato del maridaje espurio de la gran parásita y cartel del opio del crimen Iglesia Católica-Vaticano y sus hienas carroñeras de los grupos oligárquicos del patio, de los que ese cartel constituye su Estado Mayor, en tanto que el producto prototipo o arquetipo de corporación de lavado impune que es “Listín Diario S.A.”, propiedad del mismo clan Vicini, en sociedad con el otro clan opusdeísta, católico por lo tanto, Pepín Corripio, fue más generoso en soltar prendas y destacó que además de los cabecillas oligárquicos mencionados, junto con éstos, la Conferencia del Episcopado y la Nunciatura Papal ordenaron fueran distinguidos, igualando a esos granujas, los depravados obispos, Ramón Benito de la Rosa Carpio, el héroe protagonista de los actos masivos de pedofilia, prostitución, bestialización y asesinatos en cadena del caso de las violaciones en el Orfelinato San Francisco Javier -caso del albergue infantil- de San Rafael del Yuma; y del mayor de brigada y caudillo policíaco-militar de Macorís del Norte, Jesús María de Jesús Moya, consigliori y jefe del carnicero sociópata, ex-Jefe de la Policía Nacional, Rafael Guillermo Guzmán Fermín, como de la banda de los Salazar, cuyo cabecilla es Hernani Salazar y su esposa Eglys Margarita Esmurdoc, la ex-miembro de la afrenta para la Justicia dominicana que fuera la Suprema Corte del deleznable Jorge Subero Isa y su jauría de animales de carroña.

De igual modo, “Listín Diario”, en su regocijo, recogió en su locuaz crónica informativa que en el acto de tan ilustradito y educativo hecho, que la Iglesia Católica-Vaticano ordenara se llevara a cabo a través de la Putamaima, estaban, el sanguinario criminal de lesa humanidad y ladrón incontinente de los fondos del Estado, el alias Cardenal Nicolás de Jesús -Hildebrando Borgia- López Rodríguez, como el miembro de la banda de la CIA de Karol Wojtyla, Juan Pablo II, Jósef Wesolowski, polaco, nuncio, o embajador del alias Papa en el país.


II

Todo esto es visto y apreciado como un evento repleto de franqueza y de tremenda comprobación práctica y concreta de la naturaleza de la religión como instrumento de las clases explotadoras y opresoras bajo todas las formas y épocas, desde el esclavismo hasta el neoliberalismo burgués actual.

Curioso para algunos, casual para quienes insisten en mirar para otro lado, como dicen por ahí, y para nosotros, en cambio, ni curioso ni casual, sólo acorde y armónico con la realidad de clase en su contenido y su forma de expresión de la religión y los explotadores y opresores, viene a ser que se produce, sin nada de casualidad de por medio, en los precisos momentos en que es más dramática la intensificación de la explotación y la opresión de los trabajadores, situación en que éstos sufren, recibiendo más que nunca los peores embates de las estrecheces y constreñimiento de sus posibilidades de vida y de poder adquisitivo, como disminución de los niveles de satisfacción de sus más acuciantes necesidades económicas por parte de los obreros, empleados y de sus hijos, por los bajos salarios, la carestía por el costo de la vida, las exorbitantes recargas de los impuestos fiscales y la drástica disminución del alcance de las conquistas sociales de las que antes disfrutaban. Es por el maridaje espurio éste, que la cúspide de la Iglesia Católica-Vaticano en el país, representada por el Episcopado católico, el Arzobispado de la misma Iglesia y la Nunciatura Papal en el país, han procedido a condecorar y a rendir honores, enalteciendo como personas modelo y prototipos de virtudes humanas, a cada una de las más altas figuras del clan-élite de los ultra-explotadores y ultra-opresores, como ultra-sádico-masoquistas e indolentes verdugos del pueblo, así como saqueadores de las riquezas nacionales, beneficiarios de los más inicuos y repulsivos privilegios que consagran y tipifican lo que es el régimen oligarquía, y depositarios ancestrales de la peste, peor que el cólera y el sida, que es la impunidad para delinquir, para asesinar, para asaltar y desfalcar al Estado, evasores consuetudinarios e inveterados de impuestos, todo lo que define el más perfecto conjunto y cuadro de lo que es el amasijo que, por extensión del régimen que propician, se da por denominar oligarquía o amasijo de estamentos parasitarios oligárquicos.

En la medida que evoluciona el conflicto social se acentúa lo de que “la clase explotadora encuentra en la religión un arma excelente para legitimar y defender su explotación.
“A los que, defendiendo la religión (Iglesia Católica-Vaticano y el cristianismo en general, con sus sectas de aberrados reaccionarios) afirman que ella proporciona conformidad, Feuerbach replica, con razón, que toda conformidad es reaccionaria. Quienquiera que se esfuerce por consolar a los esclavos en lugar de incitarlos a la lucha, se convierte en auxiliar de los esclavistas.
“Todas las clases opresoras tienen necesidad, para salvaguardar su dominación, de dos agentes en la sociedad: el cura y el verdugo. El verdugo reprime la protesta y la lucha de los oprimidos; el sacerdote les hace entrever -lo que a nada le compromete-, un suavizamiento de sus males, una recompensa a sus sacrificios; mientras que la clase dominante se mantiene, el cura predica la resignación a los oprimidos y los aleja de la acción revolucionaria” (Lenin. La Quiebra de la II Internacional).
Por esto, lo del maridaje, al margen de toda moral y principios éticos, entre la Conferencia Episcopal, el Arzobispado catolico y el representante del alias Papa y presunto emperador apócrifo, el polaco fascista Jósef Wesolowski, que homenajean y le rinden pleitesía a los buitres más connotados de los verdugos explotadores y opresores del país.

 

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