ADMINISTRADORAS DE FONDOS DE PENSIONES Es rotundo fracaso la seguridad social para el pueblo, sectores oligárquicos amasan sumas que van de 300 mil a 700 mil millones, que motiva serias conspiraciones 21-11-2013
No cabe la menor posibilidad de equivocación, lo que es la tan cantaleteada seguridad social ha venido fracasando estrepitosamente durante más de 10 años de existencia y su colapso es un hecho comprobado. Seguridad social fue como el imperialismo norteamericano y europeo, junto a la burguesía y los terratenientes, encabezados por la Iglesia Católica-Vaticano, dieron en llamar a los planes neoliberales de convertir en un negocio suyo todas las actividades sociales de las áreas de la explotación y opresión capitalistas y la seguridad social de pensiones y retiro para los trabajadores. Sus auspiciadores cuatri-partitos, el imperialismo y sus monopolios, portadores del capital financiero internacional, la burguesía vernácula, que nunca ha podido desarrollar ningún tipo de vocación nacional patriótica, sino que siempre, aún en su grado incipiente, durante el período de la dictadura de casi 32 años del 1930-hasta finales del 1961, como lo reafirmara sin pudor alguno desde 1962 hasta la fecha actual (2013), se ha caracterizado por su lacayismo ante ese imperialismo yanqui, lo que es acentuado por sus ataduras umbilicales con el medievalismo feudal terrateniente, por lo que han constituido un bloque oligárquico bajo la tutela nociva de la retrógrada Iglesia Católica-Vaticano, que en conjunto se han erigido en la base social de sustentación del régimen oligarquía anti-popular y anti-nacional o anti-dominicano, en aras de sus oprobiosos privilegios, junto a sus correspondientes impunidades, tanto por el saqueo contra el Estado y las riquezas nacionales, como frente a las continuas oleadas criminales que han desplegado con carácter despótico, absolutista, autocrático y, de hecho, dictatorial, lo mismo que en el período de los 32 años, cuya fachada y careta lo fue Trujillo. Alrededor de ese programa de exclusivo beneficio de esos 4 componentes de dicho acuerdo cuatri-partito concurrieron las legiones desalmadas, inescrupulosas y huérfanas de dignidad de la pequeña-burguesía y los vende-obreros y anarco-sindicalistas demagógicos y aventureros fracasados, con la algarabía de prostitución de la prensa comercial que, en todas partes de América Latina y El Caribe, como en nuestro país sobre todo, es un escenario o atajo del proxenetismo y el lenocinio exclusivo de propagandistas, cagatintas y plumíferos de la venalidad y la mendacidad, donde se trafica y se vende todo al mejor postor, y al mismo tiempo se ensalzan y aplauden las peores vilezas, mediante la más vulgar tergiversación de las realidades, de las situaciones, de los hechos y ocurrencias, apelando a la manipulación y a la falsificación de la verdad, de su contenido y significado. Tras diez años de escenificación de lo que habían descrito como la panacea neoliberal y privatizadora que todo lo cambiaría, hasta la invariable naturaleza de los peores y más recalcitrantes explotadores y opresores, por lo que, según decían y celebraban con bombos y platillos, carnavales propagandísticos y noticiosos, acabaría poniendo fin a la diferencia irreconciliable entre pobres y ricos, explotados y oprimidos, de un lado, y explotadores y opresores del otro lado, para así hacer desaparecer la pobreza, la miseria y los consiguientes sufrimientos inauditos de la gran masa de desposeídos. Se decía así que se estaba ante el espectacular fin de la historia, de la que Marx y Engels establecían, según sus puntos de vista extremistas y desaforados, desde el inicio de la civilización había sido la historia de la lucha de clases entre los conocidos dos bandos contrapuestos de explotados y oprimidos, de un lado, como hemos dicho, y sus verdugos explotadores y opresores del otro lado. Pero ahora nos encontramos con que los especímenes más empecinados en esas imbecilidades aparecen, precisamente en la misma prensa venal y mendaz, portadora del más vil y abyecto mercenarismo, a la que, queriendo echarle agua al vino, dan en llamar mediatizadoramente, prensa mediática, hablando como tales, en corroboración de su descaro y desvergüenza, inveterados y congénitos, diciendo que hay que reformar totalmente de arriba hasta abajo, la reforma que tan cínica como irónicamente, en burla al país y a la población, les dio en llamar Ley Nacional de Seguridad Social, cuando no era otra cosa que la seguridad leonina de los cuatro grupos y sus venales como inhumanos y anti-sociales intereses, a costa y en perjuicio de la población en general y de la trabajadora muy en particular, lo que queda ilustrado con el cuadro de un sueldo mínimo aprobado hace poco, para los que usufructúan empleos fijos, de unos 11 mil y tantos pesos al mes, mientras el costo mínimo de la canasta de la familia promedio es de 36 mil pesos mensuales, o sea, que se trata de un régimen y modelo sistematizado del neoliberalismo globalizado y teocratizado, dado que el país y el pueblo cargan en sus espaldas, además de la formal explotación imperialista burgués-terrateniente imperante, con el aplastante fardo del parasitismo sibarita y compulsivo del cartel del opio de la humanidad que es la Iglesia Católica-Vaticano y del cristianismo en todas sus modalidades, en virtud del fideicomiso