Un cadáver en descomposición aún está insepulto en los mismos terrenos de la UASD

Como proscenio (en el teatro antiguo, espacio entre la escena y la orquesta, donde estaba el tablado en que representaban los actores. Hoy, nombre dado a la parte del escenario más próxima al público) del proceso histórico nacional, la Universidad estatal (pública) que aún sustenta el nombre de Autónoma de Santo Domingo (UASD) hace de crisol experimental donde se lleva a cabo, verificándose, la pirueta un tanto enfermiza de ver qué pasa cuando se mantiene sin sepultura un cadáver en pleno proceso de descomposición inevitable, una vez que han resultado fallidos todos los ensayos con la vana intención de su momificación; así, han escenificado toda clase de artes y triquiñuelas almacenadas por los beneficiarios de la momificación y el embalsamiento.

Ese cadáver es el de la visión de la UASD como algo ajeno y separado en términos absolutos del curso y rumbo de la historia universal y nacional concreta. Y más absurda e insólita se torna esa farsa ideológica al comprobarse que esa visión metafísica y reaccionaria ha sido sustentada a nombre de una seudo-visión dialéctica y seudo práctica revolucionaria.

Y el problema ahora no es bla, bla, bla. El problema es, simple y llanamente, que se debe proceder a enterrar cuanto antes y sin pérdida de tiempo ese cadáver putrefacto y en descomposición. Pero el problema no se puede resolver exitosa ni correctamente si no se entiende que hay fuerzas que, en el caso de la UASD, igual que las moscas negras y los gusanos, se nutren del cadáver putrefacto en descomposición, y que en tanto se prolonga el proceso éste es mayor no sólo el número de ellos, sino el tiempo en que subsisten moscas y gusanos como los que pululan en la UASD a todos sus niveles.

Tales son los grupúsculos del p"c"t, los "amigos" de esa vergüenza afrentosa para el espíritu revolucionario y la teoría del marxismo llamada Chaljub Mejía.

Los grupos y movimientos que se sucedieron en la UASD a raíz del profundo cambio de perspectivas y ambientación histórico-política que se abrió luego de la "caída" de la dictadura de Trujillo (1961) hicieron y dieron en la UASD todo lo que podían ofrecer. Pensando y evaluando, lo más distante posible de todo maniqueísmo, hemos de subrayar que ofertaron sus destellos de luces como luciérnagas nacidas del palo seco que el tiempo ha convertido en tronco podrido. Arboles y arbustos que dieron (y siguen dando -negándose a aceptar nuevas alternativas-) la cáscara y las hojas secas que tan incómodas y violentas devienen cuando (a esos árboles) les llega el tiempo del cambio de hojas y tener que dejar caer ramas y palos suyos que ya no les es dado seguir cargando con ellos so pena de perecer entero pues se está, quiéranlo o no, en la disyuntiva fatal del "todo o nada" impuesta y hegemonizada por el enemigo, con el que a su vez colaboran las moscas y gusanos.

La UASD, como institución académica, recibió el impacto en directo de todas las corrientes que habían de convulsionar la sociedad dominicana. Pero la UASD, así como ninguna sociedad ni institución de ésta, jamás ha logrado subvertir las leyes de la historia ni del materialismo dialéctico, igual que como por vía de la masturbación no se contravienen las leyes de la biología, sin importar las fantasías con que se protagonicen. Su validez, esto es, la validez de las ideúchas falsas, y por falsas utópicas, sigue siendo tan relativa como de escasísimo alcance hacia el seno de la sociedad y de su rumbo.

Con el movimiento por la reforma y la democratización de la enseñanza (que fue del 1961 al 1965 y tuvo su punto culminante en el 1963-64) que se nutrió y hasta en muchos aspectos superó al movimiento de Córdoba de Argentina (1919), así como el de Paraná (Brasil) recogido en el interesante ensayo titulado "La Carta de Paraná", de la Federación de Estudiantes del Paraná, Brasil, se impulsó un movimiento donde concurrieron, al mismo tiempo, trenzados en lucha, ideas e intereses; ideales y mezquindades; principios y oportunidades.

En su seno concurrían adolescentes y éstos eran los portadores de ambas posturas esenciales contrapuestas entre sí que, como cuerpos siameses soldados entre sí se golpean sin poderse separar ; socialmente esos jóvenes determinaron el contenido histórico del susodicho movimiento, pero de aquel movimiento no son ni fueron esos jóvenes los reales beneficiarios, sino otros que ya eran adultos envejecidos, corrompidos y envilecidos, encubiertos en su real naturaleza con un eficaz disfraz compuesto por fantásticas ideas quienes capitalizarían los frutos de aquel movimiento por la reforma y la democratización de la enseñanza en aras de sus muy personales, ambiciosas y estériles frustraciones. Así se traicionó en su segunda fase la lucha por la reforma de la Universidad y la democratización de la enseñanza. Y ello fue el resultado de la contradicción evidente de contenido y forma reales del mencionado movimiento por la reforma y la democratización.

