Si alguna nota peculiar existe alrededor de ese acto típicamente fascista desde sus preámbulos hasta su desenlace final llamado Convención del PLD (Pálido), esa nota lo constituye que Diandino Peña, desde un año atrás habría advertido: Si Jaime David sale electo como candidato, no cuenten ni con un solo centavo de mis millones.
Sólo aporto si el candidato es otro, y en especial Danilo Medina. Y al fin y al cabo impuso sus deseos caprichosos.
Se cree que los celos, ese bastardo sentimiento de personas de baja catadura, determinaron esa intransigente postura del zar Diandino Peña, venido igual que Leonel Fernández del ghetto marginal de Villa Juana.
Ese suceso con estos antecedentes habla de la calaña que posee ese partido que es el Pálido de Bosch.
Como se ve, la llamada Convención PLD (Pálido) estuvo caracterizada y definida desde su fase embrionaria o intrauterina por el poder decisivo del dinero y el tráfico de influencias palaciegas, con lo que se vino a reafirmar que esa entidad carece de rasgos distintivos que la puedan acreditar como un partido diferente a los demás del sistema.
Ya se conoce a todo lo largo y ancho que el soborno, el tráfico de influencias, la compra de votos y todas esas bajezas, reflejo de la podredumbre y descomposición ideopolítica, fueron los determinantes y definitivos dentro de la selección del candidato presidencial del Pálido (PLD).
La designación de un sujeto que durante el curso de la contienda pre-candidatura no expuso con soltura una sola idea que se sospechara tuviese alguna novedad (no lo juzgamos por ser huérfano de originalidad), que sólo expuso su discurso machacón de: "yo ., yo , yo.., y más yo, he sido un perro faldero y rastrero" y que, al fin y al cabo, su grado de iletrismo le lleva a jactarse de ser "un pragmático", cuando el ser tal cosa es sinónimo de la más abyecta inmoralidad, equivalente sólo a la sublimación de la expresión: "yo bailo por la plata".
"Para mí -sustenta el pragmático- no hay más que una sola verdad: lo que me da beneficio. Lo otro es mentira".
Y ese Danilo Medina se muestra orondo y realizado cuando le catalogan de pragmático consumado. Si éste no es el arquetipo o prototipo de la prolongación en el tiempo del ceboruco de la cueva de San Juan de la Maguana cuyos restos, con los de sus víctimas humanas y todo, fuera descubierto por el antropólogo Luna Calderón, entonces en verdad que esa vergüenza para la cultura y la civilización pudo ser del PACOREDO y sólo así nosotros como Partido ya no existimos.