Rechazamos tropas yanquis disfrazadas de "ayuda humanitaria"

Gobierno Leonel Fernández-Pálido traiciona país y pueblo dominicanos

E l gobierno norteamericano de Bill Clinton, en una típica acción colonial, acompañada del lacayismo bastardo del gobiernucho de Leonel Fernández, del Pálido, del PRD y del PRSC, alevosa y cobarde, acaba de invadir nuestro país, la República Dominicana, desembarcando, por medio de aviones, helicópteros y barcos, cientos de soldados equipados con cañones, tanques, carros de asalto y todo tipo de armas de guerra convencional, en las provincias de Monte Plata y Hato Mayor, donde han instalado centros de operaciones como parte de la acción militar vandálica bautizada "Castillo del Caribe 99". Ahora, igual que en todas las veces que el imperialismo norteamericano efectúa sus atropellos contra pueblos y naciones pequeños y atrasados y por tanto débiles, no ha faltado el pretexto de la "ayuda humanitaria"; y en esta ocasión la coartada típicamente gangsteril es grotesca y cargada de oropeles disparatados como eso de "reconstrucción de escuelas, caminos y puentes destruidos por el ciclón ‘Georges’ en septiembre de 1998", o sea, después de nada menos y nada más que 6 largos meses.

El desembarco se empezó a efectuar bajo el mayor secreto a principios de marzo y se anunció varias semanas después, cuando los ciudadanos de toda la región Noreste y Este ya estaban alarmados por lo que veían suceder.

Lejos de protestar y reclamar el respeto a la soberanía nacional, el gobierno títere de Leonel Fernández-Pálido se mostró complacido y solícito para la ocupación militar, ha autorizado este crimen contra la libertad e independencia de nuestra nación, y carente de escrúpulos y dignidad se muestra, en la persona de su Presidente, lleno de bastarda satisfacción. Es así como no vacila en promover una foto de la secretaria de Educación, Ligia Amada Melo, junto al comandante de las tropas invasoras, teniente coronel Edward Sweeney.

Pero, por su lado, los farsantes y traidores de los órganos dirigentes del PRD que fingen, simulan o juegan a la oposición, han hecho lo mismo o peor. Del PRSC, que es un amasijo de cipayos entreguistas de tomo y lomo, no hay ni que hablar. Todo el mundo sabe lo gozoso que está el moribundo tirano al saber que prima en la política nacional su entreguismo asqueante.

El silencio para no aparecer escenificando el colmo del entreguismo prostituido que lo carcome en cuerpo y alma asumido por sus Comité Central, Comité Político y demás instancias de traición que integran esa degradada agrupación de la mendacidad que es el PRD, ha sido complementada con el descaro pusilánime e infame del señor Ramón Alburquerque quien, en evidente acto comprobatorio de que sólo es capaz de moverse por las bajas y sucias apetencias, jamás por un principio, ni siquiera de carácter patrio, sin que le importe en absoluto la soberanía del país, concurrió como un perrito realengo y sarnoso a ponerse a las órdenes del mando militar norteamericano, responsable directo de la soldadesca que avergüenza y pisotea el suelo patrio. En esa ocasión, sólo faltó que el flamante senador se arrodillara y le lamiera, como buen realengo, las botas al oficial intruso.

No cabe duda que con ello enloda al Senado, llamado a velar, según la Constitución, por la soberanía del país, y que en su Artículo 3 da mandato obligatorio de defender la soberanía nacional cuando dice:

"Art. 3.- La soberanía de la Nación dominicana, como Estado libre e independiente, es inviolable. La República es y será siempre libre e independiente de todo poder extranjero. Por consiguiente, ninguno de los poderes públicos organizados por la presente Constitución podrá realizar o permitir la realización de actos que constituyan una intervención directa o indirecta en los asuntos internos o externos de la República Dominicana o una injerencia que atente contra la personalidad e integridad del Estado y de los atributos que se le reconocen y consagran en esta Constitución. El principio de la no intervención constituye una norma invariable de la política internacional dominicana".

