LA LÓGICA DEL FRACASO EN LOS REACCIONARIOS Rafael Hipólito Mejía acorralado y atrapado en un callejón sin salida sólo tiene una disyuntiva ante sí: O hunde el país en el caos o recurre por sí mismo a ahorrarle al país su presencia nefasta
Un recurso propagandístico muy usado del lumpen amasijado o apilado en el contenedor de basuras sociales o lúmpenes que son los desclasados sociales llamados PPgatos, facción del PRD gubernamental, es el que consiste en propalar una supuesta invencibilidad del cavernícola cabecilla del hampa politiquera que ha hundido a este país y que tiene acogotado al pueblo dominicano que está sometido a una situación de miseria, hambre, desatenciones médicas, sufrimientos, desesperación y angustia provocadas y creadas en los actuales niveles por la responsabilidad directa de Rafael Hipólito Mejía y su desgobierno. Dicen estos repetidores irracionales en forma cínica y burlona: ¡¡Hipólito siempre se sale con la suya!!, y nada más falso, aventurado y peregrino que esta falaz expresión que opera como un cebo colocado en un anzuelo para pescar incautos que les gusta lo fácil y seguro, como buenos aprovechados u oportunistas en el sentido vulgar del término. Contrariamente al dicho sin sentido de que Rafael Hipólito Mejía siempre se sale con la suya, la práctica indica que es exactamente lo opuesto: que Rafael Hipólito Mejía y sus hampones políticos desde su desgobierno y como politiqueros no pegan una, que todo les sale mal y andan desde el 2000 hasta la fecha de fracaso en fracaso, lo que se corresponde con lo formulado como la lógica que rige la conducta y comportamiento de todos los recalcitrantes politiqueros opuestos en cuerpo y alma al pueblo, carentes de ingenio y de talento, como es el caso de Rafael Hipólito Mejía y sus PPgatos. Dice Mao Tsetung que la lógica que rige la conducta de los reaccionarios y recalcitrantes, tipo Rafael Hipólito Mejía, es levantar siempre una pesada piedra para aplastar a sus adversarios, al pueblo y al país, y terminar por dejarla caer sobre sus propios pies. Empiezan y elucubran planes perversos y malditos contra los demás, y terminan no logrando lo que se proponen sino por dañarse y perjudicarse ellos mismos hasta quedar colocados en un atolladero sin precedentes equivalente a un callejón si salida. Cada actuación perversa se convierte así en lo personal en un nuevo nudo corredizo sobre su mismo pescuezo, y nudo corredizo de ahorcamiento sobre nudo corredizo, un día, el menos esperado de todos, resbala hasta con una cáscara de guineo y ahí todo concluyó para él y los suyos. ¿No es ésta la lógica que describe la trayectoria desgraciada y odiada de Rafael Hipólito Mejía y su hampa política?, es una buena pregunta. Y la única respuesta sensata es que, ciertamente, Rafael Hipólito Mejía está aislado, desesperado, sin perspectivas halagadoras y luce desde todos los ángulos sumamente desesperado, padeciendo una torturante y angustiosa agonía que hace que muchas gentes piadosas clamen: "A pesar de ser tan perverso este Rafael Hipólito Mejía, ¡qué pena y qué lástima me da verlo sufrir esta despiadada agonía en que vive!". Y no es para menos, ya que hasta los pobres de espíritu y desesperados, que por su falta de calidad humana una vez convertidos en blancos de la inescrupulosidad, y de ahí que los vemos actuando casi como mercenarios, al tiempo de repetir el sonsonete falso de que siempre Rafael Hipólito Mejía se sale con la suya y obtiene lo que quiere, no se percatan de que están admitiendo que en gran medida el desastre que le impone Rafael Hipólito Mejía al pueblo y al país es porque Rafael Hipólito Mejía así lo quiere, lo que retrata lo incalificable que es éste y deja muy mal parado a quien le hace el juego. Además de que la mejor prueba de que Rafael Hipólito Mejía ha fracasado en todo cuanto ha intentado y de que no ha logrado nada de lo que se ha propuesto, y esto, presumiendo que ha querido alcanzar algo que él, Rafael Hipólito Mejía, se imagina (aunque desgraciadamente no pueda pensarlo pues carece del órgano del pensamiento por dolencia de nacimiento) como algo bueno para el pueblo y el país, es que éstos, pueblo y país, sencillamente lo aborrecen hasta el máximo, llegando al punto de que su misma convención de PPgatos le atribuye apenas un 3 por ciento o menos del electorado dominicano, tal y como se lo habían enrostrado los otros precandidatos del PRD, que al parecer acaba de destruir definitivamente. En el último boletín informativo sobre la convención del PPH del 18 de enero se dice que concurrieron a ella 600 mil personas, mientras que reconoce que el padrón del PRD tiene 1 millón 750 mil inscritos. Como se sabe, entre guardias, policías y empleados públicos y pagados de ocasión, en esos 600 mil había cerca de 200 o 300 mil y que muchos otros fueron obligados para conservar una prebenda o un miserable sueldito. De ahí a que Rafael Hipólito Mejía cuente con mucho menos de 170 mil votos que, en relación al padrón o listado de los votantes del PRD, representan apenas el 10 o menos del 10% de esos votantes perredeístas. Y sumando el padrón electoral perredeísta un 30% del total de los dominicanos con derecho al voto, hay que concluir que matemáticamente el 10% de ese monto sólo representa el 3% de la población electoral del país, que sería con lo que cuenta Rafael Hipólito Mejía, y la pregunta que se cae de la mata es: ¿puede llamarse invencible, que siempre se sale con la suya, a un gobernante que antes de 4 años goza de tan abrumador rechazo popular? O bien, preguntémosle a esos tergiversadores y manipuladores: ¿No es acaso que el envilecimiento les hace tomar lo negro por blanco, lo amargo por dulce y el dolor por el placer? El asunto es para pensarlo. No hay duda.
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