Un crudo debate, una confrontación a muerte:

Joseph Stiglitz vs. Rafael Hipólito Mejía en el match del siglo en torno si tiene o no carácter catastrófico para el país el FMI

 

Para que los lectores de "¡Despertar!" juzguen por sí mismos y puedan arribar a una ecuánime, objetiva y lo más exacta posible idea respecto a lo que significará para el país la firma de un acuerdo financiero con el FMI junto al BID y el Banco Mundial bajo la bendición de las autoridades del tesoro norteamericano, les ofreceremos a continuación una confrontación de "tú a tú" entre dos, para este caso, excelentes contendientes respecto a si son o no ciertas todas las monstruosidades genocidas, destructivas de naciones, de sociedades y de la gente con que se adornan esas agencias financieras, sobre todo del FMI, lo que ha llevado a uno de los contendientes, que no es otro que Rafael Hipólito Mejía, a proclamar que con el FMI se ha cometido un abuso y se ha sido injusto y cruel hasta el punto de ser calumniado y sin razón satanizado.

El otro contendor en este "tú a tú" es el economista Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, ex–funcionario de primera categoría del Banco Mundial, en el que ocupó el cargo de primer economista en jefe y asesor del FMI, así como asesor número uno en materia económica de Bill Clinton, y, de más estaría decir, que es uno de los creadores de la trágica realidad de la que hoy por hoy la humanidad sana, trabajadora, pensante y de espíritu libre trata de derrocar, cambiar o enterrar definitivamente, esto es la globalización y lo que se llamó el nuevo orden económico internacional a través del neoliberalismo con sus cinco pasos estratégicos fundamentales. Hoy Stiglitz se arrepiente y abjura de las políticas económicas del FMI.

Rafael Hipólito Mejía, en cambio, es el Presidente de la República Dominicana, perito bachiller agrícola del Instituto Politécnico Loyola, que no es ni ha sido jamás ingeniero agrónomo y mucho menos agrícola, como compensación a lo que un loco viejo de esos que llaman sicólogos si no siquiatras llamarían complejo de inferioridad y marginalidad que se trata de ocultar por medio de una evidente y comprobada usurpación de título académico, lo que en buen derecho cae dentro del área de infracción a la ley. Si esto no se efectúa es por la falsedad de aquello de que todos somos iguales ante la ley, o de que la justicia es ciega e igual para todos.

Rafael Hipólito Mejía es hijo de una familia campesina de Gurabo, cuyo padre fue un fanatizado trujillista, y que nuestro contendor, como buen hijo de aquel mejor padre, es tan o más trujillista que su padre, aunque desde su adolescencia se ha inclinado, por consejo de los padres jesuitas del Loyola, donde estudió y se graduó de perito agrónomo, a no usar el nombre de pila suyo de Rafael ya que Rafael Leonidas Trujillo Molina que, según se dice, fue su padrino de bautizo y en honor a quien le endilgaron ese nombre, estaba muerto y le podría acarrear serios problemas. Por todo esto Rafael Hipólito sólo quiere que le llamen "ingeniero" (aun sea entre comillas) Hipólito Mejía.

Les pedimos excusas a nuestros lectores por estarnos extendiendo mucho sobre las cualidades personales que adornan y resaltan a nuestro principal contendor de este "tú a tú", ya que el otro, por ser gringo de ancestros no anglosajones, sino como alemanes o austriacos, de esos energúmenos hitlerianos, no es en absoluto de nuestra simpatías, sino más bien goza de nuestro absoluto e intransigente rechazo.

Pues bien, Rafael Hipólito Mejía nunca ha ejercido las funciones de perito agrónomo, tecnicismo bachilleril que siempre ha tenido al menos. Muy temprano se incorporó a los aguerridas tropas socialcristianas de la banda de derecha con olor a incienso y aguas benditas de parroquias de Yuyo D’Alessan-dro y Mario Read Vittini en San Cristóbal, la cuna de perínclito Rafael Leonidas Trujillo Molina.

Por esa vía le fue fácil constatar compañías alemanas en manos de nazis convertidos al democristianismo, como sería el caso de la Bayer que lo hizo representante del veneno Furadan y otras, que no eran más que comprobada cobertura para la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en el Tercer Mundo, particularmente en el Caribe, zona de América Latina que si mal no recordamos es donde se encuentra la isla de Santo Domingo, lugar donde constituimos la República Dominicana, un país al que su poeta nacional bendice denostándolo con expresiones peyorativas de "que no merece llamarse país" y para corroborar la validez de su aserto el Congreso Nacional, balaguerista y todo, le endosó el título de poeta nacional.

