Peña Gómez el lúmpen más lúmpen de todos los lúmpenes del
mundo Los perredeístas-peñagomistas están demostrando que sólo vivió para
convertir en mercenarios y canallas a todo el que creyó podía aportar al
país Si la
naturaleza de un árbol se conoce por los frutos que da, hay que concluir
que José Francisco Peña Gómez nunca pasó de ser un lumpen sin convicciones
serias ni mucho menos convicciones democráticas. Pues sólo basta
que se observe el poco respeto y lo huérfano de decencia que se muestran
los congresistas perredeístas peñagomistas, que han convertido el Congreso
Nacional, así como todo el mundo de la política, en algo propio de
depravados y desalmados. Los
perredeístas-peñagomistas -y todos dicen que lo son- están demostrando que
lo que es la institucionalidad democrática no les importa en absoluto, y
mucho menos guardan respeto o consideración por esta meta. Las elecciones,
igual que las otras actividades políticas, son para ellos, como dijera ese
lumpen más lumpen que todos los lúmpenes del mundo, para buscársela y
escalar posiciones sociales y económicas; lo de patria y soberanía
nacional, a los parias no les interesa saber ni siquiera qué es eso; en
fin, lo que hoy se ventila en las esferas congresionales o hacia el
interior del PRD, donde es imposible llevar a cabo una Convención libre y
democrática, nos dice y confirma que Peña Gómez sólo se esmeró en
corromperlo todo, en convertir en mercenarios y canallas inescrupulosos a
todo el que creyó que podía aportar, y equivocadamente se colocó a su
lado, algo para el desarrollo económico, político, social y moralmente del
país. Son los hechos
los que están hablando, con su lenguaje implacable. |