Es por esa vía del deshonor y las canalladas que las recuas del PSP (que luego se transforma en p"c"d) y de otros que pululaban errantes (como auténticas moscas) sin tener mayores esperanzas de lograr entrar al pasto reverdecido de los terrenos de la UASD para convertirlos en sus potreros, arrancar de raíz las plantas alimentarias que otros nutrían y cuidaban, al tiempo que cagaban sobre las semillas sus excrementos esterilizantes cargados de huevos de mosquitas blancas, así perecerían en su potencial vivificante aquellas semillas que, con su ausencia, pudieron llegar a ser fértiles y fecundas vidas.

No otro papel ni de otra manera arriban a la UASD los José Espaillat, Pedro Mir, Pericles Franco, Abelardo Vicioso, Tulio Arvelo, Dato Pagán, Hugo Tolentino, los hermanos Batista del Villar (Bolívar y Guarocuya), donde éste tendría que hacer un poquito de esfuerzos más para superar a su hermano Bolívar en materia de canalladas e infamias, para lo que reconocemos que les sobra "talento"; Chito Henríquez, que ahora que se publica una obra en el extranjero de Julia Alvarez sobre las infamias y bastardías de la "honorable" familia Henríquez en Dominicana, es muy probable que en ella encontremos el genoma de la conducta de esta hiena de dos patas, las influencias de los hermanos Dou-coudray, epígonos del nefasto oportunismo (revisionismo) jruschovista, etc.

La debilidad del movimiento que siguió al de la reforma y la democratización de la enseñanza que abarcó del 1961-1965, y que se denominó Movimiento Renovador, estriba en que éste significó, gracias y por desgracia, la cosecha en su favor por parte de estas huestes de inescrupulosos y perversos de los frutos de los impulsos de un movimiento juvenil desviados de sus sanos objetivos por las mañoserías y oportunismos propios a ese viejo reaccionario que es esa lacra del espíritu y del movimiento revolucionario popular llamado revisionismo contemporáneo.

Apenas en el ’65, los jóvenes seguidores de esas zahorras e inmundicias que concurrían en el movimiento por la reforma y la democratización de la UASD y de la enseñanza en general en todo el país, ya iniciados y corrompidos (esos "jóvenes") en las prácticas de las iniquidades, dieron muestras de su "calidad" como discípulos de sus maestros canallas, y sin pérdida de tiempo, al fragor de los vientos bélicos de abril del ’65, echaron, mediante un golpe de Estado dado hacia el seno de la capilla de renegados llamada PSP, a aquella recua de viejos zánganos, que así recibían parte de su merecido, que en gran medida era la venganza de los del 26 de Julio de Cuba de Fidel Castro, el Che Guevara, Raúl Castro y otros aventureros, quienes respaldaron el pequeño coup d’etat contra los Doucoudray y compañía, renombrándolo ahora como p"c"d (partido capitulacionista dominicano), convirtiéndolo, de PSP que fuera, como capilla jruschovista, crítico del aventurerismo castroguevarista, en sirviente mercenario del "26 de Julio", renombrado dizque Partido Comunista Cubano, y recreando lo que la historia testifica como oportunistas mercenarios de nuevo cuño (revisionistas de nuevo cuño).

A partir de allí, la UASD cayó inmersa en un reiterado proceso de desidentificación como institución académica; de desidentificación como institución cultural; de desidentificación como institución científica; de desidentificación nacional, todo lo que se puede ilustrar detalladamente en cada uno de estos aspectos mencionados, para terminar aberrándose y degenerándose a sí misma cada vez más y donde lo que es la reforma universitaria se desvió hacia un eventual y objetivo retroceso y donde la democratización de la enseñanza se fusiló, sustituyéndose por la cualquerización, coronándose todo ese proceso infame y absurdo con que los reclamos para que concurriera con su enorme caudal de prestigio a la modernización y renovación de la enseñanza primaria y secundaria, que eran la parte sustancial del movimiento original del 61-65, fuera sustituido por un mezquino Liceo secundario de la UASD, que jamás, aunque sea lo más correcto en su particular actividad, podrá tener el alcance de aquel objetivo trazado y que fuera de hecho real y claramente castrado. Lo nacional, dentro de este contexto educativo, es lo nacional por su alcance y por su propio contenido, tanto como por su esencia. Igual que la justicia no se logra con una farsa ni con una engañifa justiciera. Una ley aislada no crea la democracia ni una tolerancia interesada y ocasional es la libertad.

La UASD devino así en un barril sin fondo frente al Estado y al erario público. Pero además falló estrepitosamente en cuanto a la eficiente producción de verdaderos profesionales calificados o pre-profesionales aptos para alcanzar maestrías. Todos estos objetivos, que fueron los que hicieron triunfar el liberalismo sobre las hordas del medievalismo clericalizado, niquelado y acicalado por el trujillismo, cayeron fulminados uno por uno ante las descargas alternadas de las mediocridades y el oportunismo (revisionismo) como sublimación y sustantivación del traidor y del renegado.

El revisionismo es la contrarrevolución dentro de la revolución. Es la peor y más artera de todas las traiciones. Así, quienes tenían trazado de antemano el objetivo de traicionar la revolución estaban convencidos de que debían asesinar y traicionar la reforma universitaria y la democratización de la enseñanza.

