SOBRE PERORATA

Presidente Fernández simula y se burla con grotesco y burdo cinismo gobierna para enriquecer más a los ricos, aumentar el número de pobres y hacer aún mayor la miseria de éstos

El señor Leonel Fernández asumió una postura cínica y reprochable en su perorata de Santiago el 16 de agosto. De otra manera la población no puede tomar las palabras de esa perorata, puesto que la misma es una burla cruel a la situación real de la gente, cuyas condiciones de vida se han vuelto más difíciles, pues son ahora mayores las penalidades sufridas para conseguir trabajo, si encuentran ocupación; no poseen acceso a los servicios públicos de hospitales estatales, una vez que éstos han sido privatizados; son mayores las dificultades para inscribir sus hijos en escuelas públicas y la mensualidad en las privadas se han elevado demasiado; el costo de la vida es cada vez mayor; los productos básicos de la dieta alimenticia están mucho más caros; el precio de los alquileres es más alto hoy que ayer y del las medicinas está un poco más arriba que las nubes.

Con su sórdido tono irónico, el señor Leonel Fernández simuló ignorar la realidad que cunde entre las masas. Fingió no entender ni oir los gritos que retumban en los cuatro confines del país de que la miseria y la pobreza son como alud de tierra convertida en un enorme molote de lodo y piedra que, cayendo de una montaña, aplasta a su paso a todo ser viviente.

¿Quién puede atribuir sensatez o candidez y no a la saturación de cinismo que hay en Leonel Fernández ese rosario de estupideces que refleja tanto desconocimiento a las más elementales leyes económicas reales y a sus consecuencias inevitables, a la vez que encierra una burla grotesca, irónica y cruel del sufrimiento y miseria de la gente.

Es sólo un acto cínico e irónico, además de cruel, eso de que no sabe ni se explica cómo se habla de desastre económico y empeoramiento de las condiciones económico-sociales, cuando ahora más que nunca los capitalistas y las empresas de todos los ramos declaran la obtención de mayores ganancias, afrontando éstos así el tener que pagar mayor cantidad de dinero por concepto de impuestos al Estado.

Efectivamente, los grandes capitalistas y sus empresas que logran sobrevivir obtienen hoy mayores ganancias, y es precisamente por esto que han empeorado y deteriorado las condiciones económico-sociales de las masas del pueblo e incluso de los medianos capitalistas que han sucumbido; y se confirma el carácter contradictorio y antagónico de esta sociedad capitalista, donde las riquezas del capital y los medios de producción son usufructuados como propiedad privada por los capitalistas y terratenientes, en tanto las masas del pueblo no tienen ni con qué ser enterradas al morir. Y cada vez muere más gente por falta de alimentos, medicina, por insalubridad y carencia absoluta de atención médica.

Es un axioma que las ganancias de los capitalistas nativos y extranjeros que inciden en la economía dominicana son directamente proporcionales, si no iguales, a la explotación y esquilmación de que son víctimas las masas del pueblo.

Nada puede extrañar ni es contradictorio con la realidad que vivimos, si no completamente lógico y natural, aún más, obligatorio, que mientras ese amasijo de explotadores desalmados como Celso Marranzini, Antonio Espín y Nassim Alemany digan que han mejorado las condiciones económico-sociales pues representan el capital, coincidiendo y reforzando así los argumentajos de Leonel Fernández, más desastrosas sean las condiciones del pueblo

Y, del mismo modo, proporcionalmente al bienestar que estos explotadores atribuyen a las condiciones económico-sociales imperantes, que son los del bienestar de las condiciones para el capital (capitalista) extraer el máximo de ganancias, es que ha crecido y aumentado en el otro polo -que es el del pueblo- la pobreza, la miseria y el sufrimiento de las masas, por ejemplo, de los campos, de los ingenios azucareros y de los barrios periféricos y marginales tanto de la capital como de cada provincia y cada comunidad del país.

La publicística de los periódicos y prensa amarilla en general no concurren a estos sitios para, con su ejemplo vivo, contrastarlo y contraponerlo frente a frente a las palabras obsequiosas de los agradecidos explotadores que, habiendo obtenido ganancias mayores de las espaldas del pueblo están obligados a rendirle pleitesía a Leonel Fernández. En esto radica, por otro lado, el papel de la prensa amarilla.

¿Cómo van los grandes explotadores nativos y extranjeros a desaprobar la política económica del gobierno que le ha favorecido de tan criminal manera?

Los partidos del sistema, PLD, PRD y PRSC y los demás estamentos copartícipes del sistema y representativos de los intereses de esas clases explotadoras en una u otra medida, apenas pueden presentar objeciones secundarias y hasta complacientes, si no remiendos, para mantener en pie el engaño a las masas, que constituyen su plataforma, al genocidio anti-popular que representa actualmente la política económica neoliberal del gobierno.

Del PRD sonó como un trueno las confesiones francas y sinceras de Ramón Alburquerque como de Hipólito Mejía diciendo que el gobierno pretende atribuirse el mérito de la oposición, puesto que los verdaderos propugnadores de las actuales reformas económicas (neoliberales. N. de R.) "somos nosotros los del PRD". ¿Qué oposición será esta?