Pues bien, en este país, que para no pocos es un revolcadero de burros y que para otros, con el insigne antropólogo práctico José Ramón López a la cabeza, es una comunidad compuesta por una raza de ayunadores, de tránsfugas, jugadores, alcohólicos, incestuosos, sifilíticos, traidores y asesinos, según describe en su ensayo, vituperado por los hijos más lúcidos de esa comunidad y por los que integran ésta, sin nunca haber leído el polémico ensayo tan odiado por los curas y sacerdotes de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, Rafael Hipólito Mejía es el Presidente. Y en 3 años de gestión gubernativa no hay diablura que no haya dejado de hacer, logrando en ese tiempo récord disolver la moneda nacional en un 75% del valor o poder adquisitivo con que la encontró en agosto del 2000 cuando tomó posesión; ha hecho que esta moneda, que es el peso, esté casi 40 por 1 frente al dólar; ha hecho que los monopolios, principalmente españoles, adictos o testaferros de los capitales norteamericanos, hagan y deshagan; ha permitido y promovido que la cuarteta diplomática del diablo de Hans Hertell, puertorriqueño de sospechosa data, el Embajador canadiense, Figa López, una capataz española de José María Aznar que hace de representante del capital negrero español con rango diplomático y el tal Miguel Amado, un portugués que parece era hijo del capataz de una de las fincas del ex dictador Salazar de Portugal, también con título de Embajador, haga y deshaga a su libre antojo, sin que ese Rafael Hipólito Mejía le pare el coche, pues como bien se definiera ante la opinión pública mundial en entrevista con el comunicador Jorge Gestoso de CNN Internacional: "Yo, Rafael Hipólito Mejía, soy un lacayo y títere del imperialismo".

Aquí, aunque reconocemos que sólo hemos hablado de menos del 5% de las cualidades del mismo tenor y contenido que las señaladas del contendor de Joseph Stiglitz, ese ignorante saltapatrá y pelafustán de la economía capitalista e imperialista, en este match de "tú a tú", que ya damos formal inicio.

 

Joseph Stiglitz descifra el código secreto del Banco Mundial en su obra Los Males de la Globalización una Acción Planificada contra Países y Pueblos

 

Mientras Joseph Stiglitz, quien fuera antes de pasar a formar parte del gobierno norteamericano del presidente Bill Clinton economista en jefe del Banco Mundial, que es una institución básicamente apéndice del Departamento del Tesoro norteamericano ya que éste es dueño de casi el 55% de los fondos de dicha institución bancaria (Banco Mundial), ha proclamado en su reciente obra "Los Males de la Globalización" que, con ésta, simple y llanamente las grandes potencias –citamos-: "Han condenado a muerte a la gente", Rafael Hipólito Mejía, tan conocido por sus desaciertos como por la singular casualidad de que todo lo que hace deja inevitablemente en el paladar un acre sabor a corrupción y un inevitable olor a gatos barcinos entre macuto; y todo lo que afirma, esto es, declara por su boca, aún sea sobre su misma nacionalidad, su propio nombre, su profesión, su carrera exitosa o de fracaso como comerciante de agroquímicos, etc., deja una inevitable sospecha de que se está frente a una gran mentira, ha declarado: "La gente está equivocada con el Fondo Monetario Internacional -igual que con las demás agencias de su naturaleza, Banco Mundial y BID-, y es falsa la impresión de que daña las economías, tumba gobiernos, provoca pobreza y aumenta la miseria. Con el FMI y demás se ha cometido la gran injusticia de satanizarlos".

Este, siendo un país sometido durante siglos a un peculiar régimen teocrático donde todo lo decide el "si dios quiere" y el "gracias a dios" y, por consiguiente, donde la realidad objetiva no tiene ninguna validez y en el que cualquier salvaje ignorante, que no sabe siquiera bañarse, con una biblia o catecismo en la mano llama ignorante y poseído por satán al que habla de evolución y osa apelar en sustento de su convicción científica a las pruebas de la biología, las computadoras, la antropología, la geología, etc., etc. y etc., no es de extrañar pues que haya ya en este primer round de la confrontación entre el tenido por nuestro compatriota, pero según algunos no lo es ya que en realidad él mismo se definiera como nacionalizado norteamericano en Miami en el 2001, Rafael Hipólito Mejía, simple capataz de la finca del casi analfabeto ex–Presidente Guzmán, como lo caracterizara Hatuey Decamps, Presidente del PRD, y Joseph Stiglitz, Premio Nobel en Economía de Mercado, por lo que no sería extraño oír desde la acera de los partidarios de su contendiente Rafael Hipólito Mejía a un mercenario tipo Delí Herasme, secundado por un degradado moral llamado Aristófanes Urbáez, endilgarle a Joseph Stiglitz el sambenito de las dudas ya que la institución que le diera el premio es sospechosa de alguna parcialidad o de no estar de acuerdo con la reelección y su consigna 4 años más, por lo que complota para hundir el país, que para tales sujetos no es otro que los cuartos que reciben por los cuerpos de espionaje del gobierno de su jefe.

Greg Palast, un corresponsal de "El Observador" y la BBC de Londres, ha descrito que Stiglitz, durante la gran confabulación del FMI y el Banco Mundial, estuvo en la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, así como finalmente en Washington en el 2001, donde se encontraba no dentro del grupo de ministros y banqueros, sino detrás de los cordones policiales.

