La cuestión de que el revisionista Narciso Isa Conde sea, como discípulo del renegado convicto y confeso Gordo Cuello, un abanderado de la tesis de que el sujeto de la historia es el protagonista de los cambios sociales y políticos, sin que se sepa quién es el tal sujeto de la historia, no debe extrañarnos, ya que dicho disparate no es más que una confesión de ese rufián y oportunista Narciso Isa Conde, que hoy transita los resbalosos e inciertos caminos del anarquismo señorial pequeño-burgués, sin rumbo definido, a la deriva y exhibiendo el más ridículo individualismo.

Lo expresado por el revisionista Narciso Isa Conde equivale -si lo traducimos a un lenguaje práctico- a que si nos preguntáramos: "¿quién es la fuerza motriz de los cambios políticos y sociales?", nos respondiéramos: "el sujeto de la historia", y tal respuesta sería un embrollo, puesto que tal respuesta es una babosada que sólo busca eludir una respuesta concreta a un asunto bien concreto y específico para los comunistas, y que debe ser respondido con toda claridad y precisión de clase, sin titubeos ni medias tintas.

Mientras los anticomunistas y socialdemócratas asignan a los individuos aislados y a los llamados notables el papel del sujeto que hace la historia, los marxista-leninistas, esto es, los comunistas, asignamos a las masas trabajadoras y no a los individuos aislados el papel de fuerza que hace los cambios.

Las masas están compuestas por clases y no por individuos aislados.

Así, eso del oportunista y revisionista Narciso Isa Conde de hablar de sujeto de la historia y pintarse como el abogado del tal sujeto, sólo viene a corroborar que niega el papel que le asigna a la clase trabajadora el marxismo-leninismo. Este es bien claro y específico. De ahí que su tesis al respecto descanse en la lucha de clases y en las masas.

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