Los
tribunales policiales son un adefesio propiciado por el Vicariato
Castrense y la mentalidad fascista de los curas vicarios en su manipulación
de la soberanía estatal dominicana para invalidarla y someterla a sus
caprichos retardatarios La
Suprema Corte de Justicia está en el deber de reivindicar la soberanía
plena del Poder Judicial atropellado y sometido por genízaros policiales
y militares La
Suprema Corte debe declarar ya como inconstitucionales los llamados
tribunales policiales Hay
que destacar que la trama consiste en socavar la eficacia de la justicia
civil, que es la justicia constitucional. Esa forma hipócrita y taimada
de corroer y corroer un Estado soberano hasta su descrédito e ineficacia
totales es propia de la mentalidad del cristianismo apostólico y romano,
cuya especialidad en perfidia está en manos de la orden jesuita. El
caso de que cuando un policía mata a un civil luego de éste estar
apresado, ese asesino es enviado a un llamado Tribunal Policial, muestra
el olímpico desprecio de parte de esa institución coercitiva y, sobre
todo, de quienes la dirigen, hacia el ser humano y hacia la vida civil,
laica o secular. Para
ellos lo que está en discusión es si falta a la disciplina y reglamento
de esa institución represiva y opresiva, demostrando así que no les
importa el orden basado en la ley, en la Constitución ni en la Justicia. Por
el contrario, a la sociedad lo que le importa es que el orden se base y se
fundamente en las leyes y la Constitución y, en consecuencia, que cuando
un policía asesine a un ciudadano, sea un tribunal competente en la ley y
la Constitución el que juzgue si se cometió o no un crimen contra el
occiso y que en dado caso, sería contra la sociedad. Para
ilustrar el asunto, tomemos el caso de la venta del terreno donde opera el
Colegio San Pedro Apóstol en San Pedro de Macorís, por parte de los
capuchinos a los Almacenes Iberia. Y frente al que el cardenal López Rodríguez,
por vía de su delegado en San Pedro de Macorís, que es el obispo Osoria,
dicen que la venta no es válida. Para
sustentar sus alegatos peregrinos, el flamante cardenal y su delegado
comercial y espiritual, que es el obispo Osoria, alegan que el caso hay
que juzgarlo desde el punto de vista del llamado derecho canónico, que es
un derecho de exclusiva incumbencia dentro del seno de la transnacional
católica apostólica y romana. En
cambio, Almacenes Iberia, a través de sus abogados, sustenta que nada de
eso. Que se trata de un negocio en la sociedad capitalista. Y por lo
tanto, son los tribunales civiles, como la Cámara Civil y Comercial, los
que deben juzgar el hecho, como en efecto se ha hehco. La
Iglesia y los curas deben dejarse ya de querer narigonear la sociedad
laica. Igualmente
la Policía Nacional, si quiere servir a la sociedad, que es quien le
paga, que asuma la defensa y aplicación de la ley de la sociedad, y no un
reglamento de una institución antisocial que más semeja a un
agrupamiento de matones. ¡¡Zapatero,
dice el refrán, a tus zapatos!! |