Stiglitz, descifrando el código secreto del FMI y el Banco Mundial titulado "Estrategia de Asistencia de País", sobre el diagnóstico para cada país que poseen el FMI y el Banco Mundial, resalta que se trata de una receta para comida rápida –fast food- efectuada por verdaderos expertos en el conocimiento de los hoteles de cinco estrellas que hay siempre en cada pobre país. Allí, se reúnen con el ministro de economía del país, al que le entregan el mismo programa de exterminio total que se ha aplicado o se aplica exitosamente para el fin diseñado en otro país que sigue la misma desgraciada suerte. Al ministro de economía, cosa que ha sido ya acordada con el Presidente del país, se le explica, con tal de levantarle el ánimo, que de por medio se va a repartir desde arriba y hacia los lados en el gabinete un 10% del dinero total envuelto, siempre y cuando cooperen para que el valor real del precio de los bienes nacionales sea rebajado en unos cuantos miles de millones de dólares.

Rafael Hipólito Mejía ha insistido siempre en que su gobierno, sobre todo en que en él y sus familiares más cercanos hay absoluta honestidad y honradez a toda prueba, y que está dispuesto a meter preso, usando el terrorífico DNI, que comanda uno tenido como primo hermano suyo y, por lo tanto, parte de su sagrada familia, a todo el que diga o presente algún dato que haga sospechar de aquella honradez y honestidad proclamada reiteradamente a vivas voces.

Sin embargo, ahora mismo se le acusa a él, esto es, a Rafael Hipólito Mejía mismo, de lo de una villa en Jarabacoa, con un derroche de cientos de millones, para otros por encima de mil, lo que sólo sería posible haciendo uso de los recursos del Estado o de prevaricación, conforme el artículo 102 de la corrup-Constitución vigente en el país. Esto para sólo citar un caso.

Mientras que a uno de sus hijos se le ha acusado de implicaciones en el contrabando fronterizo, lo que ha ocasionado una revuelta familiar; en tanto, ahora se dice que un hijo de Rafael Hipólito Mejía, que no tiene el gran negocio de Ramón Hipólito Mejía Gómez, apenas cinco días antes de que Lois Malkun hablara destapando el affaire crack Baninter-Báez Figueroa, sacó, es decir, retiró de este banco la friolera de 185 millones de pesos. Habría que indagarlo, y ello sería fácil pues ahí están los comprobantes. Pero de ser cierto, estaríamos comprendiendo por qué se habla de que, con lo de Baninter hay envuelto un maremoto financiero que no sólo se quedarían los altares sin santos, sino que se hundiría el país.

Stiglitz, ese advenedizo e ignorante, se opone a la privatización de electricidad y agua; en cambio, el sabio y buen hombre llamado Rafael Hipólito Mejía está en cuerpo y alma con la privatización hasta del aire que se respira por el bienestar de los pobres.

Cada vez más gente dentro del país y fuera de éste se pone de acuerdo con que es que Rafael Hipólito Mejía entiende que el bienestar a los pobres les llega con la muerte y que es esto lo que precisamente ha horrorizado a Stiglitz y de ahí este innegociable "mano a mano" hasta que uno quede en pie y respirando.

 

Sería saludable que Rafael Hipólito Mejía abandone cuanto antes la Presidencia del país, aún antes del 16 de mayo del 2004

 

Un fanático seguidor de Rafael Hipólito Mejía nos llamó y nos acusó de querer que Rafael Hipólito Mejía sea desalojado del Poder antes de cumplir el tiempo para el que fue electo. Y que sólo para ridiculizarlo confrontamos sus puntos de vista, que todo el mundo sabe que carecen de brillo y de peso, con los de un Premio Nobel como Joseph Stiglitz en Economía, que es como echar a correr en competencia a un burro "echor" y a un pura sangre, y eso no se hace -nos dijo aquel seguidor de Rafael Hipólito Mejía casi fuera de sí-.

Por nuestra parte, rechazamos esos criterios del amigo reeleccionista y continuista, pues, simple y llanamente, si Rafael Hipólito Mejía es un trotón, que no pretenda incursionar en competencias de alta categoría, que se cuide de lo que dice y de lo que hace para que no tenga que enfrentar situaciones que dan ganas de llorar y de reír al mismo tiempo.

Recuérdese que ha sido desafiante acusando de alarmistas y de satanizadores del FMI a los que advierten de los grandes peligros que han confrontado los países involucrados con el FMI, así como las peores consecuencias que han tenido que soportar.

Así, sin reparar en experiencias dice que si firmar con el FMI afecta a los pobres, él no lo hace entonces.

Pero ¿acaso el FMI deja alternativa a escoger a los países como el nuestro que recurren a él en busca de acuerdos financieros?

Rafael Hipólito Mejía dice que sí, y que si a todos los otros les ha ido mal, a él no, que es él, de quien el molde fue único y al nacer fue roto para que no naciera otro que pudiera parecérsele siquiera.

Pero, y Stiglitz ¿qué opina? Veamos. El Premio Nobel y ex economista en jefe del Banco Mundial opina lo contrario y dice: "Cuando una nación está -citamos textualmente- caída y en desgracia, el FMI se aprovecha y exprime hasta la última gota de sangre, incrementa el calor -junto a la ya alta presión- hasta que la olla, que es la nación, explota". Tal y como lo demostró imponiendo la eliminación de los subsidios a la comida y combustibles para los pobres, por ejemplo, en Indonesia en el 1998.

