Francia se apresta a la prohibición de todo símbolo religioso en las escuelas con la aprobación próxima, para ser aplicada en el año escolar 2004, luego de que el Presidente Jac-ques Chirac diera en un discurso del miércoles 17 de diciembre del 2003 su aprobación al curso de la Ley que será conocida en febrero del 2004 en el Congreso de dicho país.

Lo que sea, crucifijo o cruces cristianas, el velo musulmán y la kipá judía, no serán permitidos como símbolos en los planteles escolares por parte de éstos. El que quiera creer en vagabunderías mágico-religiosas, es asunto personal suyo, y que lo haga en su casa como le venga en gana.

La ley se aplicará con carácter especial en las escuelas, aunque se espera que ese laicismo, que propicia la más absoluta separación entre el Estado y las iglesias, se haga extensivo a todas las esferas de la actividad social francesa.

Específicamente es notable que Jacques Chirac, el Presidente de Francia, resaltara que la escuela es una conquista de la República burguesa contra el feudalismo clerical, al decir que la escuela pública es un fruto de la República y la era republicana.

La propuesta, ya con forma de Ley a ser aprobada y de inmediata aplicación para sacar el oscurantismo de las escuelas, que han de ser centros de práctica y enseñanzas científicas de verdades comprobadas, y no de vagabunderías primitivas y salvajes como son las creencias supersticiosas en que se fundamenta toda creencia religiosa, en particular el perverso y pervertido cristianismo donde no hay absolutamente nada original que no sea la más rotunda orfandad de originalidad, va dirigida a reforzar la Ley francesa del año 1905 que separa al Estado de la Iglesia.

Este es un rotundo golpe al oscurantismo de las religiones, y en particular el cristianismo que, operando como opio de los pueblos, preconiza la ignorancia en lugar de la certeza y la seguridad del saber científicamente comprobado.

Sin embargo, mientras eso sucede en Francia, nuestro país lamentablemente, viviendo todavía en la era de las cavernas y el primitivismo cuasi salvaje, tiene que sufrir los efectos de una ley inconstitucional que obliga en las escuelas públicas a la lectura de la Biblia, ley aprobada por un Congreso perredeísta ante propuesta de un animal libanés llamado Eliíta Wessin Chávez y secundado por un rufián, lumpen y degenerado oportunista llamado Rafa Gamundy Cordero, al tiempo que fuese promulgada por el gobierno neoliberal y pusilánime del agente de los consorcios monopolistas internacionales y de los Estados Unidos, Leonel Fernández y de su partido Pálido.

Esa ley que obliga a la lectura de la Biblia y que ha estimulado una campaña ferozmente salvaje de parte de la Secretaría de Estado de Educación, bajo el control de la Iglesia Católica, Sociedad Anónima y de la babosa Milagros Ortiz Bosch, es contraria no sólo a la misma Constitución reaccionaria vigente que postula la libertad ideológica y de creencia, sino a la marcha de modernización y cientifización del mundo, y por lo tanto de la escuela como instrumento que ha de contribuir a forjar los nuevos y verdaderos hombres libres del futuro.

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