y carga colonial de viejo y nuevo tipo que es el Concordato, impuesto por Trujillo en el 1954, su peón, y que esclarece, ilustrando y explicando, una de las tantas causas de por qué la Iglesia Católica-Vaticano, junto al imperialismo, lo entronizó en la cabeza de su dictadura y tiranía despótica, a lo que hay que agregarle, sumándole y atándole con extrema seguridad, el Vicariato Castrense-policial y el Programa de Educación Católica, en sustitución del programa de educación nacional, y de paso, privatizando, con carácter monopolista y leoninamente, a favor del privilegio de la Iglesia Católica-Vaticano, todo cuanto sea y signifique o pueda llamársele actividad educativa, la que ha pasado a estar en manos exclusivas de la parásita y recalcitrante Iglesia Católica-Vaticano. Están reclamando, tanto desde el escenario de los lacayos abyectos y serviles del oportunismo desertor y abjuracionista del anarco-sindicalismo y el vividorismo holgazán de los lúmpenes sindicales, como desde el sector de la burguesía, que, a fuerza de los mandarriazos que contínua y despiadadamente le asestan los monopolios internacionales representativos del capital financiero mundial, y particularmente bancario, que es su sector especulativo y estafador, parece que han empezado, con mucha tibieza y cobardía, que no pueden ocultar, a entender que esa Ley de Seguridad Social del gran capital, que a su vez le otorga privilegios e impunidades amorales a su gran prostituta preferida, que es la Iglesia Católica-Vaticano, a la que desde el Estado le otorga no sólo subsidios, sino burdos y descarados financiamientos completos de sus negocios de salud, o sea, como es el caso escandaloso de la Plaza de la Salud, Cedimat, etc., que están bajo su directo control, al mismo tiempo que les facilita colocar un personal incondicional de ese oprobioso cartel del narcotráfico y el ultra-parasitismo que, insistimos y subrayamos, es la Iglesia Católica-Vaticano, como administrador y rector de los fondos de pensiones depositados en las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFPs), que vienen obteniendo cada vez mayores cuantiosos beneficios, aún y cuando hayan aceptado reducir una parte de sus ganancias, la llamada comisión complementaria, de un 30% a un 25%, lo que no es óbice para que el monto de sus ganancias esté en los niveles de miles y miles de millones de pesos, ganancia explicable en forma sencilla y elemental por cuanto, según las proyecciones estimadas, dentro de los próximos cinco años dispondrán las AFPs de más de 700 mil millones de pesos en fondos, en tanto las llamadas prestadoras de servicios de salud, como en el argot neoliberal se le llama a las clínicas privadas, son víctimas de los elevadísimos intereses a pagarle en forma obligada a la banca privada, apéndice de los capitales financieros internacionales de los monopolios imperio-capitalistas de EE.UU. y de la Unión Europea. Gravámenes de pagos de tributos a la banca y del pago de los elevados impuestos y multas gratuitas del Estado, a través de su Dirección General de Impuestos Internos (DGII), de los que los negocios de salud y ARSs en manos de la Iglesia Católica-Vaticano y de su alias Cardenal están exentos, por privilegios onerosos y cada vez más insoportables para el país y la población, como concesiones privilegiadas del Concordato.
Así, en una comunidad de puntos de vista tenemos, al
burócrata del sindicalismo pro-patronal y capitalista, proveniente del
oportunismo anarco-terrorista emepedeísta trasnochado, de su época de
díscolas aventuras con la extrema derecha y de abjuración total hasta de
inclinaciones de inquietudes popular-revolucionarias, Rafael (Pepe)
Abreu, por un lado, y los directivos de la Asociación de Empresas
Industriales de Haina y de la Provincia Santo Domingo, coincidiendo en
plantear la necesidad de una revisión total de la Ley 87 del 2001, que
práctica y efectivamente elimine y destierre la misma, una vez que es
convincentemente perjudicial al pueblo y a ese sector empresarial que
parece que, tal y como hemos dicho, está aprendiendo una lección de vida
o muerte para su misma supervivencia. Admite Pepe Abreu que esa llamada Ley de Seguridad Social fue elaborada por los intereses del neoliberalismo y los privatizadores con sus pilares de monopolios, capital financiero, imperialismo y su prostituta incondicional que es la parasitaria y holgazana Iglesia Católica-Vaticano. El capitalista Flavio Rodríguez, de las industrias y empresas de Haina y Región Sur (AIEHaina) denunció que la ley debe revisarse, en especial de acuerdo a sus intereses, porque las cargas laborales son muy altas en relación a las que hay en los países con los que la República Dominicana compite. No hay, por parte de los sectores pensionados, ni viabilidad financiera a su favor ni ganancias de los pensionados, como tampoco derecho a la salud. Dándose un cuadro que da cuenta de que las Administradoras de Fondos de Pensiones, con 300 mil millones de pesos, rumbo acelerado a los 700 mil millones, que marca un 230% de aumento, lo que, de hecho, resulta una mega fuente de recursos millonarios alienados; que los vuelve tentadores y capaces de alocar a cualquier sector, nativo o extranjero, y sobre todo a la Iglesia Católica-Vaticano, cuyo lema es: cuartos, cuartos y más cuartos.
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