El país no puede seguir oyendo indiferente al señor Leopoldo Espaillat Nanita que, en forma indignante, se presenta como el adalid del nacionalismo para, detrás de ese disfraz, perpetrar la más canallesca e infame campaña de loas y alabanzas de la dictadura criminal de Rafael Leonidas Trujillo Molina.

El señor Leopoldo Espaillat Nanita, junto a otros guanajos de su misma calaña, tienen montado un programucho televisivo en el que sólo hacen promocionar las supuestas bondades de la dictadura trujillista y llegan al colmo de pretender endilgarle al tirano, títere y lacayo de los monopolios y el gobierno norteamericanos, la falaz condición de nacionalista.

Leopoldo Espaillat Nanita fue funcionario de la Secretaría de Obras Públicas durante la dictadura y su padre fue un medicucho capitán del Ejército de Trujillo.

Cuando se desmontó la dictadura, Leopoldo Espaillat Nanita fue justamente desplazado de Obras Públicas por la campaña de destrujillización.

Y es una desvergüenza, puesto que no se puede emplear otro término más exacto, de parte de ese Leopoldo Espaillat Nanita oírle resaltar su amistad, por ejemplo, con Robert Read Cabral, asesinado fríamente por los sicarios del SIM a raíz del tiranicidio.

Y esto es quizás, de parte de ese personaje, Leopoldo Espaillat Nanita, lo que pone más de relieve la catadura serpinterna de dicho sujeto, ya que se nutre de insignificancias y mezquindades para dar rienda suelta a un individualismo insoportable y nauseabundo de su parte.

Fue trujillista y no quiere que se lo digan. Vive ensalzando a Trujillo y no quiere que le digan lo que hace ni el sentido real que tiene eso que hace. Lleva y pondera positivamente en su programa todas y cada una de las basuras trujillistas, y en el colmo de su patológico y enfermizo individualismo, que refleja una mediocridad así como un complejo de inferioridad galopante, no lo piensa dos veces y presenta también fotografías de su niñez, por ejemplo, junto a Robert Read Cabral, en prueba supuestamente de su amistad hacia ese asesinado por las hordas de Trujillo luego del tiranicidio.

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