No es casual que justo antes de empezar a celebrarse los llamados Juegos Panamericanos, la gran inversión o sangría económica de más de 5 mil millones de pesos efectuada por el Estado Dominicano y en particular el gobierno de Rafael Hipólito Mejía en las edificaciones y otros gastos para la celebración de dichos Juegos hayan hecho sentir sus efectos catastróficos en la economía nacional.

Dicha sangría empezó una vez seducido el gobierno por la camarilla de parásitos vividores del Comité Olímpico Dominicano (COD) que encabezan los José Joaquín Puello y el farsante y fantoche Luisín Mejía, a quienes sólo mueve la ambición a saco roto, en componenda con el PPH, con los Hernani Salazar y los Sergio Grullón.

La inversión de tantos recursos por parte del gobierno de Rafael Hipólito Mejía ha sido decisiva para la quiebra económica que hoy afecta a todo el aparato productivo, así como a las demás áreas de carácter social como son la salud y la educación para sólo mencionar dos. Hay que recordar los cuantiosos préstamos tomados a la banca privada y los Bonos Soberanos por más de 700 millones de dólares para saldar dicha deuda aplicando la díscola política de más préstamos para pagar otros préstamos.

Sólo la fastuosidad, conjugada con una ambición personal desmesurada de parte de los organizadores y promotores tanto nacionales como extranjeros, que han devengado, por cierto, jugosas contratas multimillonarias, junto a la carencia de escrúpulos y falta de previsión pudieron permitir que se incurriera, por parte de los círculos de desaprensivos del país ya mencionados, en esta aventura de tan elevadísima inversión en edificaciones y complejos de costos altísimos, que están muy por encima de las posibilidades de un país cuyo pueblo se cae muerto de hambre y pobreza.

Esto se llama vacinilla de oro para orinar sangre.

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