PROMIPYME Una expectativa ilusoria que no lleva a ninguna parte 21-11-2013
Se ha venido promoviendo, indudablemente que con algún interés oculto, además del de fomentar ilusiones generales personales, en aras del objetivo fundamental de la preservación y continuidad del régimen de explotación y opresión capitalista, en manos básicamente del imperialismo y de la Iglesia Católica-Vaticano, la muy discutida e insostenible idea de que, con las llamadas mini o micro empresas, se puede dejar atrás la pobreza y entrar en firme en el camino del desarrollo efectivo del país y de la sociedad, con la consiguiente mejoría real para la población trabajadora dominicana. Es cierto que un desesperado se agarra hasta de un clavo ardiente. Pero si esa realidad convierte a cada pobre en un terreno fértil para que sirva de huerto y acoja, sin pensarlo mucho, los más peregrinos planes de su mejoría que se le ofrezcan, no menos cierto es que un gobierno no puede prestarse al estímulo y aliento de esas falsas expectativas, que de antemano se sabe que están condenadas al fracaso, lo que genera, a su vez, un verdadero torbellino de estafas y robos, con el consiguiente panorama compuesto de las amargas secuelas del desengaño, las frustraciones y las desmoralizaciones de poder alcanzar, con el esfuerzo y las ideas, un cambio en la base material, económico-social de los grupos humanos involucrados. Esta tarea de promoción de las micro, pequeñas y medianas empresas como la salvación, tiene su equivalente más completo y acabado en la estafa que representa la cadena de los productos “amway”, que tiene por característica principal volver al desesperado en un individuo antisocial y para sí, cuya mentalidad está completa y absolutamente saturada y desbordada de un obsesivo pensamiento único: “hacerme rico”, su complemento, el método: “no me hablen de otra cosa que no sea la venta de este producto y su promoción, no me hablen de política, no tengo ni me incumbe lo que les está sucediendo a los demás, sólo me importo yo, yo, y después, si hay algún espacio, de nuevo yo”. La idea y los programas de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), parten del punto inicial de no reconocerles ni darles a entender que sus actividades de producción y mercadeo se desenvuelven en un régimen capitalista y de un modelo neoliberal, que preconiza la acentuación y predominio absoluto de la concentración y centralización de capitales, lo que, a su vez, viene acompañado de la vigencia de una ley inevitable, por ser fatalmente inexorable, que rige en todas las áreas y ramas de la economía capitalista y en todo el régimen del sistema capitalista de explotación y opresión. Según dicha ley recoge y expresa, los sectores medio altos, medios y de abajo, en la marcha del capitalismo, sucumben y pasan sus componentes a integrar la masa de los proletarios, y en gran medida de la masa de éstos que nutre lo que se llama el lumpen, por cuanto han perdido sus medios de producción y de vida, pero no tienen ninguna ocupación ni profesión que les permita seguir desempeñándose en iguales o similares situaciones como antes lo hacían. Hoy se habla de la cantidad extraordinaria de atracos, asesinatos, violaciones, estafas, engaños y desengaños, pero nada se dice del proceso de pérdida acelerada de las extensas capas medias de sus medios de vida, que previamente ha sido y sigue siendo implacable en las zonas rurales, lo que impulsa e incentiva las migraciones internas en el país del campo a las ciudades, y ya es un hecho que casi el 50% de la población del país se encuentra en la capital y las provincias aledañas. Los fondos de Promipyme, o sea, del Programa de Promoción y Apoyo a la Micro, Pequeña y Mediana Empresa, son suministrados por el Consejo Nacional de Promoción y Apoyo a la Micro, Pequeña y Mediana Empresa. Es indudable que, quienes elaboran esos planes desde muy arriba de los ideólogos y estrategas del capitalismo y del yugo imperialista y monopolistas, están más conscientes y saben mejor que todo el mundo que esos programas en general no llevan a ninguna parte ni resuelven, como tampoco amortiguan el problema parcialmente, ni mucho menos de una parte importante de los que forman el espectro de las Mipymes. Y, sin embargo, insisten e insisten. Hay quienes insisten en subrayar, lo que hacen con pruebas en sus manos, que esos programas son una fuente perenne de corrupción, sangría y estafas, por parte de los mismos gobiernos que los estimulan con acentuado carácter demagógico. Así, resulta que en los tres últimos gobiernos, el del Perrodé del 2000 al 2004 y los del Pálido Pelegato Boschista del 2004 al 2008 y del 2008 al 2012, el nivel de la corrupción y de uso, con fines politiqueros, de los famosos fondos y proyectos de las Mipymes, ha sido horroroso y de gravísimos impactos a favor de la desilusión y el deterioro colectivo de sus esperanzas y expectativas de alcanzar calidad de vida y efectiva mejoría a través del esfuerzo y el trabajo productivo. Como en gran parte los programas Promipyme tienen una sustentación en la reminiscencia del proteccionismo estatal, y en las dudosas buenas intenciones de las obras de beneficencia y filantropía, siempre en ellos están de por medio las iglesias, como la Católica, Apostólica y Romana, y por igual las iglesias protestantes. Sin embargo, como acertadamente expresa la ley que establece que no hay regla sin excepción, en el caso de las Mipymes, de 100, sobreviven 3, 4, 5 ó 6, esto es, un porcentaje en extremo bajísimo, esto es, digamos, en una primera embestida, en un ciclo económico, al final del que la miseria se ha acentuado, las deudas por los préstamos se hacen