Hipólito: ¡He aquí la música, baila ahora!

 

Al presidente Hipólito Mejía, que se ha caracterizado por decirse muy macho y hombre de acción, la historia le está jugando lo que se dice un desafío.

Se cuenta que en una taberna un fanfarrón decía que él era el hombre que más bailaba y que mejor se movía, a lo que un parroquiano, tomándole la palabra, le dijo, bien, como tú dices que bailas tanto, no sigas hablando y como aquí hay músicos con sus instrumentos, manos a la obra: ¡He aquí la música, baila ahora!

El caso de Hipólito Mejía es el mismo. Si él dice que no está con la reelección, que él no hace el jueguito de  María Ramos que tira la piedra y esconde la mano, que él no acepta presiones, que él sólo está comprometido con la democracia y con las elecciones del 2002, la respuesta a la que tiene que apelar para ponerle coto a las acciones y planes macabros contra la democracia y la institucionalidad que fraguan los delincuentes erigidos en congresistas por obra y gracia de Peña Gómez y el PRD, es salirles al paso.

A esos lúmpenes sociales y desclasados que han transgredido todos los parámetros de la decencia y la honestidad, que tienen “jarto” al pueblo, y que pretenden hasta prolongarse 2 años en el ejercicio de sus funciones, por encima de la Constitución, y que osan hablar de que ellos van a modificar la Constitución, cuando a ellos nadie los eligió para tal fin, a esos lúmpenes, la historia reta a Hipólito Mejía a que se case con la democracia, se apoye en el Artículo 55 de la Constitución, los mande a su casa sin pago ni viáticos, e imponga por los medios que sea: ¡Elecciones en mayo del 2002 y Constituyente, o que entre el mar!