Seis aspectos fundamentales ofrecen un balance de rotundo éxito huelga 18 de mayo
1. La huelga representó una protesta masas contra el maltrato, robos y desconsideración Leonel Fernández y su gobierno
¿Por qué y quiénes llevaron a cabo la huelga? ¿Contra quién y contra quiénes se efectuó la huelga?, así como ¿quiénes la condenaron y quiénes siguen empeñados en desacreditar las justas luchas del pueblo? ¿Qué fines persiguen alcanzar los que condenan las luchas populares y cuál es la naturaleza de clase y política de sus alegatos a favor de los explotadores y opresores, y en contra de las masas explotadas que luchan?
Tal vez resulte en extremo aleccionador saber que junto a las cosas de gran significación ese movimiento dejó tan fuera de sí, como entre las insignificancias que arrastó, a los cavernarios, que el actual Jefe policial, con su apreciación personal de que "la huelga fue un fracaso", para desmedro de sus cuestionables dotes y facultades de razonar, sólo pudo lograr que se pusiera de manifiesto la sospecha de que quedó frustrado debido a que no pudo hacer correr la sangre del pueblo, como demandaba lo que luce como aberración sanguinaria suya.
Lo primero y más significativo es que con la realización de la huelga nacional del día 18 de mayo el pueblo demostró su alto espíritu de lucha y su irreductible voluntad de resistencia y rebeldía tanto ante el rumbo con que orienta sus actuaciones generales y particulares el gobierno y el presidente Leonel Fernández como su inconformidad por el deterioro de las condiciones y medios de vida que, como efecto de la política económico-social gubernamental, a velocidad atropellante viene padeciendo el pueblo dominicano en todo el territorio nacional. Y con esto de paso, en un solo día y en una huelga, sin importarle ni preguntar "quién la convoca" ni siquiera se preguntó ¿cuál es el pliego de demandas?, ¡palante! La gente acogió el llamado a huelga, y las masas del pueblo desmontaron y desarticularon todo el andamiaje de falsedad y mentira creado artificialmente por las clases explotadoras, con su gobierno corrupto, antinacional y antipopular a la cabeza, de que ya no había pueblo que luchara y que él podía hacer impunemente todo lo que arbitrariamente le viniera en gana; que las masas de este país -propalan esos mercenarios- han sido anestesiadas por los cuerpos represivos y por el torrente de drogas de todo tipo y la pervertida campaña de propaganda viciosa de la prensa amarilla tanto escrita, radial como televisada. Soñaban y seguirán soñando convertir al pueblo en un amasijo de hambrientos que mendigan como canallas un trozo de pan. Olvidaron los verdugos, y quieren seguir jugando con candela, que este pueblo ha pasado hambre por siglos y que el plato de comida no le importa más que la libertad y la independencia e integridad y soberanía del país.
Por esto el movimiento huelgario tiene como principal rasgo característico y distintivo el de la protesta masiva, por encima y sin importar mucho los logros concretos o tangibles con que un pernicioso pragmatismo buscavida pretende evaluar el resultado del movimiento; es claro que los que están en eso son los responsables