El Jefe policial Marte Martínez, tras haber superado en el número de ejecuciones por sus escuadrones de la muerte las cifras récord dejadas establecidas por Pedro de Jesús Candelier, tiene el tupé y la cara dura de proclamar que lo que es la Policía Nacional dominicana es una de las policías más eficientes del mundo, ya que del 100% de casos pendientes ha resuelto casi el 82%, faltando apenas un 18% por resolver.

Los más de 1,000 fusilados sólo en el año que acaba de transcurrir, esto es, el 2003, diría Marte Martínez que es representación clara de su eficientísima policía. Si alguien lo duda que le sume los más de 6 mil dejados lisiados de sus extremidades motoras por los bestiales disparos rompe-piernas efectuados por esos mismos verdugos de Marte Martínez al detener a un ciudadano por cualquier motivo o sospecha.

¿Con qué criterios es que Marte Martínez aborda el balance trágico delictivo de la Policía Nacional?

No cabe duda de que lo hace con unos criterios propios de una persona que en vez de tener el uniforme y el orden en la sociedad bajo su mando debería estar preso o en un manicomio donde se estudien las más horripilantes consecuencias de sicopatías o criminales natos.

Cuando la ciudadanía oye expresiones como las que en forma descarada formula ese Jefe policial, necesariamente tiende a inquietarse y a empezar a convencerse de que cuando este mismo Jefe o carnicero habla de que la Academia de Hatillo ya no es el centro donde se preparan los agentes represivos, lo que en realidad ha querido decir y ha dicho es que la ha convertido en la academia que gradúa a profesionales del crimen y los fusilamientos en la forma más eficiente del mundo.

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