Que conste que ya eso lo han impuesto aquí los agentes del FMI criollos Rafael Hipólito Mejía y Andy Dauhajre.

Nuestro Rafael Hipólito Mejía es un optimista a carta cabal, aunque se sabe que él no es ni remotamente el fracasado empresario que, con sus cuentas en rojo, se vio precisado a vender su empresa Fuerza Agrícola poco antes de tomar el gobierno en el 2000 para que no le embargaran. Hoy día, Rafael Hipólito Mejía es otro. Y busca 4 años más para dejar definitivamente bien plantados a los de su sacrosanta familia.

Así, para Rafael Hipólito Mejía, la corrupción sólo fue un invento de mentes enfermas y que el Fondo Monetario Internacional nunca ha tenido que ver con lo del flagelo de la corrupción, que por parte de Rafael Hipólito Mejía no es cosa importante en su gobierno y cuando se le presentan casos con pruebas e informes detallados, con su omnisapiencia de campesino que intuye lo que no entiende, dice confiar en los comprobados corruptos, como es el caso de Silvio Carrasco del Indhri o Juan Vargas del Instituto de Auxilios y Viviendas, si no en casos como el de su "concuñado" Sergio Grullón o de su amigote Hernani Salazar y ni qué decir de su Consultor Jurídico o de sus ministros de Agricultura y de Obras Públicas, los Eligio Jáquez y Miguel Vargas Maldonado -el hijo de la calle del calié Pedro Rivera-.

Stiglitz no es tan condescendiente con el FMI cuando de las raíces de la corrupción se trata. Y a diferencia de Rafael Hipólito Mejía dice: "Del modus operandi del FMI el primer paso es la privatización que con más precisión debe llamarse sobornización. El FMI -dice- monta un teatro, en común acuerdo con los llamados líderes nacionales, y pone a éstos a decir que se trata de una exigencia del FMI para que liquiden las empresas nacionales de electricidad y agua". Y agrega Stiglitz: "Hay que ver aquel espectáculo y podía vérseles en los ojos cómo las liquidan a precio vil; los ojos se les abren a esos líderes nacionales ante la posibilidad de la famosa comisión del 10% pagada en cuentas suizas". Y el FMI goza con esto.

Rafael Hipólito Mejía, como se sabe, ha sido un implacable fomentador de la llamada liberalización del mercado de capitales.

Y por su parte el ignorante Joseph Stiglitz abunda en ácida crítica a la tal liberalización del mercado de capital, no sin antes vincularla a la sobornización, a la depresión y a la hambruna que por esa vía se estimula, y dice: "Esa liberalización del mercado de capitales es el paso 2 de la siniestra receta fondomonetarista, que es siempre la misma, no importa del país del que se trate".

Para que no haya de por medio asunto de suposiciones ni de especulaciones mentales para juzgar la actitud absolutamente al lado de la liberalización del mercado de capitales por parte de Rafael Hipólito Mejía, un neoliberal empírico y salvaje, recuérdese que en el país gobernado por él está de sobra comprobado, sin que nunca le haya importado un pelo, la sacada de divisas (dólares) cada quincena o cada mes por parte de las distribuidoras Edesur, Edeeste y Edenorte de electricidad, equivalentes a una hemorragia, así como por las llamadas generadoras, adquirientes a precio vil por medio de la sobornización de las instalaciones de la CDE, lo que se efectuó básicamente durante el gobierno de Leonel Fernández-corrup-PLD y la privatización o sobornización a la que con cinismo nunca antes visto le llaman "capitalización de las empresas estatales", en lo que intervino el corrup-PRD, el mismo Peña Gómez y Milagros Ortiz Bosch, entre tantos otros dirigentes de este contenedor de inmundicias sociales, como el de la figura despreciable llamado Ramón Alburquerque, etc.

En cambio, Joseph Stiglitz, el que, para los degradados Delí Herasme y Aristófanes Urbáez, cuya adición etílica nos lo muestra físicamente en TV como el amasijo de miserias humanas que es, moralmente sin escrúpulos, mercenario y desecho final de un boschista-oportunista contumaz, o para un dúo de krapulinski como el lumpen social de los ghettos marginales Juan T.H. y el hijo de la maipiola de Campoamor de los torturadores de la ergástula del 9 de la Fuerza Aérea Dominicana en época de Tunty Sánchez y Pirulo Sánchez Rubirosa, esto es, Ramón Colombo, no debe ser tomado en cuenta ni debe prestársele atención, este Joseph Stiglitz arremete dejando maltrecho y convertido en un disparatoso lacayo títere del imperialismo a Rafael Hipólito Mejía, tal y como él mismo, en arrebato de sinceridad y franqueza, admitió que lo es ante CNN y su periodista comunicador de TV Jorge Gestoso.

