Las importantes revelaciones de la podredumbre común y en la que nadan el PRD y el PLD puesta de manifiesto en sus respectivas convenciones
Los días 20 y 27 de junio, respectivamente, el PRD y el PLD llevaron a cabo sus convenciones para elegir sus candidatos a la Presidencia de la República para los comicios del año 2000.
Ambas convenciones se efectuaron en un mismo mes, cuando ya en las amplias masas populares, y particularmente en los círculos más sensatos y emancipados, en base a la experiencia vivida, de falsas ilusiones culturales y políticas, hay el convencimiento de que ninguno de los tres partidos mayoritarios del sistema actual pueden ni les interesa resolver nada. Pero también esas convenciones se llevan a cabo en un momento en que las masas sufren los latigazos de la miseria y la opresión de manos del gobierno neoliberal y agente yanqui del corrupto presidente Leonel Fernández del PLD, en una medida nunca antes vista ni conocida.
Las ilusiones de que un gobierno de uno u otro partido, tipo PLD, PRSC o PRD, conlleve mejorías reales para las masas, (esas ilusiones) están alicaídas y es, realmente, imposible que las mismas vuelvan a tener el vuelo que anteriormente lograron alcanzar.
Ambas convenciones son sumamente ilustrativas, tanto de la podredumbre y de la incapacidad que carcome y corroe a esos grupos políticos de la derecha perredeísta, peledeísta o reformista, que les imposibilita mantener hasta una real legalidad de traidores hacia el interior de sus agrupamientos, con lo cual, se cae de la mata que estos amasijos de buscavidas y parásitos trepadores tampoco pueden mantener en alto ni la raída bandera de la legalidad burguesa, ni mucho menos de la constitucionalidad y qué decir de respeto a los derechos humanos que consagra una Constitución burgués-feudal, de dudosa procedencia además, como la que impera en la República Dominicana.
Esas convenciones, analizadas por separado, arrojan un balance ilustrativo sumamente interesante en torno a la real catadura y el nivel de perversión de esos agrupamientos contrarrevolucionarios, por lo que dicho balance todo elemento de la ciudadanía consciente debe conocer.
Veamos la del PRD.
La convención del PRD se caracterizó porque la fecha de efectuarse fue aplazada por lo menos en 4 ocasiones. La razón de esos aplazamientos era la querella intestina entre los diferentes pre-candidatos, que son a su vez, aspirantes a caudillos en el PRD, ya que, no hay duda, ostentan el rango de caudillitos dentro de las múltiples e interminables facciones que constituyen ese agrupamiento politiquero.
El punto de discusión en su seno era en realidad la obtención de la candidatura a como fuera, pero la discusión se centró en el llamado padrón electoral, o el padrón de militantes del PRD, lo que desde el punto de vista político resume muy importantes lecciones, ante la falta de plataforma programática de los contendientes en esa disputa interna.
La cuestión del padrón electoral en el PRD tiene una íntima vinculación con el problema del padrón electoral nacional, puesto que entre ambas situaciones, la del padrón de militantes en el PRD, o más bien la de los falsos y varios padrones (un padrón según sea la ocasión que se le presente), y la del padrón electoral de la Junta Central Electoral, donde el DNI tiene igual o mayor número de padrones para usarlos según le convenga, hay una identidad total en cuanto a que, realmente, hay tantos padrones electorales (nacionales o del PRD) como piezas tiene un juego de dominó o cartas tiene un juego de barajas.
En el PRD se sacan y se barajan los diferentes padrones de acuerdo al designio y al interés de los mecanismos extra-partido que escogen previamente el candidato del PRD y que luego, mediante las llamadas convenciones internas, hacen que los llamados militantes, en verdad borregos amaestrados y pervertidos, voten a favor de tal o cual pre-candidato, haciéndolo así candidato oficial de ese partiducho politiquero.
