Los hospitales se caen a pedazos en medio de escándalos de corrupción funcionarios salud

 

En el área de la salud pública y el servicio de los hospitales públicos, la cosa ha tomado un carácter tan espeluznante y repulsivo que no hay un solo hospital en todo el país que esté funcionando siquiera en forma mínimamente aceptable.

El desastre del Darío Contreras de la ciudad de Santo Domingo, que estremeció a la opinión pública nacional, no es exclusivo de dicho centro, sino que prácticamente se ha generalizado e impera en todos y cada uno de los centros hospitalarios públicos.

Y hay algunos, como es el caso del Luis Eduardo Aybar, en donde se ventilan casos de corrupción millonaria, que envuelven a la administración, con su director y todo.

El flamante dirigente del PRD Rodríguez Soldevilla, mantiene o trata de mantener el hecho tapado para que no trascienda a la luz pública, con fines de proteger a los implicados y particularmente al Dr. Bonnet, que es de su camarilla, junto al ex incumbente, Dr. Corona, todos de una pandilla de politiqueros oportunistas, igual que César Mella, asesor médico de Rafael Hipólito Mejía, y que Ravelo Astacio, quien fuera nombrado, ilegal y arbitrariamente, como director de la Plaza de la Salud, de espaldas a la Ley y al reglamento del Patronato.

El desfalco por más de 8 millones en el Luis Eduardo Aybar tiene que ser aclarado. El actual director, como el anterior, tienen que esclarecer el asunto, y Rodríguez Soldevilla, que sepa que aquí el que está hoy en el gobierno, mañana puede amanecer en Najayo, o si no, tener que salir huyendo, como hiciera Amiro Pérez Mera al finalizar el gobierno de Salvador Jorge Blanco en el 1986.