El hecho de que Roberto Santana haya aparecido justificando, y por esa vía apoyando, el anuncio de la odiosa presencia de neto corte intervensionista de 8 mil soldados norteamericanos ocupando toda la línea fronteriza del territorio dominicano, sólo tiene de nuevo el que viene a confirmar que el tal Roberto Santana, al igual que sus socios Ramón Colombo, Juan TH y demás gentuzas del campo de los plumíferos mercenarios, responden a un círculo de la prensa amarilla que está empeñado en todo tipo de actividades contrarias a la nación y al pueblo dominicanos y que actúa en forma inescrupulosa y como desalmados no sólo ante los monopolios internacionales, como son los grupos eléctricos de generadoras y distribuidoras, que han venido atropellando y abusando de la ciudadanía, al igual que mercenarios de los emporios telefónicos como Codetel, sino que todo eso lo hacen como parte de una amplia plataforma que encabezan agentes mercenarios e inmorales al servicio de las fuerzas internacionales propulsoras de la destrucción y saqueo del país, sobre todo están al servicio de los EE.UU., e incluye la participación directa del grupo a favor de todos los desafueros que cometan los grupos desaprensivos criollos contra la institucionalidad democrática, a la vez que son agentes promotores de la corrupción y del soborno como parte de superestructura de carácter típicamente mafioso que sistemáticamente ha venido operando en la sociedad dominicana, esto es, en desmedro y perjuicio de ésta.

Dicho grupo de mafiosos plumíferos y de mercenarios no es casual que sea el que haya estado apoyando y justificando todas las actividades del desacreditado gobierno de Rafael Hipólito Mejía.

Pero a la vez nos resultan aún más escandalosos los vínculos íntimos y estrechos de Rafael Hipólito Mejía con dicho grupo.

Resulta un escándalo mayúsculo para un país cuya economía está en franca bancarrota, que Rafael Hipólito Mejía les esté pagando medio millón de pesos aproximadamente a las más connotadas cabecillas de esa banda por el programucho "Una vez por semana".

Esa pandilla de energúmenos que encarnan en los actuales momentos, que se definen como de decadencia total, la mayor afrenta para las mismas legiones tradicionales de periodistas de a tanto por línea, cuyas actividades han terminado igualando ante los ojos y el criterio popular, a esos genízaros con los delincuentes más desalmados que se erigen en una de las peores amenazas contra las buenas costumbres y la esperanza de estabilidad y progreso para el país y la sociedad.

Esa pandilla empezó a estructurarse, sobre todo, a raíz del error cometido por la comunidad universitaria de la Autónoma de Santo Domingo, que permitió que Roberto Santana, sin aval académico, ni profesional, mucho menos cultural y con una alforja en sus espaldas y el sello denigrante en la frente de la amoralidad, asumiera la Rectoría en la más alta casa de estudios del país, que desde entonces ha entrado en un franco proceso de degradación, en donde la politización que la enaltecía, ha sido sustituido por el más denigrante proceso de policiación, esto es, en un centro de estudios donde priman las actividades policiales tanto en lo administrativo, académico, docente y hasta estudiantil.

La depredación de los bienes de la UASD fue institucionalizada allí y mientras Roberto Santana saliera del cargo con una residencia multimillonaria en una zona residencial, los Colombo y Juan TH se jactan de reclamar que de su enriquecimiento a costa de la UASD no hay rastros ni pruebas.

Lo que ahora hacen mancomunadamente con el mandatario de su Poder Ejecutivo en la radio y la televisión dominicanas, puede decirse que no tiene nombre, puesto que recién el gobierno le ha entregado 40 millones de pesos para su remodelación, pero a los círculos de faranduleros reaccionarios, como el del desacreditado Jackie Núñez del Risco, que le adeuda cinco millones de pesos y a otros similares, no mueven ni una paja para que les paguen.

Colombo, Juan TH y Roberto Santana son del equipo y proyecto político del Secretario de las FF.AA., José Miguel Soto Jiménez, y le correspondió al primero la redacción del libro que, a nombre de Soto Jiménez, este mismo publicara. Se trata, como se puede ver, de un proyecto del cual sólo lo peor de lo peor se puede esperar.

A Colombo lo encontramos en la revista de las FF.AA., así como en la revista Gaceta Oficial; así todo el mundo sabe lo que en verdad hay detrás de todo esto.

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