Porqué creemos que ni la Iglesia Católica entera ni sus prelados poseen soportes morales para trazar pautas al país ni al pueblo dominicanos
El carácter y la idiosincrasia de la Iglesia Católica, parasitarios y vividores a costa del pueblo dominicano y con la connivencia siempre con los gobiernos explotadores y opresores; con ese carácter y esa idiosincrasia impregnados como una marca ancestral en la frente de cada una de las sectas cristianas que de su seno han surgido y logrado supervivir, pues se dice que son más los que junto con sus protagonistas perecieron por la eficaz acción criminal de los prelados católicos a quienes desde Pedro y Pablo se les debe reconocer el mérito de ser criminales natos con vocación de genocidio; todo ese carácter y esa idiosincrasia quedaron una vez más de manifiesto cuando el mes pasado el actual gobierno, hecho a su justa medida -a la parasitaria y criminal de la Iglesia Católica-, le entregaba dos iglesias en la ciudad capital al cardenal López Rodríguez, construidas a un costo próximo a los 20 millones de pesos con fondos del Estado y de los contribuyentes que, en su inmensa mayoría, no son ni quieren ser católicos.
Pero no sólo es dable destacar con este nuevo ejemplo la historia acostumbrada de maridaje de Iglesia y tiranos, de obispos y dictadores, sino de los jerarcas de la Iglesia y los grandes ladrones de los fondos públicos pertenecientes a los Estados en los que se enquistan como parásitos multicéfalos, donde cada una de estas cabezas posee cientos de ventosas succionadoras perpetuas de sangre y vida de los pueblos; el mismo resultado sería si dirigiéramos nuestra atención indagatoria hacia cualquier tipo de esferas de prácticas y conductas depravadas o pervertidas de las tantas que componen la sociedad actual.
Félix Bautista es un rufián hoy identificado como gran ladronzuelo de San Juan de la Maguana, además de sospechoso de militarismo, que ostenta el cargo de Director de Obras de la Presidencia en este gobierno. En 1996 solicitaba desesperadamente al gobierno de Balaguer un apartamento, pues ni siquiera tenía donde vivir, y mucho menos con qué comprarlo, estaba pues comiéndose un cable y en la total linopia. Hace apenas 6 meses, sin embargo, entregó la declaración jurada de sus bienes por un monto de 23 millones de pesos. Ahora, según informes fidedignos, ya posee más de 40 millones de pesos. De su moral y su conducta hablan pues cifras multimillonarias.
Este sujeto, en el discurso pronunciado en la entrega de las iglesias resaltaba la preocupación de su presidente, el "honrado" y "honesto" Leonel Fernández, por dotar a cada barrio de una confortable iglesia católica con los fondos del Estado, y ello así, subrayaba ese rufián ladrón, porque la preocupación del flamante Leonel Fernández se fundamenta en su convencimiento íntimo de que la salvación del pueblo dominicano y de los pobres no es cosa terrenal ni de este mundo y que esa salvación depende de que sigan los pobres pobres la ejemplar conducta moralizadora de la comunidad católica y de sus prelados, cuyas actividades todas, están rigurosa e íntimamente fundamentadas en el más puro cristianismo, que se podría resumir en su enjundiosa fórmula "el sabio vive del tonto y el tonto del más pendejo y el que se deja joder una y otra vez, hay que joderlo siempre".
Al publicar el comentario de "Lo que el viento se llevó en Vaticano", queremos hacer un breve paralelismo entre los que se dice constituyen escándalos en Roma y lo que se sabe que ocurren aquí hacia el seno de la Iglesia Católica, empezando por la cúspide jerárquica que administra ese negocio de la transnacional católica en el país.
En todo su seno sobran los escándalos de homosexualidad, líos de faldas y cuernos, que han llevado a maridos buenos católicos despechados a despacharse un tiro en la cabeza al saber que el príncipe representante del rey en el país ha llevado sus consejos espirituales hasta el punto de la posesión carnal de la que era su "esposa" y que para seguirla gozando la nombra a la cabeza de una institución dependiente de su poder directo, lo que le facilita tenerla a mano o en la cama cada vez que así se lo dicten los instintos animales.
Esto está unido, al parecer y según se ventila en fuentes cercanas hasta la intimidad con la Iglesia Católica, por una mano maestra, que no creemos que sea la del espíritu santo con que amenazan y que sería especie de un "cuco", con la muerte violenta y desaparición del cuerpo, por ejemplo, del pobre padre Soto, que llegara poco más allá del desenfreno homosexual; situación que podría repetirse con la misma mano y casi todos los demás elementos en el asesinato del padre Goicochea o de un apellido similar (por el estilo) hecho acaecido en Boca Chica, después del asesinato del padrecito Soto del Ensanche Luperón de la capital. Que dicho sea de paso tenía fuertes conflictos con el cardenal López Rodríguez.
