Las importantes lecciones de los últimos comicios venezolanos ganados limpiamente por el candidato del chavismo Nicolás Maduro Moros
Un evento electoral como el que se llevó a cabo el 14 de abril del presente año en Venezuela, el cual estremeció, conmoviendo prácticamente el mundo entero, además de Venezuela, Latinoamérica y El Caribe, encierra grandes e importantes lecciones que se hace obligatorio tener como fuente de conocimientos y de estudios permanentes que han de servir como experiencias a tomar muy en cuenta. Venezuela, que a raíz del triunfo y enrumbamiento del movimiento creado y diseñado por su líder Hugo Chávez Frías y, como dicen de él sus seguidores de fidelidad comprobada al mismo, el Jefe supremo de su revolución bolivariana, con su plataforma y discurso anti-imperialista y de solidaridad humana e internacional, que ha devenido en la reunificación de gran parte de las naciones latinoamericanas alrededor de posiciones de interés común, es a nivel regional el más preocupante dolor de cabeza imperio-capitalista estadounidense, y lograr el derrocamiento y derrota del chavismo patriótico y nacionalista, como solidario internacional, es una pesadilla que no deja reposar ni dormir al imperialismo norteamericano, no sólo en la región de Latinoamérica y El Caribe, sino a escala mundial, por lo que, después de tantos fracasos, se habrían hecho la ilusión de que ya, con la muerte final de Hugo Chávez, podrían ver realizado su sueño sobre el proceso venezolano. Sobreestimando el desconcierto y la depresión de ánimo que debió engendrar la muerte de Chávez hacia lo interno del chavismo en Venezuela y su proceso electoral como en sus resultados, los estadounidenses y otros reaccionarios hicieron cálculos equivocados. Y no cabe duda que, aunque lograron y seguirán creando terribles disturbios, al fin y al cabo fueron derrotados, habiendo quedado expuestos, una vez más, junto a sus instrumentos de las fuerzas opositoras de su candidato, el ultraderechista Henrique Capriles Radonski, como terroristas desalmados y manipuladores inescrupulosos de los hechos que forman la verdad.
A su vez, nuevamente los errores de la oposición y sus amos
norteamericanos han servido para contribuir a reanimar los ánimos y el
espíritu de lucha de los chavistas, una vez que les ha hecho comprender
sus manifiestas intenciones criminales. Capriles y su equipo han ocultado que el sistema electoral venezolano, al ser computarizado en todas sus partes, desde el proceso de votación individual hasta el nivel de la determinación de los resultados electorales, no hay posibilidad de manipulación ni alteración de los mismos, ya que el sistema implica que todos los partidos envueltos en la contienda electoral tengan las actas de votación, mesa por mesa electorales y así de la totalidad de la votación. Por ello, habiendo cifrado sus falsas expectativas de triunfo electoral en el cuestionamiento de los resultados electorales, dando la falsa información de la ocurrencia de un fraude por parte de las autoridades electorales, ha sido suficiente que éstas se apeguen estrictamente a los mecanismos electorales de, a paso por paso, y sus resultados obtenidos por medio de auditorías y sumas de éstas, para evidenciar la mentira, desarticular las tramas de fraude de parte de la oposición, y lograr que la opinión pública quede convencida de la transparencia absoluta de los comicios, disipando así la falsa noticia de que el chavismo hiciera fraude para que saliera su candidato como el ganador, esto es Nicolás Maduro, y Capriles Radonski como el perdedor. No obstante, Venezuela y el chavismo tuvieron que vencer una verdadera conspiración mediática de envergadura mundial, continental y hasta particularmente dentro del mismo territorio venezolano, una vez el alto grado de libertad de prensa allí existente, y el gran control que de la opinión pública venezolana tienen la oposición y el imperialismo norteamericano en todos los medios escritos, radiales y televisados, en todos los que la influencia de la oposición es superior a la del chavismo, pues la de la oposición es una propaganda conjunta con la del imperialismo yanqui, la de los monopolios imperialistas, la de los países imperialistas europeos, la de la Iglesia Católica-Vaticano y de los lacayos reaccionarios venezolanos como latinoamericanos, y que además se basa en alentar y exacerbar el atraso de las masas, sus bajas pasiones, los instintos irracionales de sus sentidos, un tanto subyugados por prácticas y hábitos nocivos, que vienen a conformar una poderosa fuerza de inercia que espontáneamente gravita y pesa contra el cambio y la confianza en los beneficios de éste.
