Alto
a criminalidad de banda de matones que dirige Candelier La
Policía Nacional y su general Pedro de Jesús Candelier, sabiéndose
apoyado y respaldado por el genuflexo y sádico Hipólito Mejía, por el
cardenal católico Nicolás de Jesús López Rodríguez, que utiliza el
cuerpo de capellanes actuante hacia el seno de cada institución armada y
policial del país para manejarlas y disponer de ellas a su antojo y
capricho, prosiguen reprimiendo a la población y violentando groseramente
los derechos humanos y los derechos constitucionales de la ciudadanía. El
general Candelier Tejada, ejemplo de arbitrariedad y de abuso de poder, así
como ejemplo de a lo que conlleva el reinado de la arbitrariedad, tiene más
de 1000 muertos en su cuenta y con otros 3 mil lisiados, así como miles y
miles de atropellados y torturados en cuarteles, destacamentos, cárceles
y en el mismo palacio de la Policía Nacional, donde tiene instalada ese
general su jefatura. Durante
la tercera semana de Noviembre en sus acciones de politiquería barata,
fue a Gurabo, la desdichada comunidad donde naciera el niño sin cabeza
que llegara a ser Presidente y allí, en Gurabo, Pedro de Jesús Candelier
dijo que el había colocado el otro general de su equipo de transgresores
de la ley, la Constitución y la vida humana, en el puesto de jefe
policial de la región del Cibao para que acabara con las protestas y
apresara a los jóvenes de Licey al Medio, así como a los dominicanos que
quisieran, aún por medios pacíficos, mostrar su inconformidad o su
disidencia del gobierno insoportable
del perito agrónomo Hipólito Mejía. De
inmediato, al día siguiente, empezaron a caer nuevas victimas de los
tristemente celebres intercambios de disparos. Primero,
cayeron dos en un mismo día; luego cayó otro joven. Resulta
que como son crímenes y fusilamientos previamente estudiados por la Policía
Nacional, de inmediato apareció el de relaciones publicas de la Policía
Nacional, diciendo que uno de los muertos tenía más de 5 fichas. Es
harto evidente que son casos de ejecuciones fríamente calculadas. Y detrás
de todo esto hay, además de los fines políticos de intimidación y
preparatorio del terreno para fines dictatoriales por el poco delicado
Presidente perito agrónomo Hipólito Mejía, hay indicios de la evidencia
de mentalidades enfermas que hace tiempo están en manos siquiatras. Pero
apenas entrando al último fin de semana de noviembre, tenemos el acto
condenable de parte de la Policía Nacional que lanzaron bombas y disparos
de armas de guerra contra una pacífica y ordenada manifestación de jóvenes
y estudiantes de la ciudad de Navarrete. El
estado de derecho es indudable que ha sido vapuleado por las acciones
criminales y cavernarias de Pedro de Jesús Candelier con el apoyo y la
complicidad directa de Hipólito Mejía y el cardenal católico López
Rodríguez. ¡Demandamos
el respeto de los derechos humanos! ¡Demandamos
y demandamos que se ponga fin a tantos desmanes y crímenes
inconstitucionales e ilegales! ¡Alto
a los atropellos policiales! ¡Alto
al terrorismo oficial! |