Rafael Hipólito Mejía expresa su trujillismo en ofensas y atropellos con sus sicarios al héroe antitrujillista Delio Gómez Ochoa
Lamentamos profundamente que una persona como Delio Gómez Ochoa, cubano residente en el país, y quien es considerado como un héroe nacional por el gesto solidario de acompañar a los mártires y héroes dominicanos que el 14 y 15 de junio de 1959 llegaron al país para combatir la tiranía trujillista, haya sido agredido y ofendido en Montecristy por parte de una turba de exiliados cubanos, acompañados de inescrupulosos y malos dominicanos. Delio Gómez Ochoa, quien reside en la República Dominicana, concurrió la semana pasada, el día 24 de marzo, a Montecristy a conmemorar el 105° aniversario de la firma del pacto entre José Martí, prócer y padre de la independencia cubana, y Máximo Gómez, generalísimo español que estuvo al servicio de las fuerzas colonialistas de España, que aquí fueran derrotadas en 1863, consumándose así la Restauración de la República Dominicana. Es un hecho indudable que las autoridades gubernamentales y del PRD en Montecristy hicieron un mal uso del Poder del Estado y de la Policía Nacional. El Gobernador de esa Provincia, el Síndico y Vice-síndico, todos del PRD, actuaron en contubernio con los exiliados cubanos que vinieron al país a deshonrar a un héroe para los dominicanos, como lo es el comandante Delio Gómez Ochoa. Sin embargo, nuestro comentario de repudio a esa bochornosa agresión, así como nuestra solidaridad para con el comandante Delio Gómez Ochoa, quedaría coja y pecaría de unilateralidad si no estableciéramos los vínculos existentes entre esa agresión a un héroe del antitrujillismo ejemplar, con la campaña a favor del trujillismo por parte de Rafael Hipólito Mejía. Este, con sus alabanzas y posturas poco respetuosas del sacrificio, sufrimiento y martirologio padecido durante 32 años por el pueblo dominicano a manos del dictador Trujillo y sus personeros, se ha dedicado a explayarse en expresión de identidad con aquel nefasto personaje. Y esa acción contra Delio Gómez Ochoa, agredido, golpeado y atropellado siendo ya un anciano, es una muestra de a dónde nos empuja Rafael Hipólito Mejía y su gobierno con su falta de compostura y con su falta de respeto hacia los más dignos valores del decoro y la libertad.
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