Gobierno de Bush sumergido en la espiral del fascismo asume poderes dictatoriales En
una emisión anterior, con toda certeza afirmamos que el gobierno de Bush
estaba adaptando el fascismo como su línea de acción sobre toda la vida
nacional norteamericana. Al
resaltar que esta situación no era más que el desenlace de todo un
proceso que tuvo un punto crucial en la fractura, mediante el fraude
efectuado en las pasadas elecciones presidenciales de ese país, fraude
del que saliera electo George Bush. Si
se llega a creer que el fascismo es una consecuencia de los
acontecimientos estremecedores del 11 de septiembre, se estaría
cometiendo un grave error de unilateralidad y superficialidad, puesto que
con esa falsa interpretación se estaría levantando una muralla china
entre la realidad económico-social y política interna de un país
dominado en forma absoluta por los monopolios internacionales y la práctica
que de esa realidad surge y se desarrolla. Con
el predominio de los monopolios, la democracia política es necesariamente
desplazada por el interés exclusivo de los monopolios y se impone el
fascismo. Ahora,
un columnista del New York Times acaba de publicar un interesante artículo
titulado “Bush, con poderes dictatoriales”, del cual nos permitiremos
transcribir a continuación las siguientes partes, por ser las de más
interés general, citamos: “Mal
aconsejado por un procurador frustrado y preso del pánico, un presidente
de los Estados Unidos acaba de asumir lo que se traduce en poderes
dictatoriales para encarcelar, o ejecutar a extranjeros. Intimidado por
los terroristas, e inflamado por una pasión hacia la justicia brutal,
estamos permitiendo que George W. Bus se salga con la suya al reemplazar
el Estado de derecho norteamericano por los tribunales de guerra. “En
su infame orden de emergencia, Bush admite haber descartado “los
principios legales y las reglas de la evidencia” que sostienen el
sistema jurídico en Norteamérica. El ha asumido el poder de pasarle por
encima a los tribunales y establecer sus propios tribunales de guerra,
paneles de oficiales que juzgarán a los no ciudadanos sobre los que el
presidente solamente necesita alegar que “tiene razones para pensar”
que son miembros de organizaciones terroristas. Su tribunal irregular
puede ocultar evidencia citando la seguridad nacional, hacer sus propias
reglas, hallar culpable a un acusado aunque una tercera parte de los
oficiales estén en desacuerdo, y ejecutar al extranjero sin que una corte
civil revise el caso”. Todo
esto tiene un nombre. Esto es el fascismo mondo y lirondo. |