Interés y dólar, que son dos importantes componentes del costo de la vida, los servicios en general y de los pagos de mensualidades por casas, vehículos y demás adquiridos a crédito o por préstamos, junto a las alzas de combustibles, le están imponiendo el ritmo acelerado al deterioro total del nivel de vida del hombre dominicano.

Los intereses por préstamos hipotecarios apuntan sobre el 30% y el dólar ya está sentado en el 17 x 1.

Quien pagaba, por ejemplo, 8 mil pesos en "Ahorros y Préstamos" por una vivienda mensual, ahora debe desembolsar cada 30 días cerca de 15 mil.

Aunque no haya que hablar mucho para darse cuenta de los desastrosos efectos de esta situación para con la estabilidad del presupuesto familiar, no deja de causar alarma la rapidez con que esto puede acarrear una situación desastrosa para gente que hasta ayer era ostentadora de un vistoso confort en su vida familiar o personal.

Pero si éstos se vienen para abajo, ¿a dónde van los que ya estaban horizontalizados, esto es, nocaut, por el neoliberalismo?

Alzas y más alzas del costo y los precios. Baja y más baja en el nivel de vida de la gente. Así sólo se desarrolla la miseria y la pobreza, junto a la desesperación y la intensificación de la explotación.

¿Sabe usted hacia dónde se dirige esta progresiva sociedad con su admirable 8% de crecimiento económico anual?

Díganoslo, que estamos un poco dudosos.