Contraste descomunal entre obispos dominicanos y de los Estados Unidos ante homosexualidad de los curas

 

El Episcopado católico de los EE.UU. acaba de poner en circulación un libro a nombre de la Conferencia de Arzobispos de dicho país en el que rechaza la disposición del Papa y el Consejo Cardenalicio de Roma que trazó la línea de propiciar la impunidad de los sacerdotes homosexuales y pedófilos, y no aceptar la propuesta de los obispos norteamericanos de tolerancia cero para dichos degenerados.

Mientras esas eran y son las pretensiones vaticanistas y papales, los obispos norteamericanos, entendieron que sólo con una postura verticalmente firme contra la epidemia de homosexualidad y violaciones de niños y niñas por parte de los sacerdotes católicos, tendría la Iglesia por delante la posibilidad de sobrevivir por más tiempo en EE.UU. Así, los obispos, para respaldar la validez impostergable de su línea de tolerancia cero para con los protagonistas portadores de esas aberraciones sexuales y de sus actos, han dado a la publicidad en un libro el estudio realizado por ellos al respecto. En el mismo dan cuenta de que por lo menos cerca de 12 mil casos de jóvenes y niños violados y estuprados por los curas homosexuales y pedófilos se les han reportado.

Habiendo tenido que pagar multimillonarias cantidades de indemnizaciones a las víctimas de dichos abusos sexuales por parte de los curas católicos, la sucursal de esta Iglesia transnacional en los EE.UU. está económicamente quebrada, al tiempo que moralmente y en cuanto a perfil está por los suelos.

Si se compara la actitud de los obispos estadounidenses respecto a tales hechos con la que asumen los obispos, el Cardenal y el Nuncio Apostólico, representante del Vaticano, S.A. en el país, se podrá comprobar que los de aquí resbalan tal vez por una larga trayectoria de amoralidad y respaldan como gatos boca arriba, a los curas incluso de reconocida y comprobada trayectoria homosexual, como es el caso del padre Domingo Espinal.

Pero en República Dominicana, además, hay complicidad de parte de las seudo autoridades judiciales, particularmente del Ministerio Público, que son representantes del gobierno, lo mismo que la Judicatura, que se inclina por la protección y la permisibilidad a favor de los curas y la Iglesia con sus aberraciones de toda índole, que los coloca de lleno en el terreno de la amoralidad.

Lo de la desestimación de la formal querella contra el degenerado y reconocido homosexual y, en particular pedófilo, violador de menores de edad que es el cura católico Domingo Espinal Reynoso por parte del Ministerio Público, representado por el Procurador General de la República, Víctor Céspedes Martínez, Máximo Aristy Caraballo y la tal Elisa Sánchez, son un reflejo exacto de la podredumbre y el vaho pestilente y nauseabundo que emana como de un volcán de fetidez permanente de la mal llamada justicia dominicana, y en particular del Ministerio Público.

Céspedes Martínez no sólo es el medio de que se vale el hampón Guido Gómez Mazara para poner la Procuraduría al servicio de la criminalidad y del narcotráfico, sino que él mismo está rodeado de gentuzas escogidas por su conducta carente de escrupulosidad y de espaldas permanente a la moral.

Por ejemplo, tiene como su asistente a un abogaducho llamado Henry Blanco, que es parte de su mafia en la desacreditada Escuela de Derecho de la UASD, y allí, en las materias que imparte como profesor, se caracteriza no sólo por su falta total de dominio de las mismas, sino por la forma parcializada en que corrige los exámenes, por ejemplo, otorgándole notas inmerecidas a la hija de Víctor Céspedes de nombre Heidi Céspedes, e incluso poniéndola a corregir los exámenes; dándose el caso comprobado y denunciado de que esa Heidi, como buena hija de su padre Víctor Céspedes, en el examen deja dos y tres preguntas sin contestar al momento de entrega del examen, Henry Blanco le entrega las pruebas a corregir a Heidi Céspedes y, de vuelta, al publicarse las notas, resulta que Heidi Céspedes aparece junto a los estudiantes que llenaron completo sus exámenes, con igual nota, y hasta con las preguntas que dejó en blanco contestadas, tal y como se demostró en pleno curso hace dos semestre y, en tanto, ese rufián llamado Henry Blanco, que es el brazo derecho de Víctor Céspedes, como si tal cosa, no toma en cuenta el fraude cometido por Heidi Céspedes, sino que la premia privilegiadamente poniéndole de nota un 92. Para prueba un botón.

Pero la exculpación del cura homosexual no se para ahí, sino que es un hecho que sirve para corroborar la real naturaleza homo de Juan TH, al que acusamos de ser tal, y de ahí su enllavadura con el cura Domingo Espinal, que a la vez es coronel de las Fuerzas Armadas.

Juan TH reclamó, apenas el último miércoles de enero, que se premiara al cura homosexual Domingo Espinal igual que él, con un desagravio y una compensación.

La opinión pública debe entender y conocer que Juan TH, junto a Mario Rivadulla, que es un gusano cubano, Orión Mejía, primo hermano de Chaljub y la cotorra muerta a escobazos Consuelo Despradel, son en realidad socios del mismo cura homosexual y pedófilo Domingo Espinal, quien además es un agente de primer orden del cardenal Nicolás Hildebrando Borgia López Rodríguez, que es quien se ha movido para que se exculpe a Domingo Espinal.

Aquellos 4 junto a éste forman un grupo del PPH, lo que explica en parte este descomunal acto de amoralidad que aplasta la moral pública.

 

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