El pueblo debe aprender de sus propios errores

¡Ojalá pueda hacerlo!

 

El país, y sobre todo el pueblo dominicano, han estado pagando a un precio muy alto sus propios errores históricos y las actitudes que por las malas influencias asimiladas provenientes de sus dirigentes políticos y religiosos, los han arrastrado a no saber distinguir los amigos de los enemigos, ni lo correcto de lo incorrecto, y a no tener en claro un asunto tan elemental como el de que los partidos políticos, la prensa, las ideas y todas las instituciones responden estrictamente a intereses de clases, y que, por lo tanto, si no están guiados por la concepción de oposición y lucha contra el régimen de explotación capitalista, a la franca y sin tapujos, esas instituciones y sus cabecillas actuarán sólo en interés de los explotadores burgueses y, por lo tanto, a favor de mantener subyugadas a las masas de los trabajadores, tanto del campo como de las ciudades.

Este engaño de que ha sido objeto el pueblo por parte del PRD y de Rafael Hipólito Mejía, en representación directa de José Francisco Peña Gómez, es real y efectivamente doloroso, y la población de abajo está sufriendo en carne viva las consecuencias de todas las estafas que Peña Gómez sistematizó y sintetizó a nombre de lo que se ha dado en llamar peñagomismo.

Este, ha quedado demostrado que en nada beneficia a las masas, las que por cierto han venido padeciendo en forma tan rápida como violenta la pérdida de toda conquista social, como en el orden de los hospitales públicos, transporte a bajo precio, educación pública relativamente aceptable, etc., etc.

La situación, deteriorándose vertiginosamente como nunca antes se había visto, hacía esperar que encontrara una sólida y firme oposición de parte de los sectores políticos y sociales que durante tanto tiempo se venían jactando de ser defensores del pueblo, de sus masas, y de poseer una visión revolucionaria que era tan efectiva que había superado la ciencia de la revolución y bandera de los explotados en pie de lucha que es el marxismo-leninismo; así, se decía que el boschismo, igual que el peñagomismo o el balaguerismo, eran herramientas idóneas para el pueblo luchar por conquistar una situación aceptable cuando menos; sin embargo, ahí están los hechos que nos retratan un panorama catastrófico en el que las masas populares están cada vez más acorraladas y hostigadas por el fuego implacable y continuo de los explotadores y el gobierno de Rafael Hipólito Mejía y el PRD, que hace pensar que si el pueblo no reacciona y se yergue, abandonando la posición genuflexa y servil de morirse de hambre y en la postura infame de arrodillados y con la frente postrada en el suelo, las masas serán convertidas, o en un montón de cadáveres de muertos por inanición y de desnutrición y hambre, si no en un montón de inmundicias y seres viles, por los que no vale la pena desplegar ningún esfuerzo.

Nosotros confiamos, conforme nuestra apreciación marxista-leninista de la realidad y de la naturaleza de las masas y de su papel que despliegan como soporte que dinamiza la marcha del desarrollo de la sociedad y de su historia, que más temprano que tarde el pueblo dominicano despertará de su letargo e impondrá su decidida voluntad de no dejarse matar de hambre así como así.

Frente a esta situación que ha sobrevenido a consecuencia de la política económica neoliberal, dictada e impuesta para su exclusivo beneficio e interés por los monopolios norteamericanos y de Europa, con la bendición de las iglesias cristianas, la gente ingenuamente creyó y aun todavía lo percibe en esa forma equivocada, que el PLD, y Leonel Fernández en particular, podían haber desplegado una real lucha de oposición a todos estos males que aplastan a los dominicanos y en consecuencia al país.

Pero eso era y sigue siendo una idea tan ingenua como equivocada que, por desgracia, todavía sostiene mucha gente.

El PLD y Leonel Fernández de nuevo han defraudado a la población que tenía esa idea errada y con ello al país o, por lo menos, a una parte importante de éste.

Y no podía ni será de otra manera, ya que en el fondo, tanto Leonel Fernández como el PLD, son el fruto de la actividad al servicio del imperialismo de Juan Bosch y el boschismo, que tan exactamente representan el PLD y Leonel Fernández.

La gente ha esperado que el PLD y Leonel Fernández, como si no se diera cuenta esa gente que éstos son neoliberales y responsables directos de haber atado al país al desastre que para nuestros países y pueblos representa el neoliberalismo, sostuvieran una enérgica política de oposición, defendiendo la suerte y la situación económica de la población, y dicha oposición nunca ha aparecido.

La gente esperaba con ingenuidad que el PLD y Leonel Fernández actuaran contra sus propios compromisos neoliberales que los atan a la reacción política y a los grupos de los verdugos.

La gente se resiste a entender que detrás de toda propuesta de reforma hay una clase, así como al frente de cada institución y práctica social despótica hay también una clase reaccionaria, a la que sirven partidos políticos y líderes políticos.

Mientras la gente no logre liberarse, desembarazándose de esas ataduras que representan su atraso y su pasividad, seguirán siendo víctimas del engaño de esos demagogos políticos de la burguesía y de su prensa, radial, escrita y televisada.

Pero también será víctima de sí misma, de su propia ingenuidad, de su propio atraso y de su propio envilecimiento. La gente, sin embargo, parece que ya anda entendiendo que el conformismo y la indiferencia frente a los problemas que le conciernen, dejándoselos a otros para que se los resuelvan, le está haciendo un daño tremendo, en lo que no pocas veces se les va hasta la vida suya y de sus suyos.

No vale la pena lamentarse ni tampoco fajarse a llorar. Lo que cuenta es sacar experiencias y hacer conclusiones que ayuden al pueblo a enmendar sus errores para reemprender la lucha.

Esperaba la gente que el PLD y Leonel Fernández hicieran una real oposición de fondo, pero en verdad sólo han sabido chismear y escandalizar como auténticas mujeres de patio. Pero, si algo es cierto, es que el PLD y Leonel Fernández han demostrado carecer de voluntad de lucha y de una concepción que les empuje a ir al fondo de las cosas, que es lo que el pueblo y el país realmente han necesitado.

 

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