El ascenso al Poder del nazi Jörg Haider en Austria una cuña del
mismo palo afilada por EE.UU. e Inglaterra como parte conflictos y contradicciones frente
a la Unión Europea
Cuando se conocen en detalles y paso a paso tanto la carrera como los hechos acaecidos alrededor del líder nazi de Austria Jörg Haider, se tiene la impresión de que allí hay algo raro y que mueve a sospechas. El nuevo gobierno austríaco lo encabeza el nazi Haider tras lograr su partido un 27% de votos en las últimas elecciones parlamentarias. En ese acontecimiento no hubo nada casual, parece que hubo empeño deliberado de fuerzas internacionales en no dejar cabos sueltos y que, hacia el seno de la Unión Europea, los conflictos y los obstáculos habrán de alejar las esperanzas de que ese pacto imperialista regional, que puja por ser el otro polo de hegemonía mundial, esté en condiciones de salir airoso de sus contradicciones y disputas con la superpotencia estadounidense. ¡Qué casualidad! Si se estudian hechos, como la forma en que Jörg Haider, hijo de un zapatero nazi y de otra pobrete nazi, recibe herencias millonarias en bosques y otras riquezas que fueron arrebatadas a los judíos durante el período hitleriano, pasando a ser no sólo multimillonario de la noche a la mañana, sino a asumir el control del hasta entonces insignificante partido pro-nazi de Austria, que se reconoce con las siglas FPÖ, para empezar una ascendente carrera política que ahora lo coloca como Primer Ministro y Jefe del gobierno austríaco, en contraposición a toda la Unión Europea y a su plataforma básica, se duda que todo esto fuera obra de la pura casualidad. El plan, previa y fríamente diseñado, es más que evidente. Si se observa que, por cierto, en los últimos meses, a la vez que había crecido la aparente cercanía entre Europa y EE.UU., se han intensificado las contradicciones y conflictos entre ambas partes en una franca y cada vez más aguda confrontación por la hegemonía, nadie puede descartar que EE.UU. y su aliado de primer orden dentro del ámbito de la UE, que es Inglaterra, hayan acordado crearle una cuña a la UE, y que, como según dice el refrán, no hay cuña peor que la del mismo palo. Si el líder del pequeño partido demócrata cristiano Wolfgang Schüssel no hubiese consentido, Haider el nazi hubiese visto frustrado, por lo menos ahora, su sueño de ascender al gobierno. Ese demócrata cristiano consintió, y con él su partido de bolsillo, gracias a lo cual el nazi Haider pudo llegar a ser Primer Ministro, en tanto el demócrata cristiano pasó a ser el flamante Canciller austríaco. De inmediato la UE rompió lanzas contra el nuevo gobierno de los nazis de Austria. Con Bélgica y Francia a la cabeza, que son los principales países que en estos momentos disputan con Inglaterra por el caso Pinochet, la UE dispuso sanciones y cuarentena para Austria y su gobierno. Se suspendieron todos los eventos internacionales programados de antemano a ser efectuados en Austria. Diversos países llamaron de regreso a sus representantes diplomáticos. La prensa europeísta no ha cesado de tronar contra el gobierno del nazi Haider, y no es para menos. Pero es notorio que tanto desde Inglaterra, que es el principal socio estadounidense en Europa, como de Alemania y desde el gobierno derechista español, sea de donde haya estado emanando la resistencia de diversas modalidades a la campaña contra Haider decretada por la UE. Así, el británico Peter Ludlow, director del Centro de Estudios Políticos Europeos (CEPS), considera que la UE se precipitó con las sanciones, y las mismas, según difunde éste, no tienen "fácil concreción" y concitan la animadversión de un país, que es precisamente el sancionado. Ludlow subraya e insiste confesando sus preferencias: "Con la entrada de Haider en escena la ampliación despertará más escepticismo, al tiempo que favorecerá la confianza de la extrema derecha austríaca de ganar más votos" nacionalistas como respuesta a la "injerencia europea", a la vez que lanza mordaces críticas contra Francia y Bélgica. Inscríbanse dentro de este contexto las simpatías y complacencia del ministro de Justicia inglés Straw hacia el genocida nazi chileno, Augusto Pinochet, que ha contado con el apoyo de Abel Matute y el gobierno español de Az |