Aquellos epígonos, que como un viejo senil se apropiaron de los impulsos juveniles del 61-65, dada la incapacidad y el carácter pequeño-burgués congénitos del "14 de Junio", vivieron hasta hoy sólo para cerrar la historia con su clara e indiscutible lección. Ni uno solo de entre todos, ni siquiera como excepción, para confirmar tal vez que es algo excepcional, tan inaudito como insólito, ya que no tiene punto de comparación en la historia universal de la infamia, ni uno solo, repetimos, de aquellos que usufructuaron en provecho personal aquel ejemplar movimiento democrático-juvenil, se quedó al lado de la revolución ni del proceso histórico hacia el socialismo. Todos como uno solo formalizaron y suscribieron, con fe de bautismo, con acta de nacimiento y confirmación, su condición de oportunistas (revisionistas) renegados y traidores recalcitrantes.

Pericles Franco, los Dou-coudray, Tulio Arvelo, José Espaillat, Niño Ramírez, Quirico Valdez, Pedro Mir, Dato Pagán, Hugo Tolentino y su hermano Mario, etc., etc., pasaron a la formal condición de renegados y a su vez abrieron el rejón del patio para que los revisionistas y oportunistas de toda laya de nuevo cuño concurrieran a ocupar las funciones de profesores de la UASD.

Y ni a esta condición confesa pudieron serle fiel del todo. Aun en sus destierros de infamia no perdían oportunidad para lanzar embestidas pestilentes de engaño y de traición. Y siempre con los corifeos de los que, iguales a ellos, desde el terreno aledaño le hacen coro como moscas, véase el ejemplo canallesco de Marcio Veloz Maggiolo con el adefesio adocenado autobiográfico (¡¿?!) de esa hiena de dos patas llamado Juan Doucoudray (alias "El Pato").

Compárese la dimensión histórico-mundial, al que estos pelafustanes llaman destempladamente "loto sin verde" de Mao Tsetung, el hombre que carga con la hazaña de haber dirigido como estratega y táctico revolucionario la emancipación de 1,300 millones de personas (entiéndase, 1/3 de la humanidad), alcanzando no sólo la liberación nacional de la milenaria nación china y la emancipación económico-social del pueblo chino del colonialismo, del feudalismo y del capitalismo, con sus 1,300 millones de habitantes hasta entonces marginados y sepultados en vida así como sentado las bases para liberarlos de todas las secuelas espirituales y culturales del atraso; compárese a ese titán con una inmundicia, lambeculo del dictador Trujillo y alabardero de los cueros, chulos y maricones de los bajos fondos de Villa Francisca, de los que forma filas, llamado Marcio Veloz Maggiolo, pero si éste es demasiado insignificante, que se le sumen todos los Juan Doucoudray juntos, con todos sus sacos de pusilanimidad y de traiciones al socialismo, a la revolución y a los pueblos, así como a la simple brega por la libertad y la democracia cualesquiera, y entonces se podrá ver si Mao Tsetung es o no el loto más refulgente en medio del verdor más intenso que haya crecido en el Tercer Mundo y una de las primeras figuras de la humanidad entera.

Y si un balance de la UASD se hiciese, arranquemos de lo que sus usufructuarios presentan como logros positivos para de ahí concluir que si esos son los logros positivos, por favor, enterremos ya ese muerto para que no lo infecte y contagie todo.

1ro. Es falaz el argumento de la gran cantidad de graduados.

2do. Es vergonzoso para cualquier ser racional o pensante presentar el plato de comida del llamado comedor universitario como un logro, pues eso refleja que en el fondo sus apologistas confunden la UASD con una pocilga de cerdos;

3ro. La descalidad o descalificación de los egresados de la UASD se mide por el hecho de la crasa ignorancia de los que, por ser tenidos como sus más "brillantes" pasaron a ser titulados como sus "catedráticos" e "investigadores".

4to. Es un insulto a la inteligencia y a la cultura juzgar las ciencias y un centro cultural de investigación y experimentación científicas por una categoría llamada cantidad, que sólo y únicamente por su descomposición y putrefacción inmundas se transforma en calidad, una categoría (ésta) que sí está, por cierto, íntimamente vinculada a la ciencia.

5to. La UASD debe cuanto antes ajustarse a la vida nacional y a lo que esta vida económica, política y social es en realidad, y no a lo que nos inventamos y creemos subjetivamente que es o queremos que sea para usufructo personal.

6to. Hay que adoptar, gústennos o no, medidas que eleven el nivel académico en la UASD. Imponer su saneamiento. Restringir el proceso de cualquerización que le afecta como antídoto a la vulgarización.

7mo. Que adquiera grado universitario el que pueda, y el que no pueda que coja una maquilera de zona franca, un pico y una pala, o que ocupe un lugar de honor en las trincheras de la lucha contra la opresión, la explotación y la desigualdad, que tienen como causa el capitalismo, el imperialismo y el Estado teocrático que nos imponen las parvadas de lacayos desde Balaguer, Leonel Fernández, hasta el burro de Hipólito Mejía.