Pero además, este mismo Ramón Alburquerque se convierte así en una afrenta vergonzosa y digna sólo del estercolero más hediondo y nauseabundo, cuando se recuerda que es tanto Presidente del Senado como representante en este hemiciclo precisamente de la Provincia de Monte Plata, donde está enclavado el alto mando de las tropas invasoras.

Rechazamos la asquerosa e indignante mentira de que esas tropas son para "ayuda humanitaria". Aquí en este país sobran los brazos para albañilería, carpintería y construcción en general. Aquí sobran los ingenieros y maestros constructores para fabricar 8 miserables escuelitas de 3 aulas para albergar varios cientos de alumnos, o bien para construir caminitos vecinales. Aquí sobran materiales de construcción. Aquí sobran recursos, pues este país en la actualidad tiene un Producto Interno Bruto que supera los 400 mil millones de pesos, según cifras del Banco Central y del mismo Banco Mundial. Y en lo que concierne al Presupuesto de Ley de Gastos Públicos, los ingresos representan superávits por miles de millones de pesos.

La ayuda humanitaria que necesitamos los dominicanos jamás vendrá del monstruoso imperialismo norteamericano. El gobierno imperialista norteamericano, por su naturaleza de explotador y opresor no puede ayudar. Si lo hace negaría su naturaleza rapaz de saqueadores de nuestros recursos renovables y no renovables. Son miles de millones de pesos y dólares que Estados Unidos pillan y roban a la República Dominicana con sus préstamos leoninos, con su política de destrucción del aparato productivo agrícola y ganadero para obligarnos a importar productos alimenticios a sus consorcios capitalistas. Son miles de millones de dólares que Estados Unidos saca cada año de este país para pretender ahora, con esta descarada e injustificable invasión militar, vestirse del angelical manto de la "ayuda humanitaria".

La vulgar y grosera mentira utilizada para disfrazar la insolente y humillante agresión contra nuestro pequeño país es la prueba más elocuente de que el enorme y aparente poderío invencible de los imperialistas yanquis no puede resistir la lucha decidida y firme de nuestra nación dominicana. El mismo gobierno imperialista de Estados Unidos sabe que en este mismo siglo XX lo hemos obligado a retirar sus tropas invasoras en dos ocasiones. Y poseemos tradiciones de lucha bien sólidas enfrentando y derrotando ejércitos poderosos invasores. Y hoy, a la luz del socialismo científico, de la doctrina marxista-leninista, conocemos mejor las contradicciones internas y externas que hacen frágil al sistema imperialista. Y conocemos las leyes esenciales que favorecen nuestro triunfo sobre los opresores verdugos de pueblos.

Tanta cautela y sigilo para ocultar el operativo invasor durante semanas enteras y luego darlo a conocer tratando de disfrazarlo han requerido mucha complicidad y traición en todas las esferas del Estado Dominicano mismo, donde comparten los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial los partidos Pálido, PRD y PRSC y sus aliados y la Iglesia Católica. Todos los directores de periódicos amarillos, radiales, escritos y televisados, propiedad del capital usurero parasitario y sus tropas de buscavidas mercenarios de "a tanto por línea" han jugado un papel básico en esconder la verdad a la población. Así, no es casual que en esos momentos se efectuara el cónclave de periodistas latinoamericanos y el gobierno de Leonel Fernández-Pálido en su papel de judas anfitrión galardonara a los "Premios Nóbel de la Paz", la buscavida guatemalteca Rigoberta Menchú y el agente argentino Esquivel, así como a la escoria inmunda del periodismo criollo encabezado por Juan Bolívar Díaz y Huchi Lora, entre otros. Es con ese ejército de plumíferos gacetilleros mercenarios fabricantes de opinión pública que el imperialismo yanqui y sus lacayos criollos cuentan para anestesiar la sensibilidad de la población y seguir actuando con toda impunidad.