A primera impresión la opinión pública fue inclinada a creer que hubo un
fraude para favorecer a Maduro y perjudicar al derechista ultra-reaccionario
Capriles Radonski. Esa nociva idea del fraude, que tiene tantos creyentes entre nosotros por lo de aquello de que el que ha sido picado por culebra cuando ve un bejuco de inmediato se espanta, brinca y salta, y esto con toda razón, en el caso de los resultados de los comicios electorales venezolanos fue alentada por el desconocimiento y la ignominia respecto al sistema electoral venezolano que por algo hasta en los más connotados enemigos del chavismo se encuentran segmentos mayoritarios de expertos en la materia, no hablamos de improvisados, que admiten y reconocen que es el sistema electoral más avanzado del mundo. Y sobre todo esto la labor calumniosa, intrigante y perversa del imperialismo yanqui las legiones de explotadores y opresores que viven directa e indirectamente de la explotación y la opresión contra la que el chavismo ha sido el eslabón que ha permitido que se desplace toda la cadena de países y pueblos de Latinoamérica y El Caribe y que, al desplazarse esa cadena se haya convertido, de mecanismo o mecanismos de opresión, en cadena de transmisión de y para los cambios redentores de la independencia, la soberanía y la autodeterminación, como particularmente para el mantenimiento de la vitalidad y del desarrollo de la revolución cubana, que al momento de instaurarse el chavismo en el Poder tenía en su alforja apenas una estrechísima visión de reformas políticas, sociales y económicas, que sólo se ampliaron, ensancharon y profundizaron con el avance de las contradicciones y su desarrollo en lucha con los enemigos nacionales e internacionales, representados éstos por el imperialismo y sus monopolios. Así, ahora que las aguas están volviendo a sus cauces normales, tras derrotar esta fase álgida y ácida de la conspiración golpista del imperialismo yanqui, la Iglesia Católica-Vaticano y la reacción de lacayos y sirvientes venezolanos y extranjeros contra la candidatura triunfante del chavismo en los comicios del 14 de abril de 2013, se aprecia que, de parte de las autoridades electorales y representativas de su eficaz y avanzadísimo sistema electoral, no hubo parcialidad alguna ni miedo ni mucho menos negativas por temor a que se pusiera al descubierto engaños ni rejuegos siniestros algunos.
Paradójicamente, se erigió en fuente de suspicacia la tremenda seguridad
y serenidad con que la Presidenta del Consejo Nacional Electoral
venezolano (que es la máxima autoridad del Poder electoral venezolano),
la ciudadana Tibisay Lucena, al dar el primer y único boletín electoral,
a las 10:30 de la noche del domingo 14 de abril, en el que se declaraba
ganador a Nicolás Maduro Moros y perdedor a Capriles Radonski,
puntualizara, enfatizara y subrayara: “estos resultados son
irreversibles”, pues, como dicen las leyes al respecto, el primer y
único boletín no se da hasta que no se haya establecido una cantidad que
marque una diferencia irreversible.
