La gente del pueblo está palpando en los hechos y corroborando con su propia experiencia que el PLD y el boschismo, igual que el PRD y el peñagomismo, son una verdadera basura política e ideológica enlatada para envenenar el alma sana del pueblo, y convertir a las masas en instrumentos al servicio de sus propios verdugos.

Tanto Roberto Salcedo como José Tomás Pérez Checo, piensan como dos mercenarios, enemigos de la causa popular y de los derechos del pueblo. Que nadie se preste a engaños. Obsérvese que esos dos, bajo el pretexto de su "triunfo", concurrieron rápidamente donde Rafael Hipólito Mejía, y de inmediato empezaron a lanzar objeciones y amenazas contra los que, dentro del PLD, se resisten a doblegarse ante los funestos fines de Rafael Hipólito Mejía.

Se muestran sobornados y en sus reales cataduras de tránsfugas carentes de principios y sentimientos populares cuando hablan dándole respaldo a la agenda nacional, que es la bandera del gobierno y de los monopolios que han usurpado los bienes del pueblo, así como de los entregados a los intereses de los grupos bancarios que se reparten el país.

Roberto Salcedo es un farandulero carente de toda sensibilidad social. Como farandulero es un farsante. Y José Tomás Pérez Checo es un estúpido marketing que, como tal, es un sirviente de los grupos de comerciantes parasitarios. No otra cosa podía acarrearle el boschismo al pueblo dominicano.

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