exorbitantes y al tiempo de tener que pagar a Promipyme hay que pagarle a los prestamistas individuales, como sacar de la casa de empeño lo que, para cubrir una necesidad impostergable se tuvo que “guardar” en dicha compraventa, y así sucesiva y continuamente. Estas Mipymes sobrevivientes de hecho, y sin excepción, quedan en pie, pero atadas a préstamos de una banca formal y con intereses más altos, como debiendo llenar muchos requisitos y el pago de la legalización, o sea, que han quedado en pie, pero enganchadas a la banca privada de los grandes capitalistas, los que, de hecho, son los reales propietarios de las empresas y negocios de las Mipymes, pero esto con la especial particularidad de que el consignatario formal de la propiedad de las Mipymes se hace la idea ilusoria de que él es el dueño, el propietario, falsa idea en la que se toma el cascarón por el huevo, y la envoltura por el cuerpo, y terminan pagándolo muy caro, corroborando que en el régimen y su sistema capitalista, nada es gratis, todo cuesta, cada cosa se compra y se vende, y así, el iluso “propietario” trabaja diariamente hasta el equivalente a y hasta más jornadas de trabajo de cada hombre. O sea, que resulta super-explotado y oprimido. Del Consejo de Promipyme su lectura indica que se trata de un plan demagógico y de fomento de falsas expectativas como de esperanzas en el aire y que la finalidad obedece a un plan de contingencia elaborado en conjunto por los centros de programación de la dominación y explotación imperialista y sus monopolios, de la Iglesia Católica-Vaticano y las sectas protestantes, así como de los gobiernos representativos del régimen económico-social capitalista y terrateniente dependiente, que por sólo beneficiar a sus élites de las clases poseedoras es de un régimen oligarquía, y sus componentes, oligarcas. Es indudable que Promipyme, o sea, el Programa de Apoyo a la Micro, Pequeña y Mediana Empresa y sus fondos, como su programación, tienen sus raíces en los obsoletos programas de la Alianza para el Progreso y sus planes de contrainsurgencia, los que se aceleraron a partir del 1960 y los que bien pronto se entrelazaron con la Iglesia Católica-Vaticano y las sectas protestantes, todo bajo la supervisión y control de la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (USAID), e interconectado con los programas de beneficencia y filantropía, como bien ilustra Cáritas, que, como es sabido, es asunto que tienen en sus manos directamente la Iglesia Católica-Vaticano y las sectas evangélicas.
Y no es diferente el caso del hoy banco privado y neoliberal Ademi, como
las distintas Asociaciones de Ahorros y Préstamos, que diligencian
activamente que se abran cuentas de ahorros para, a continuación,
estimular que los ahorrantes dejen de hacerlo, y ellos quedarse con lo
depositado por ciudadanos en busca de ahorrar y así quedan
desilusionados. Como bien se especifica en el Artículo 6 del susodicho Decreto 1182-01, los fondos de Promipyme, en este caso, son manejados por un connotado protagonista de la corrupción que practica en tal medida la prevaricación, entendida ésta en el sentido figurado de que se sirve del Poder del Estado, José del Castillo Saviñón, que es el Ministro de Industria y Comercio, jefe de la mafia que componen grupos de transportistas gansterizados y que trafican con los combustibles y sus precios, lo que, en parte, ha determinado que este bellaco haya declarado poseer un patrimonio de 170 millones de pesos. Es de general conocimiento que antes de tener el cargo y de participar en el contrato de venta a precio de vaca muerta de la Barrick Gold, su padre -el viejo oportunista y golpista de septiembre del 1963, José del Castillo Pichardo- era el que tenía que cubrirle el pago de la vivienda y sus servicios, al igual que cubrirle la manutención de los otros tres hijos procreados en dos matrimonios anteriores al actual.
El papel de las iglesias, como la católica, y su acción social y de
acción obrera, como postulan desde su maridaje de vieja data con la
explotación y la opresión, como por igual el de las sectas protestantes,
es el mismo de los grandes brujos que salían acompañando a las tribus de
pescadores, y que oraban, entonaban cantos mágicos y exorcizaban para
alentar a los peces a entramparse en los mecanismos de las redes y
otros, hechos para su captura. - Siempre pagan y hasta se matan por pagar, debido a la ilusión de salir de la pobreza extrema. - Se les presta a los intereses más altos, a título de ayuda de solidaridad. - Con suma facilidad se les induce a que depositen sus magros recursos en nuestras instituciones de créditos solidarios, donde se imaginan ilusoriamente que están seguros. - Como estas instituciones se pueden transformar, pues podemos quedarnos con gran parte de esos recursos, puesto que, para su reclamo, tendrían que apelar a abogados que cobran y a los tribunales, cuyos jueces no quieren y temen enfrentarse a nosotros. - Los préstamos que les hacemos, como no poseen garantía, es al 6, 7 y hasta al 8% mensual, lo que redondea hasta un 96% anual. - Esos préstamos individuales son por muy baja cantidad para el mundo bancario y de las finanzas, no obstante, es tan elevado el número de préstamos individuales a los pobres y de bajos niveles, que sumados hacen una cantidad de millones exorbitantes. Esta es la muy famosa relación entre la micro y la macroeconomía. Todo esto hemos querido ponerlo a circular en la opinión pública como advertencia, e incluso al gobierno central, de que no se pase de la raya, que esos son pecados cuya exculpación cuesta demasiadas penitencias y oraciones.
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