Esos mecanismos de que hablamos, son extra PRD, pero a su vez tienen en el seno del PRD no pocos dirigentes oficiales del PRD, donde actúan al servicio de supramecanismos de manipulación hacia lo interno de la "organización".
Esto es así:
El PRD desde que vino al país, en el año 1961, el 5 de julio, es una institución manejada por los mecanismos del Departamento de Estado y la CIA, que más adelante incorporó de mutuo acuerdo a esos mecanismos a elementos representativos de los círculos de los servicios de inteligencia, de los hombres de empresa, burgueses, terratenientes, etc., de la Iglesia Católica, de las Fuerzas Armadas, de la Policía Nacional, o sea, los círculos que manejan el país como nación caracterizada por el dominio de la explotación y la opresión. Por otro lado, apareció la disposición y la iniciativa de parte de Peña Gómez de reclutar, como manera de manejarlos, a todo tipo de seudo-revolucionarios y ex-revolucionarios; de ex-marxistas y reales renegados para que, en rol de mercenarios y politiqueros venales, actuaran hacia el seno de las diferentes esferas sociales y capas de pobladores, dándole al PRD una imagen maquillada de "amplia" organización, donde estaban representados todos los sectores sociales y corrientes del pensamiento político moderno.
Un designio de esos mecanismos es que ni a nivel de la Junta Central Electoral, ni a nivel de un partido como el PRD ni ningún otro partido de derecha, exista un padrón de militantes, que en todo caso sería un elemento organizado y organizador, como augurio cuando menos de educación y formación políticas adecuadas.
O sea, impedir que exista un padrón de militantes es lo mismo que impedir que esos partidos sean auténticos partidos políticos donde se eduque y se discipline, o cuando menos se intente hacerlo, a los miembros en una conducta política y alrededor de un programa político definidos.
Para dictar esa ordenanza, los directores y "cerebros" del aparato ése, parten del adagio de no afilar cuchillo para su propia garganta, y de que tratándose de amasijo de mercenarios y aventureros políticos, una vez que posean cierto poder de influencia en las masas querrán hacer todo tipo de diabluras, y, para avalar su disposición, usan las vivas experiencias que les aportan los organismos militares.
Siendo éstos cerrados y conformados en el cultivo de una separación absoluta de lo civil, a la corta o a la larga, ha resultado que la influencia social de las masas ha permeado todos los mecanismos militares creados, con lo que guardias y policías, que provienen de las masas desempleadas del campo y la ciudad, han terminado por escenificar confrontaciones campales con sus amos y verdugos. Si se repasa la historia se encontrarán ejemplos al por mayor y al granel del fenómeno en cuestión.
Esa es una disposición que emana directamente del Departamento de Estado, de la CIA y de los mecanismos de dominio neocoloniales, tanto europeos como norteamericanos, con sus raíces y ramificaciones en el seno de las clases dominantes y de las clases políticas nativas.
Así, primero Bosch en el PRD, y luego Peña Gómez, se esmeraron en darle forma a esa pestilente situación pantanosa, que caracteriza lo que es hoy su "organización" y, particularmente, el llamado padrón de militantes del PRD.
Recuérdese que cuando Juan Bosch fue Presidente en el año 1963, durante 7 meses, su tarea fundamental fue dedicarse a impedir que Angel Miolán le diera forma a la "organización" del PRD, porque él vino aquí con el mandato expreso de la CIA de impedir la organización de tipo populista con sentido político.
La disposición de la CIA y los mecanismos del Departamento de Estado norteamericano es que esos partidos "se organicen" como amasijo de bueyes y recua de burros y caballos pastoreando en potreros, donde en el momento en que la administración de la finca o del ingenio requiere una yunta de bueyes o requiere una montura, va al potrero, lo enlaza y se lo asigna a un capataz, a un superintendente, o a un guardacampestre para que disponga de esa montura.
Eso es lo que ha sido la "organización" del PRD.
