Corrupción gubernamental
Leonel Fernández su epicentro y gran padrino La llamada privatización de la CDE, CEA y CORDE lo confirma Podía antes de la privatización de las empresas estatales alguien querer dudar de nuestra justa postura respecto al carácter de laberinto apocalíptico de la corrupción gubernamental (oficial) y de que el ciudadano Leonel Fernández Reyna, que ocupa la Jefatura del Poder Ejecutivo y funge de Presidente del país, hace el papel de epicentro y pontífice rector de esa corrupción, la cual se efectúa a costa y en desmedro, o sea, a costillas del bienestar y la paz, así como de los derechos que debería usufructuar el pueblo (la gente) y, sin embargo, cada vez se le hace más difícil lograrlos. Pero una vez que se ha efectuado la llamada privatización de la CDE, de los ingenios del CEA y de las demás empresas estatales CORDE, y visto y comprobado lo que en realidad es la privatización, nadie que tenga aún el más endeble discernimiento y uso sano de la razón que distingue, sin necesidad de que medie ninguna intención divina, al hombre de la bestia (animal), se atreve a negar la validez exacta de nuestra justa afirmación-denuncia. No se trata de ningún proceso de capitalización de las empresas del Estado en verdad ni de nada por el estilo, sino de una estratagema con argucias legales y la complicidad de los PRSC y, en especial y muy particularmente, del PRD, que es mucho más neoliberal y mucho más anti-nacional que todos los lacayos, a fin de practicar la más grande estafa y el más descomunal despojo al país a precio de vaca muerta, por no decir regalando, lo que tantos esfuerzos y sacrificios le ha costado al país y al pueblo. El gobierno espúreo y criminal -sí, criminal en el sentido directo del término, esto es, que asesina y mata con crueldad y alevosía a la gente del pueblo- de Leonel Fernández-Pálido actúa basado en tres criterios, cual de los tres más rastreramente antipopulares y antinacionales, que son la fuente de la inescrupulosidad con que roban y se reparten las riquezas nacionales, así como los que han convertido al presidente Leonel Fernández en responsable directo de tantos crímenes y asesinatos como Joaquín Balaguer, quien tiene ante la historia el rango alcanzado de genocida y criminal de primera magnitud. a) En el discurso del 16 de agosto Leonel Fernández cínicamente rechazó que la situación económica estuviese peor que antes, so pretexto de que los zánganos vividores del país que él llama "empresarios", supuestamente derivado del término emprender, que por emprender es emprendedor, han estado pagando más impuestos, y que si estos círculos pagan más es por haber aumentado sus ganancias y beneficios. Como se ve, aquí, para Leonel Fernández, no cuenta el poder adquisitivo real y verdadero de la gente que ha decrecido drásticamente aumentando el hambre y la miseria así como las dificultades para la obtención de servicios médicos en hospitales públicos, sino el nivel de ganancia obtenido por los explotadores (empresarios). Como si en alguna parte se pudiese obtener mayor volumen de ganancia sin aumentar necesariamente la miseria y la pobreza de la masa de trabajadores nativos o extranjeros, que es a quien se le saca el aumento de ganancias de las mismas costillas; a menos que Leonel Fernández no haya descubierto otra fuente que no sea la fuerza de trabajo como creadora de la plusvalía (ganancia de los capitalistas). b) En el otro discurso, correspondiente al 7 de octubre, aumentando desmesuradamente el precio de los combustibles derivados del petróleo, redondeó su muy parcial como unilateral teoricucha anterior de la economía, y pasándose de los límites de la prudencia, como si estuviese bajo los efectos de la cocaína, crack, hachís, marihuana o heroína, si no LSD, o de algo que deje roto el sentido común de las cosas, no tuvo reparo en formular que había que aumentar los precios para pagar la deuda externa, los intereses de ésta y los gastos de cierre o de servicio de ésta, de manera que los empresarios (capitalistas explotadores) pudiesen seguir obteniendo mayores préstamos en las agencias financieras internacionales o a través de sus dependencias subsidiarias pues, según la chueca lógica económica de Leonel Fernández, el enriquecimiento de éstos es el crecimiento del país como si, tal como se comprueba por ejemplo en los países árabes, donde la condición de multimillonarios de los jeques no ha mejorado en absoluto la condición de los pueblos árabes, o que la condición de megamillonarios del 1% de los norteamericanos no ha librado al 99% de la población de no tener ni con qué caerse muerto, aun siendo el país más rico y explotador del mundo. De lo proclamado como contenido de esas afirmaciones de Leonel Fernández, se cae de la mata que al pueblo le corresponde y le seguirá correspondiendo cargar en sus espaldas y de sus ya magras costillas seguir costeándole el pago de las deudas, sus intereses y gastos de cierre que adquieran como préstamos ante las agencias mundiales los capitalistas "criollos" a toda costa. c) De esas dos tesis tan brillantemente casi esclavistas del todo y esclavizantes, en sentido cada vez más regresivo, hasta adquirir un franco matiz de factor killer o factor malthusiano, en cuanto augura la muerte segura del exceso poblacional, se desprende a su vez el rastrero y primitivo criterio de marcado carácter servil y lacayuno del Presidente, puesto que, conforme a sus criterios de por qué no está peor la economía y por qué hay que aumentarle los impuestos directos al pueblo en general para asegurar que éste pague la yerba que se ha comido y se seguirá comiendo el asno de los explotadores, la función de un gobierno como el suyo es administrar el Estado y las riquezas nacionales de manera que los explotadores (empresarios) sigan teniendo más facilidades de aumentar sus ganancias y capitales (ese es el progreso) según el gran "pensador" que es Leonel Fernández, y además así hay garantía, según su estricto interés particular, de que la pandilla de bandoleros administrativos del Estado tendrán grandes fortunas adquiridas del erario y fondos públicos, con el aplauso y el apoyo de los otros círculos parasitarios, que tendrán su buena tajada del festín, y que cierran este espeluznante cuadro, como son las iglesias Católica y Evangélica, los monopolios internacionales, los altos mandos mercenarios de las FF.AA. y la P.N., así como la gavilla de energúmenos autotitulados y apadrinados por gente como Leonel Fernández, Balaguer y los no menos ladrones de la dirección PRD bajo el epígrafe cínico de empresarios. No importa que Leonel Fernández use la tribuna de los usureros comerciantes, como dice la prensa amarilla del 25 de octubre (letrina Hoy, 1ra. Pág.) para evacuar ideúchas, que suenan como tambor vacío en su boca de demagogo desenmascarado como tal, de que él cree que el "Estado debe facilitar justo reparto de las riquezas", a menos que sea admitiendo que lo concibe sólo entre su claque y su amasijo de estamentos y círculos parasitarios. ¿Por qué Diandañino Peña y Dañino Medina? ¿Se puede vincular dos personas más directamente a la depredación y daños irreparables al país, a su economía, a su gente, a su futuro, etc.? ¿Pueden aparecer dos perversos y pervertidos en otro país del tamaño de éste que maten 40 mil toneladas de peces en unas cuantas semanas, o dos rufianes descarados e inescrupulosos que hayan destruido definitivamente los ríos de San Cristóbal y Baní y de muchas otras provincias, como lo han hecho estos dos sinvergüenzas con el apoyo de su padrino, que es Leonel Fernández? Gente que mata todo lo que significa vida con tal de lograr satisfacer su obsesivo afán de riqueza y su avaricia.
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