Se tardó tres días en hacerlo, y lo hizo luego de haber expuesto el país
a la intensa campaña de presión terrorista que causó unos 8 ciudadanos
chavistas asesinados por los caprilistas y más de tres centenares de
heridos, como la constatación del chavismo, que empezaba a reaccionar
anunciando el sometimiento de los autores materiales e intelectuales de
la campaña terrorista, y demostrando firmeza en la defensa de su
victoria, que sólo significaba, para los que no lo han querido entender,
simple y llanamente que no renunciaban al chavismo y a su plataforma de
objetivos y realizaciones patrióticas, nacionalistas, democráticas y
populares, como apego y defensa de la soberanía, independencia y
autodeterminación del pueblo venezolano. Pero aún así, las fuerzas de la derecha venezolana y de su amo, el imperialismo norteamericano, han querido persistir y no se han detenido en el ardid de crear la falsa expectativa de que el Consejo Nacional Electoral, ha tenido que aceptar y dar curso al reconteo de votos, lo que, siendo falso, el Consejo Nacional Electoral (Poder Electoral) ha tenido que subrayar y aclarar que lo que llevan a cabo es sólo una auditoría del 46% de las actas de los que no se ha dado boletín electoral con resultados específicos y que los mismos no podrán, por cuanto no tienen ese alcance, cambiar los resultados electorales ya establecidos en el boletín No. 1 y único de la noche del 14 de abril del 2013. Una experiencia de mucha importancia que reverdeció a raíz de los conflictos recrudecidos artificialmente tras las elecciones en que resultó ganador en buena lid Nicolás Maduro Moros, candidato del chavismo y su plataforma patriótica, popular y democrática, como reivindicadora de las banderas de la soberanía, autodeterminación e independencia para América Latina y El Caribe, es que allí, ahora, el imperialismo yanqui, la derecha oligárquica venezolana con la Iglesia Católica-Vaticano como su Estado Mayor y los renegados revisionistas y oportunistas de toda laya, han vuelto a exhumar una raída bandera de traición, que es muy bien conocida entre nosotros, los dominicanos, por cuanto es la misma fórmula de traición y plataforma de las peores felonías que, precisamente, el espía pagado de la CIA y agente a sueldo del Departamento de Estado norteamericano y gendarme continental y del Caribe del imperialismo norteamericano, Juan Emilio Bosch Gaviño, propusiera cuando, a raíz de la derrota electoral de la dictadura yanqui-balaguerista católica de los 12 años, acaecida en el 1978, a manos del Perrodé con el terrateniente católico y ultra-conservador Antonio Guzmán, momentos aquellos en que, el ya existente Pálido Pelegato Boschista sirvió de tribuna a la demanda del viejo felón que secundaba las patrañas sucias y rastreras del rufián Vincho Castillo Rodríguez, de fraude y trampas en dichas elecciones y que forzaron al fallo histórico que mediatizó, a nivel congresional, la derrota del balaguerismo, según aquella fórmula, que tanto la parasitaria y balaguerista Iglesia Católica-Vaticano como los agentes mercenarios del tirano alimaña de los renegados revisionistas del partido “capitulacionista” dominicano (p“c”d) de los Narciso Isa Conde, José Israel (el Gordo) Cuello, Secundino Palacios, Carlos Dore Cabral, Carlos Ascuaciati y tantas sabandijas más, secundaron con todas las patrañas y absurdas imposturas, como alegatos de que, el reclamar y obtener el Poder el Perrodé, al que ya el felón Bosch Gaviño había traicionado definitivamente, y su candidato ganador Antonio Guzmán Fernández, conllevaría los riesgos casi seguros de un baño de sangre por parte de los altos mandos policiales y milites de las fuerzas criminales del balaguerismo. La propuesta consistía en reemplazar la victoria por una salida mediatizada que implicaba un gobierno cívico-militar encabezado por el tirano alimaña que debía ser mantenido así en el Poder y en el que había de participar el Perrodé, el que debía reconocer así que en realidad había hecho trampa y fraude y que no había ganado ni derrotado a