Así, cuando al Departamento de Estado le interesaba que ganara un candidato como Antonio Guzmán o como Jorge Blanco, él ha manipulado los mecanismos internos del PRD, y cuando Salvador Jorge Blanco, por ejemplo, se hizo la cabeza de la oposición al mismo gobierno perredeísta de Antonio Guzmán, ellos manipularon los "padrones" de militantes para que Jorge Blanco saliera ganador, como manipularon para que Peña creara los líos a Majluta y para que luego Peña se impusiera y se reimpusiera como candidato y jefe único del PRD, hasta convertirlo en la pocilga de cerdos que es actualmente desde la cabeza hasta el rabo, no sin antes haberle servido para matar todo espíritu populista sano que allí pudiera existir y condenando al PRD a ser este amasijo de canallas y mercenarios en que ha culminado.
En esta ocasión, la rifa del padrón de militantes le fue asignado por esos mecanismos del Departamento de Estado, de la CIA y de los círculos de explotación y de opresión nativo al llamado Hipólito Mejía, el troglodita ñeca de Gurabo, para que fuera candidato. A los demás, les tocó protestar, y en el curso de esa protesta, hicieron revelaciones sumamente importantes.
Fello Suberví declaró, en un momento de desesperación, "no hay padrón", e hizo una confesión, y los demás candidatos se lo criticaron.
Hatuey Decamps, que había hecho causa común con Fello Suberví, hizo confesiones significativas en un momento determinado, con un ejemplo sumamente ilustrativo.
"Fíjense señores", decía Hatuey Decamps, "en Santiago nunca se ha hecho ni se ha hablado de hacer convención, porque allí no existe ni siquiera un listado que pueda llamársele como caricatura de padrón de militantes, ni siquiera allí hay listado escrito en papel de carnicero ni en papel de sanitario, allí no hay absolutamente nada, y por esa razón, cada vez que se habla de convención, se habla de convención en el Distrito". En el llamado padrón de militantes del PRD no apareció ni Johnny Ventura, que es síndico del D.N. por el PRD y antiguo diputado al Congreso por ese mismo partido.
Eso dijo Hatuey Decamps y esto viene a confirmar lo que nosotros decimos de que una de las tareas principales que le asignó el Departamento de Estado, la CIA, tanto a Juan Bosch como a Peña Gómez y ahora a los actuales vendepatria, vendeobreros y vendepueblos que hay en la dirección del PRD, es que no intenten organizar ni por cuenta del diablo un padrón de militantes ni organicen partido alguno, que eso debe seguir funcionando como lo que ha sido, un atajo de bueyes, un conjunto de burros o caballos que pastorean en potreros, y que cuando los dueños de la finca, o los dueños del país, o del batey, o del ingenio, dispongan usar montura, o bueyes para que les jalen la carreta, ellos irán a ese potrero a amarrar, enlazando dos o tres burros, dos o tres caballos, o cientos y miles si se quiere, y ponerlos a jalar la carreta para los fines que ellos -los amos-dispongan. Que como está ese agrupamiento politiquero, así es que a ellos les gusta.
En este caso, a quien le toca montarse en la carreta del PRD es a Hipólito Mejía.
Al ganado de bueyes, de caballos, de burros, le toca jalar ahora esa carreta para llevarlo a la Presidencia y que lo harán para que de nuevo sigan jalando la carreta y sigan sacando el melao del ingenio, es decir, para llevárselo la clase explotadora.
En cuanto a la convención, o caricatura de convención tipo Hitler-Mussolini del PLD, no deja de ser menos ilustrativo.
Habíamos advertido que Leonel Fernández, como mafioso de Manhattan y el Bronx de New York, había hecho amarres que copiaban textualmente el modelo mussolinista, modificado con las experiencias del bajo mundo de las bandas de la urbe neoyorquina de la nueva Sodoma y Gomorra que son los EE.UU.; empezando por secuestrar la voluntad de votos de la militancia, para lo que Leonel Fernández hizo aumentar en 160 los miembros del Comité Central del PLD, cargos que fueron llenados con los funcionarios más comprometidos con el gobierno del PLD.