Así, Stiglitz reflexiona sobre las experiencias y hechos concretos en lo que se refiere a la liberalización del mercado de capitales y expresa: "En teoría, la desregularización o eliminación de todos los controles de la ida y venida de capitales -entiéndase sobre todo divisas en dólares- permite que la inversión de capitales entre y salga. Pero desafortunadamente esos dólares sólo salen y no vuelven más. Es el ciclo del dinero-divisa caliente". Y apunta su modo de operar diciendo: "Dinero en efectivo entra especulando con bienes raíces y moneda local y, ante los primeros problemas, escapa. Es lo que se llama capitales golondrina. De este modo las reservas de una nación -tal y como ha ocurrido en República Dominicana y las reservas del Banco Central-, son vaciadas en cuestión de días y horas".

Y cuando esto sucede, el FMI, que tiene un apologista o abogado del diablo en Rafael Hipólito Mejía, insiste en que se suban las tasas de interés al 30%, al 50%, al 80%, tal y como está sucediendo aquí desde hace tres años en forma más acelerada que antes, lo que según los propagandistas del FMI no es malo, sino que es un cebo o atractivo nuevo para seducir a los especuladores extranjeros de capital y hacerlos que regresen con los mismos capitales que le saquean, en este caso, a la República Dominicana.

¿Y el ojo, forastero en la tierra que desgraciadamente te vio nacer, cómo te ha quedado sabihondo chapucero?

Se trata de un match boxístico, de un verdadero "tú a tú" entre Joseph Stiglitz, de un lado, y el grandioso bocón del Furadán ecologicida Rafael Hipólito Mejía, que se ha robado al PRD habiendo entrado a éste por la puerta trasera desde el potrero reformista-balaguerista al que había llegado, a su vez, dando saltos y furtivamente desde el socialcristianismo o socialpistolerismo, previo entrenamiento con la CIA, bajo las sabias directrices de su gran amigo de hoy Jerry Dupuy, entonces jefe de trabajo de campo de los Cuerpos de Paz comandados por la Agencia Internacional para el Desarrollo -AID- y su labor de contrainsurgencia y espionaje desde el mismo momento en que la Alianza para el Progreso de Kennedy lo trajera a estas desgraciadas tierras, que ya muchos declaran que están malditas desde el 1492.

Estamos sólo en el tercer round de este "tú a tú" que, según nuestros expertos, en el quinto a más tardar hay que buscar una camilla y seis hombres fortachones para llevarse el cuerpo nocaut de Rafael Hipólito Mejía que, barrigón y cargado de grasa, fruto de los víveres con huevo y salchichón, está en evidente sobrepeso que le imposibilita retomar la iniciativa.

 

Las empresas monopolistas que protagonizan las privatizaciones y la globalización desangran y descapitalizan en vez de invertir con la complicidad de lacayos como Rafael Hipólito Mejía y Leonel Fernández, así como el trapo sucio de Joaquín Balaguer

 

Ya las empresas monopolísticas imperio-colonialistas concurrentes como aves de carroña que aceleran con sus acciones la muerte y putrefacción del cuerpo de cuyos despojos se han de alimentar, han instalado y afincado sus ventosas o mecanismos para la superextracción de dinero-dólares-capital y su colocación casi en forma instantánea fuera, bien lejos del territorio y ámbito nacionales dominicanos, en lo que llaman los centros hegemónicos o metrópolis inversionistas, EE.UU., Francia, Inglaterra, Italia o el centro del capital negrero por excelencia, la España de Franco, la Iglesia Católica y los fascistas de José María Aznar.

Todo ello bajo el amparo de la llamada urgente "liberalización del mercado de capital", nombre bajo el cual se institucionaliza como ley y todo, aprobada luego de pírricos sobornos por los prostituidos congresos que, como el dominicano, está integrado por lúmpenes, desclasados, mercenarios y amorales de las más bajas y pestilentes raleas y pertenecientes a los tres corruptos partidos principales del sistema, seguidos a su vez por una ensarta de grupúsculos de deshechos humanos seudo-políticos que si usted logra la hazaña de cambiarlos por excrementos humanos, de seguro que sale perdiendo. Los mercados públicos que pretenciosamente se les llama tribunales, con jueces y Ministerio Público reclutados dentro de los más insolventes y mediocres del seno de aquellos corrup-partidos y sus satélites, junto a las FF.AA. y la P.N., bajo la diligentísima iniciativa del Poder Ejecutivo -su Presidente y Vice-, lo cual se ha hecho patente hasta el fondo desde el gobierno Leonel Fernández-PLD y sobre todo con este desgobierno de Rafael Hipólito Mejía-PRD-PPgatos, se lanzan contra el país y su población a una verdadera cruzada para garantizar la eficiencia de la expoliación con tanta saña e intensidad como odio y disposición criminal han expuesto las tropas de los carniceros hitlerianos de Bush y Blair que hoy se lanzan sobre el pueblo y territorio iraquí.