Joaquín Balaguer. Cabe recordar que en esas circunstancias no faltaron los manifiestos intentos de la implementación del Golpe de Estado, disueltos ante el respaldo popular al Presidente electo Antonio Guzmán, así como de sectores reaccionarios y hasta lacayos y agentes del mismo imperialismo yanqui y de la Iglesia Católica-Vaticano, como fue el caso del canalla y mercenario asesino del pueblo venezolano y de los comunistas y revolucionarios de esa nación, Carlos Andrés Pérez. Así y no de otra manera, pudo Antonio Guzmán y el Perrodé asumir el Poder en el 1978. Y esto cabe ser recordado y ponderado ante la repetición de la misma situación aquélla, ahora en Venezuela, pero con un sentido muy relativamente diferente, pero del mismo modo favorable a la reacción derechista y del imperialismo norteamericano. Y esto queda comprobado con la propuesta que al respecto emitió César Pérez, el viejo renegado revisionista jruschovista, agente de 7 suelas de la CIA y del imperialismo yanqui, como vil mercenario de la Iglesia Católica-Vaticano y seguidor del rufián agente de la CIA y del MOSAAD sionista israelí, el hijo de la gran p... Rafael Hipólito Mejía cuando, en su articulejo del día 17 de abril, en dicho articulejo de marras, publicado en la letrina mercenaria mediática de la prensa amarilla Opus Dei-Pepin Corripio “Hoy”, que titulara “Maduro ganó y el chavismo perdió”, sacó de los libretos de la contrarrevolución la fórmula de que el chavismo reconociera que no es apto para dirigir Venezuela, que no respeta sino que viola su propia legalidad, por lo que debe postrarse y arrodillarse ante los Capriles y demás idiotas y estúpidos reaccionarios lacayos yanquis, lo cual establece César Pérez cuando expresa su fórmula, cuyo contenido es el siguiente: “La victoria del ungido -con sentido despectivo, N de R- Nicolás Maduro, ha sido pírrica, desconcertante, pero podría ser conveniente para Venezuela, si los dos agrupamientos (entiéndase el chavismo popular, revolucionario y patriótico, de un lado y del otro las hordas reaccionarias de mercenarios y lacayos oligárquicos y títeres de la Iglesia Católica-Vaticano, N de R) de fuerzas políticas que se enfrentan, toman ambas esa derrota del chavismo como el inicio de un proceso de transición hacia un sistema político basado en un acuerdo donde se respeten y potencien las conquistas sociales logradas por la masa de excluidos elevados a la condición de ciudadanos por el proceso de cambio impulsado (no creado, N de R) por Chávez y donde se plasman los principios básicos de la institucionalidad democrática (que el imperialismo yanqui y la Iglesia Católica-Vaticano, los máximos pontífices de la democracia, han dispuesto que son inexistentes N de R)”. Y cuyo significado no es otro que se debe entregar PDVSA (Petróleos de Venezuela S.A.) a los monopolios norteamericanos, que la economía venezolana, con sus riquezas mineras, ante el hecho de la incompetencia e inferioridad de los venezolanos, hay que ponerla bajo la tutoría y al servicio del imperialismo norteamericano que, según esa crápula revisionista, al parecer está viento en popa y boyante; la Franja del Orinoco regalársela, como estaba antes del chavismo en el Poder; eliminar los planes de potencialización de Venezuela y colocarla de nuevo en la pendiente humillante de la colonización y la pérdida de la independencia reconquistada y la soberanía restablecida, así como eliminar las universidades populares, los planes de desarrollo de la infraestructura que garantice el futuro desarrollo independiente de Venezuela y aceptar que el venezolano es un pueblo y un país de seres insignificantes e inferiores que sólo pueden servir de vivero de delincuentes, narcotraficantes, mercenarios, prostitutas y chulos. Es que, como corrobora este ejemplo de la alimaña César Pérez, las sabandijas de renegados revisionistas y oportunistas de tomo y lomo, como es él, jamás renuncian a su podrida e ignominiosa naturaleza espuria de social-traidores a ultranza.
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