Pero aún todavía no se han despejado las fundadas sospechas del plan fríamente trazado desde ciertas esferas para la comisión del acto criminal como origen del asesinato del capellán español, capitán castrense de Moca, Ibáñez, en plena calle de esa ciudad por un sujeto que acababa, casi en ese mismo instante, de matar a otra persona dizque por una discusión en torno al alquiler de una cinta de video.
Se sabe de las irreconciliables desavenencias entre ese sacerdote de la Iglesia para los pudientes en Moca, y el cardenal López Rodríguez.
Se relata, por otra parte, que en una ocasión en que el cura asesinado era intervenido quirúrgicamente de una hernia inguinal (testicular) por un cirujano amigo personal suyo pero de fuertes convicciones materialistas y ateo, por tanto, donde antes de la intervención final hecha con anestesia regional (local), el doctor, tomando el miembro viril del cura le decía: "¿Y ahora, quién es dios, dime?" y volviendo a repetirle la expresión y la broma, el cura, sin perder los estribos y con su alto sentido del humor que revelaba ser un digno compatriota de Francisco de Quevedo y Villegas, le ripostó: "A ver, a ver, puñeta, ¿es que acaso ahora te has convertido, de la noche a la mañana, en un agente del maldito cardenal, carajo?
Moisés Marchena murió en forma imprevista preso en la cárcel de La Victoria, luego de agrias disputas con la jerarquía católica, en la que intervinieron directamente como protagonistas el hoy renunciante obispo Mamerto Rivas y su brazo derecho, el padre Avelino, que ahora reside en la capital dado que padece, según se estila, de una incurable enfermedad, por lo que de hecho está retirado de sus deberes "parroquiales" en Pedernales, aunque no de sus cuantiosos negocios y "otras" actividades allí.
Repitiéndose la historia, el que disparara contra el cura capellán de Moca Ibáñez, acaba de morir el 7 de julio, de manera sospechosa como imprevista, en la misma cárcel de Moca. Ya esto parece que se pasa de la raya.
¿Hay algún hilo maestro que engarza estos hechos o son sólo hijos del azar?, es una interrogante que hace pensar lo peor a mucha gente, entre la que nos contamos nosotros.
Pasando a otro nivel del asunto, está el caso del obispo Grullón de la Arquidiócesis de San Juan de la Maguana.
Este cura ha hecho carrera por su parentesco con un banquero y que pretende seguir ascendiendo por ser cuñado del troglo Hipólito Mejía, a quien las encuestas apuntan como posible ganador de la Presidencia de la República, casado con la hermanita de este obispo y que -el hoy obispo- en un momento dado se la diera de camilista y parte del movimiento confesional disidente reformista hacia el interior de la Iglesia Católica llamado "teología de la liberación" es de lo más pintoresco en su conducta.
Amante de los fondos de los patronatos y de los subsidios, negociante por excelencia con las medicinas que llegan al obispado, cosa que hace con el mismo espíritu que los cristianos, para estimular fanatismo bastardo y bajas pasiones, atribuyen a los judíos ya que en ese mismo obispado hay depositado una cantidad de medicamentos que sobrepasa el volumen de unos 4 furgones, pasados y pasándose de tiempo, cosa que prefiere se produzca antes que dárselas gratis a los necesitados que no tienen recursos para comprarlos. Según la tesis de Grullón, él espera llegar al paraíso con el signo del peso o del dólar en los ojos.
Indudablemente que este obispo, el afable Grullón, tiene una visión muy cristiana, apostólica y romana, sobre todo italiana a lo siciliano de las cosas de la vida, como se comprueba con lo acaecido en tiempo atrás a raíz de producirse, en la misma casa del obispado, una obstrucción a gran escala de la cañería de desagüe de las aguas negras, o sea, sanitarias.
Fueron enviados los trabajadores de INAPA, que es la institución estatal más calificada para el destape de cañerías sanitaria a gran escala en San Juan de la Maguana. La cuestión que INAPA se hiciera cargo y asumiera los gastos es cuestión que lo consagra el Concordato y subraya el parasitismo ancestral de la Iglesia Católica respecto al Estado Dominicano y, por ende, en relación a todos los contribuyentes, sean o no creyentes o profesantes de la religión católica.
Pues el resultado fue que, después de un gran trabajo, los laboriosos operarios de INAPA dieron con la causa infernal de la obstrucción de la cañería, pues conforme a las más puras creencias de los católicos, cosas así sólo son propiciadas por el diablo y sus maléficas rufianerías. Se trataba, ni más ni menos, que de una cantidad descomunal de condones, al parecer usados, pues conservaban dentro una sustancia mantecosa en su interior. Los trabajadores sacaron con palas y otras herramientas el bulto y llenaron una caja de cerveza, y esperaron que uno de nuestros corresponsales pasaron por el lugar y tan pronto lo vieron, lo llamaron desesperadamente y solícitos le mostraron el insólito hallazgo infernal.
¿En qué o con quiénes emplearía el obispo esa cantidad exagerada de condones, era acaso que los había empleado como vejigas para celebrar un cumpleaños o para efectuar horas santas? Todo es posible, pero lo de la sustancia mantecosa da mala espina al pensar en lo sucedido.