Así, mientras Rafael Hipólito Mejía insiste y persiste en ser el garante de que con toda eficiencia los monopolios, por ejemplo, los de Fenosa y Edeste, mantengan en forma creciente el flujo de la hemorragia centrífuga de dólares-capital hacia los países cuna de esos capitales internacionales, y de tanto repetirse la acción, que se llega al punto crítico en que se encuentra hoy el país, cómo abordar el asunto de la economía nacional desde el punto de vista del interés general que es un choque que se produce en el centro del escenario de esta confrontación a muerte o match boxístico en el que Joseph Stiglitz ataca, reclamando la eliminación sin contemplaciones del adefesio neoliberal fondomonetarista llamado "liberalización del mercado de capital" que, de hecho, se ha convertido en una exportación de dólares de carácter hemorrágico, debiéndose imponer restricciones sustanciales y sin titubeos con carácter de vida y muerte para el país; por su parte, carente de la compresión común del asunto y huérfano de toda sensibilidad social y desterrado de su aberrado y mercurial entendimiento lo que significa lo nacional, o sea, lo dominicano, Rafael Hipólito Mejía ha pasado a repetir como una cotorra amaestrada el sonsonete, la cháchara de que: los precios sean regularizado por el mercado, conjunción de términos sofisticados que equivale, simple y llanamente: "A partir de aquí, el pueblo tendrá que soportar una diarrea indetenible de alzas continuas para subir los precios". La otra cháchara que Rafael Hipólito Mejía, con su raquítica compresión de los asuntos que requieren del ejercicio del músculo cerebral, el cual evidentemente se le atrofió en su período de gestación intrauterino de formación, con la que Rafael Hipólito Mejía pretende salir airoso de esta confrontación de "tú a tú" con Joseph Stiglitz es la que Andy Dauhajre le enseñó a deletrear y que reza así: ya próximamente, en un futuro venidero, o sea, en un tiempo que vendrá nadie sabe cuando, el pueblo-país verá los frutos positivos del resorte o mecanismos de que "el mercado disponga los precios de la comida, agua, combustibles, transporte y medicamentos".

Como el instinto de la supervivencia, componente del otro que llaman a su vez sentido común, indica que antes de que llegue el momento de poder ver los frutos positivos del libre juego entre los monopolios dueños del mercado, el pueblo estará diezmado y convertido en un amasijo inútil de canallas igual que los pitrincheros de Villa Consuelo, por ejemplo, al que sólo le resta morir, se hacen inevitables las protestas populares, a las que dentro de los mismos programas elaborados como recetas prefabricadas por los teóricos neoliberales y sus sirvientes del patio, tipo ese carajo llamado Andy Dauhajre, se les abre un capítulo titulado "disturbios del FMI".

Para un sujeto cuya sola mención es suficiente para que una guagua de transporte urbano, por ejemplo, se llene de sonoras expresiones cargadas de maldiciones y términos peyorativos que reflejan un odio efervescente contra su persona, contra lo que él representa y su gestión gubernativa; o bien para que de guaguas que comunican a una Provincia con la ciudad Capital se exija que sea dejado en el lugar que sea al imprudente pasajero que cometa la osadía de defender la reelección de Rafael Hipólito Mejía o pronuncie las palabras "4 años más", decimos que para un sujeto o contendiente-mona, que es como se llama en el lenguaje boxístico a los púgiles coge-golpes y aplicadores de procedimientos sucios para tratar de compensar así su falta total de calidad, como Rafael Hipólito Mejía, sólo les queda apelar a las mañas viejas y a la indolencia secular que entre sus recetarios siempre tienen a mano lo de la represión y los crímenes, caiga quien caiga en defensa de la paz y el orden como el super remedio.

Así, agotado y cansado por tantos fallidos planes de engaños, de tantos golpes lanzados al aire, de tanto viajes dilapidando los dineros de los fondos públicos o por bajos golpes tirados deliberadamente contra la población y el país, el contendiente Rafael Hipólito Mejía de este match de "tú a tú" con un formidable adversario, que es el experimentado Joseph Stiglitz, ostentando su premio Nóbel del 2001 en Economía más su título de ex economista en jefe del Banco Mundial y asesor de los gobiernos imperio-capitalistas y neoliberales por tanto, de Bill Clinton, luce agotado, al punto de que parece caer, arrastra los pies, los que ni siquiera puede levantar, la guardia no la puede sostener en alto, respira por la boca, suda, tiene los ojos cerrados de la hinchazón en sus pómulos, su rostro es un amasijo de sangre, parece que se va al suelo. Pero no, ahí está, queriendo seguir sin poder hacerlo y, para desgracia de él y de todos, suena la campana. Esta, no cabe duda que lo ha salvado.