Teniendo presente que la escasa militancia del PLD cuando llegó al Poder era cuando mucho de 8 mil miembros, y que esos ya habían sido masivamente sobornados. A esos se les sumaron 6 mil más, pero si eran entonces 6 y ahora se les sumó 8 mil, o sea, se les sumó una cantidad de Leonel, de empleados y de los servicios de inteligencia, de los servicios de los cuerpos paramilitares, duplicando los militantes, que fueron los que determinaron la elección de Danilo Medina.
De antemano, Leonel Fernández dispuso un menú dentro del cual los comensales, que eran los supuestos votantes u organismos del PLD, escogieran. Esto guarda un estrecho parecido con lo que hacían en la P.N. cuando hacían escoger al que iba a ser apaleado entre dos garrotes. La elección era entre rompehueso o ninguno; la víctima debía ejercer la libertad de escoger, siendo este último más truculento que el garrote llamado "rompehueso".
El menú estaba compuesto por el actual vice-Presidente, por el Secretario de la Presidencia, que es Danilo Medina y por Felucho Jiménez, que es el rufián que ostenta la cartera de Turismo, en donde él es ley, batuta y Constitución para su enriquecimiento al vapor.
Ya habíamos advertido que si el Comité Central había sido elegido por voluntad de Leonel y el Comité Central decidía los pre-candidatos, de antemano la base estaba condicionada a decidir lo que Leonel quería que se decidiera. Así exactamente fue que ocurrió.
Agréguese o conjúguese esto con que Leonel le impuso más de 6 mil nuevos militantes al PLD, que sobre los que existían sumaban 14 mil y, por tanto, era sin alternativa los suyos los que decidían, en último caso, lo que allí iba a suceder, como al efecto resultó. Esa situación causó, además del desencanto reinante en los que eran palidistas por ilusión fantasiosa, una mayor apatía, y por eso la abstención alcanzó más de un 15 por ciento de los delegados de los escasos 14 mil y pico palidistas, cifra que siendo un partido de derecha y del sistema resulta escandalosamente insignificante.
¿Qué representó esto?
Considerando además la forma de delegado en que se efectuó, copiando al Partido Demócrata de los EE.UU., la designación del candidato peledeísta Danilo Medina, hay que significar que no fueron los militantes los que levantaron en forma directa su mano votando por éste o aquel candidato, sino que, como cada organismo elegía un miembro (de 7, uno), para que éste representara a los otros organismos de base, en realidad, fue una minoría corrupta la que seleccionó al candidato pálido Danilo Medina.
En definitiva, en la Convención o farsa convencional pálido se operó un secuestro escalonado pero total de la voluntad de la militancia que, en último caso, ya había sido aplastada por la elección del Comité Central, de funcionarios de Leonel o de personas que estaban listas para venderse a Leonel, así como también por aquellos militantes impuestos por estos dirigentes en los organismos de base del PLD.
Por tanto, el PLD, como efectivamente dijo Euclides Gutiérrez, sigue siendo lo que Bosch creó y así lo vino a reafirmar en la farsa convencional efectuada el 27 de junio: un partido o amasijo politiquero de traidores, de canallas y pervertidos, de descerebrados, sin capacidad para discernir ni actitud para pensar, porque fueron o nacieron siquitrillados cerebralmente, deviniendo en una organización de corte fascista, donde se tiene prohibido pensar y sobre todo discernir.
El PLD, no hay duda, es una organización de eunucos mentales, de castrados, en cuanto al ejercicio del pensamiento se refiere y en cuanto a vocación de honestidad y ejercicio de la honradez política. Todo lo atinente al curso y desenlace de su Convención del 27 de junio corrobora a plenitud todo lo que sostenemos.