Candelier es obra del Vicariato, el Cardenal, prensa amarilla y Gómez Pepín

 

El sicópata Pedro de Jesús Candelier, hasta hace poco cabecilla del escuadrón de la muerte policial, al ser cancelado del cargo ha sido llevado a la jefatura de la llamada AMET (organismo represivo que se encarga de ordenar el tránsito callejero), y es de esperarse que siga ahí haciendo de las suyas.

Candelier se va de la Policía Nacional con más de mil ejecuciones sumarias de dominicanos, sin que en el país exista la pena de muerte por ley.

A la vez, se lleva a cuestas más de cinco mil dominicanos lisiados por torturas físicas y tiros deliberados disparados a nivel de las rodillas.

Violó y pisoteó derechos ciudadanos al por mayor y al detalle, como todo un general de horca y cuchillo.

Como sicópata y militar sicópata, Pedro de Jesús Candelier ha sido utilizado por los círculos de las clases explotadoras y las altas instancias de la Iglesia Católica, para perpetrar todos esos crímenes y demás actos bochornosos, que son en sí una ignominia y una vergüenza para la civilización, esta vez ha sido en busca de intimidar a la ciudadanía e imponer los nefastos designios del neoliberalismo.

Candelier siempre ha cometido esos tipos de actos bochornosos, y para ese fin, ha sido estimulado todo el tiempo por círculos bien conocidos y muy específicos.

Fue Leonel Fernández el primer responsable de este nuevo episodio sangriento en que participa Pedro de Jesús Candelier, cuando después de su segundo año de gobierno, lo colocara en la Policía Nacional y se hiciera, irresponsablemente, padrino de la orden del mayor general Nicolás de Jesús López Rodríguez de "mano dura" contra la ciudadanía.

Pero dicha orden fue ensalzada y sazonada por el siniestro Radhamés Gómez Pepín, director de "El Nacional" quien le hizo todo tipo de propaganda y llegó al extremo de repetir en formas reiteradas que si quitaban a Candelier de la Jefatura policial, habría en el país ese mismo día un desbordamiento de la delincuencia. Con ese burdo chantaje quiso, Radhamés Gómez Pepín, justificar las atrocidades de Pedro de Jesús Candelier.

De Radhamés Gómez Pepín, al que llamamos "Jack el Destripador", dado que su primera esposa fuera, poco después de la Guerra de Abril, descuartizada, y siendo él el sospechoso No. 1 por ser un badulaque alcoholizado, corrupto y mendaz, con el que la muerta estaba en escandalosos conflictos conyugales, Morillo López, entonces Jefe de la Policía, lo puso en libertad, a raíz de que este ex general policial, presentado por esa misma prensa y ese mismo tipo de periodistas como civilista, en Santiago hubiera matado también a su ex cónyuge de 36 puñaladas con un arma de 15 pulgadas de largo. Todavía el crimen de aquella infeliz mujer descuartizada y aparecida por Los Tres Ojos, está impune.

Es con sujetos tipo Radhamés Gómez Pepín (Jack el Destripador) que los círculos gobernantes cuentan para imponer sus campañas de crímenes y atropellos de los derechos y libertades democráticas.

Un Candelier no existe sin un cardenal del "diablo", sin gobernantes irresponsables tipo Leonel Fernández y Rafael Hipólito Mejía, así como sin el concurso de propagandistas mercenarios y venales amparados en la impunidad, como Radhamés Gómez Pepín y una prensa amarilla como la imperante en este desdichado país.