Pero su esperanza ha de durar menos que una cucaracha en un gallinero o la alegría en casa de pobre. Ya veremos si el escándalo Baninter, sus desordenados ataques contra todos y contra todo, viendo molinos de vientos que confunde con gigantes y no porque tenga vocación de Quijote con ideales e ilusiones, sino por ser el suyo un caso mucho más trágico y lastimero, ya que, sin ideales, lleno de ambición y bajas pasiones y miserias humanas, sólo sabe urdir intrigas, expeler vulgaridades a diestra y siniestra como la de "vi muchas tetas", para festinar la respuesta esperada en torno a una reunión en Cenoví, nombre de una comunidad, o la vulgaridad aquella dicha a un infeliz reportero, a su regreso de uno de los tantos viajes que, con cuartos que no son suyos, gusta vivir efectuando, en donde para acallar a dicho periodista, le dijera, luego de echarle su brazo derecho por encima de los hombros: "¿y que diría tu mujer si supiese que mis servicios de información, dan cuenta de que tú estabas el viernes en la noche en una fiesta de maricones?", nos dice que, en efecto, no se trata de un Quijote idealista y noble, sino de un Sancho Panza, vulgar y fuera de quicio al encontrarse colocado, por el azar del destino, en una cimera posición para la cual jamás estuvo apto y a la que llegaría sólo por obra y gracia de la infamia de ese contenedor de basura que se llama PRD, hecho a su vez a su justa medida por ese hacedor de porquerías que en vida se llamó José Francisco Peña Gómez, oriundo de Haití, y presente entre los dominicanos sólo para causar daños.

Estamos pues en la antesala del round final donde Joseph Stiglitz ha de darle el más culminante y esperado knock out, con un recto entre boca y nariz, o sea, entre Boca Chica y La Caleta a su contendor Rafael Hipólito Mejía, de quien, tras ese golpe demoledor, se teme por su vida, ya que se especula que este match o "tú a tú", fue mal casado y muy mal pactado y que ha sido sólo equivalente a un suicidio para Rafael Hipólito Mejía, acto trágico que parece le acompaña, ya que así murió Guzmán Fernández, que lo sacó del puesto de capataz de su finca para colocarlo como su ministro de Agricultura, por donde se coló en el PRD, hasta usurpar su candidatura a la Presidencia.

 

El objetivo del FMI y el neoliberalismo no es el desarrollo de países y pueblos sino su destrucción total, cabal y completa

 

La sospecha de que el objetivo real del FMI es la destrucción total, cabal y completa de los países y Estados nacionales, lo que en su filosofía imperio-neoliberal son simples econichos de factores de producción, consumo y negocios y que otro tanto acontece con las otras agencias financieras internacionales y regionales como el BID, batuteadas casi directamente por no decir absolutamente por el tesoro de los Estados Unidos a través del Banco Mundial, afirmación que se sustenta a la vez en que el tesoro norteamericano es el dueño de casi el 55% de las acciones de dicho Banco Mundial, por lo que es correcto afirmar que es Estados Unidos su real dueño, repetimos así que las sospechas sobre los fines reales de destrucción nacional del FMI son cada día y a lo largo de todo el proceso histórico groseramente comprobados y requete comprobados.

Sin embargo un palurdo, que según el diccionario significa tosco y grosero, presidente Rafael Hipólito Mejía afirma y dice entender que el FMI es el que puede ayudar a salvar el país de la presente desastrosa situación económica-financiera que de por sí augura una gran confrontación social y política, y por entender el papel salvífico, o de salvador del FMI ha decidido firmar un acuerdo con éste, esto es con el FMI, sin oír la opinión de sus gobernados, más bien corroborando así su condición de pichón de antidemocrático dictador trasnochado y como tal, manojo de exabruptos absolutistas, ya que no cabe en su caso hablar de ser portador de pensamientos, ni nada que se le parezca.

Que sea pues la confrontación entre las opiniones de Joseph Stiglitz versus las creencias cuasi religiosas de Rafael Hipólito Mejía, que parten de la supersticiosa fe y el "yo creo" y no de la práctica y sus experiencias, en torno a si puede o no salvar al país un acuerdo con el FMI. Con esta confrontación parece que el "tú a tú" se aproxima a su desenlace final.

Stiglitz le entra a dos manos como una trompa marina al maltrecho cuerpo del palurdo que, evidentemente, está metido en camisa de once varas y por lo tanto no encuentra cómo salir de ella.

Joseph Stiglitz afirma: Los disturbios que provoca el FMI son deliberados hasta el punto de que son predecibles. Y subraya: "El FMI, el BID y el Banco Mundial lo que quieren es que la gente se muera. Cuando una nación está en la olla, el FMI se aprovecha sin piedad y le exprime hasta la última gota de sangre. Incrementa calor y presión en una conocida operación físico-química hasta que la olla explota por completo".

Qué lástima que nuestro compatriota sea un contendiente tan palurdo y de tan poco vuelo mental y moral, si atendemos a que la moral es un asunto social y hay que admitir que nuestro compatriota al que por ese primario sentimiento "nacionalista" quisiéramos ver triunfador, está al servicio de intereses y grupos sociales o clases fétidos, corrompidos, explotadores, parasitarios, a los que José Francisco Peña Gómez ató a ese amasijo de gente convertido en basura que es el PRD.

Pero esta pelea es un pleito de vida o muerte. ¡Fanático, no se vaya, que esto se pone bueno! Y, en efecto, el corresponsal de la BBC Greg Palast que está dentro del grupo de asistentes o seconds, como se dice en las lides boxísticas, le dice al rudo Nobel Joseph Stiglitz, para estimular en éste su agresividad contra el tambaleante Rafael Hipólito Mejía, como si quisiera que le arrancara la cabeza de un golpe demoledor:

Lo que tú no sabes -le secretea Greg Palast- es que ya tenemos varios documentos internos del Banco Mundial clasificados como "secreto", "restringido", "no revelar", "top secret" etc., y en todos ellos se habla con fría precisión que, con sus acuerdos promovidos a través del FMI con los países en la olla, como está República Dominicana ahora mismo, lo que se busca en realidad es crear la chispa que encienda la mecha de los disturbios y protestas sociales para probar a la vez la real catadura de criminalidad y genocida terrorista de las fuerzas mercenarias y antinacionales que, a través de los programas de los acuerdos bilaterales de seguridad estatal e interamericana, dichas fuerzas militares, y sobre todo sus mandos a los que se les han financiado programas de propaganda para disfraces y acicalamiento de sus reales rostros de gorilas portadores del virus de genocidio, han aprovechado esas cuantiosísimas inversiones.

Stiglitz, sin pérdida de tiempo, continúa como una locomotora sobre el infeliz palurdo que, al parecer, sólo está asistido por sus bajos instintos y su ambición desbordada, que en vez de tener un verdadero cuerpo de preparadores calificados se rodeó, conforme su mendicante mentalidad, de un grupo de buscavidas e impensantes, verdaderos patanes que sólo concibieron el PPgataje y el lambonismo, lo cual no resulta cuando se sube al cuadrilátero de las lides político-sociales, esto es, donde a la luz de la práctica se elucida y decide quién es quién de a verdad, y donde no vale lo de que "María estaba lavando y se le acabó el jabón". Es el lugar donde no vale arrugar el hocico sino que hay que pitar, y hacerlo con armonía y elegancia.

Joseph Stiglitz está de nuevo en forma despiadada encima de nuestro palurdo compatriota del Poder Ejecutivo, y le arremete un recto al "jocico" con el que le dice que no olvide que el FMI sólo beneficia a un reducidísimo número insignificante dentro de los que operan como bancos o agencias locales. Se trata de que en estos pactos del FMI sólo gana el tesoro norteamericano.

Pero como una reacción reflejo de supervivencia para su causa perdida, el palurdo compatriota de su Poder Ejecutivo Rafael Hipólito Mejía lanza un golpe que lo deja fuera de balance y posición. Se trata del argumentajo de la llamada "estrategia de asistencia social para acabar con la pobreza".

Y es aquí señores donde Joseph Stiglitz le asesta su demoledor golpe de bibijagua que lleva de bruces como un saco de batata con piogán a Rafael Hipólito Mejía ¡a la lona! Tratamos en este esfuerzo final de descifrar ese golpe mortífero, ya que allá a lo lejos de este coliseo se ven los paramédicos y se trata de hacer llegar a la ambulancia hasta la cercanía del ring, puesto que el contrincante de Joseph Stiglitz no se mueve y se teme que esté en estado comatoso y en la misma antesala de la muerte.

¡Santísimo! ¡Que golpe! Parece un rayo, ni Rocky Marciano en sus mejores tiempos. El rostro macilento de Rafael Hipólito Mejía está peor que Rolan Latarza la noche que Marciano lo destrozó para retirarlo del boxeo profesional.

Pero oiga usted cómo se explica la dinámica de este golpe: es que la reducción de la pobreza según el Banco Mundial, el FMI lo ha de propiciar con la fórmula mágica de la acentuación del libre comercio, recordando aquella preciosa regla de oro del desgraciado Marion Landais: "que coma el que pueda, y el que no, que se muera".

Eso quiere decir, explica Stiglitz, el libre comercio según la otra guillotina de la globalización que se llama la Organización Mundial de Comercio (OMC) y que sólo es equivalente dicho libre comercio con las guerras de saqueo llamadas guerras del opio y textualmente dice:

"Esas guerras fueron para la apertura de mercados. Como hicieron en el siglo XIX los europeos y americanos hoy todavía están derrumbando las barreras a la importación en Asia, América Latina y Africa y, a la vez, están levantando barreras propias para proteger a sus mercados internos contra la agricultura del Tercer Mundo. En las Guerras del Opio el Occidente utilizó bloqueos militares para forzar la apertura de mercados para su comercio ventajista. Hoy en día, el Banco Mundial puede ordenar un bloqueo financiero igualmente eficaz - y a veces, igualmente mortal".

Reafirmando: el FMI, el Banco Mundial, el BID y la OMC son máscaras intercambiables de un solo sistema de gobierno.

Y concluye diciendo: "Lo del FMI, BID, Banco Mundial y OMC, son 4 pasos del mambo monetarista y neoliberal. Y cada vez que sus acuerdos fracasan y se derrumban sus soluciones de libre mercado, el FMI, que es el cancerbero, ordena más política de mercado libre que equivale al remedio de las sangrías de la Edad Media. Cuando el paciente se moría decían: bueno, lo que sucedió fue que nos apuramos en suspender el desangramiento, todavía le quedaba un poco de sangre más".

 

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