Con la muerte de González Tamayo resalta burla de Bosch a la lucha y al sacrificio de los dominicanos por la libertad y contra la dictadura de Trujillo
Hace varios días falleció el ciudadano Armando González Tamayo, que fuera Vicepresidente electo junto a Juan Bosch en las elecciones del 1962, cuando éste resultara electo Presidente, por 7 meses. De eso hace 42 años. La selección por Juan Bosch de un anodino y mediocre médico como su acompañante en la boleta electoral del PRD no cabe duda que fue significativa, en tanto puso de manifiesto la siniestra inclinación de Juan Emilio Bosch y Gaviño de hacerse acompañar en la boleta electoral (en la que optaba por la Presidencia de la República en las primeras elecciones supuestamente libres después de 31 años de una férrea y criminal dictadura) de personajes grises, esto es, de hombres del montón, que no pudieran hacer-le sombra, disentir de él, ni siquiera tener una opinión, ya que casi siempre se caracterizaban por la orfandad de formación intelectual y de preparación política. Con ese paso Bosch enlodaba no sólo la dignidad de la política y los políticos, sino que azuzaba para que esta actividad se ensuciara, y en-señaba a la vez a ser pasivo en la lucha por los derechos democráticos para que un pendejo te escoja como Vicepresidente del país. González Tamayo fue un médico del montón, sumamente atrasado, conservador, católico-recalcitrante y mezquino al extremo, que vivió lleno de miedo y con la única esperanza de que dios se apiadara de él. Fue un empecinado anticomunista que nunca rebasó el nivel más elemental de la compresión de la democracia, de las libertades democráticas y del quehacer político. Su falta de personalidad y todo esto que aquí ponemos de relieve para evidenciar la real catadura individualista y enfermiza del archi-traidor Juan Bosch y Gaviño, puede decirse que quedó palmariamente comprobada en el hecho de, como él mismo narrara para destacar su fidelidad incondicional hasta la irresponsabilidad frente a Juan Emilio Bosch y Gaviño que impusiera semejante personaje, que políticamente era una afrenta y un descrédito para la brega democrática que tanto sacrifico y vidas humanas le costara al pueblo dominicano y al movimiento democrático en su lucha ininterrumpida contra la dictadura del tirano y criminal Rafael Leonidas Trujillo Molina, de que cuando Juan Bosch le dijo, la noche del 23 de septiembre del 1963, que iba a firmar su renuncia del cargo para el que fue electo como Presidente constitucional, él, González Tamayo, le agregó: "Haz la renuncia por los dos". La selección de personajes que tienen a menos los valores de la democracia y la lucha por la libertad, sirve para confirmar que Juan Emilio Bosch y Gaviño nunca en realidad supo valorar el significado ni la importancia de la lucha que, por más de 30 años, libró el pueblo dominicano contra la infernal dictadura de Rafael Leonidas Trujillo Molina, por la libertad y la democracia. De esto son otras pruebas tanto su despectiva y degradante consideración de que la oposición a la dictadura del sátrapa Rafael Leonidas Trujillo Molina era una lucha de carácter oligárquico, que falta a la verdad histórica y con lo que sólo buscaba ocultar su conocida cobardía e ineptitud absoluta para sacrificarse por una causa elevada; su falaz invención del supuesto carácter nacionalista del dictador, que es otra falsedad del archi-traidor y demasiado disparatoso Juan Bosch; así como su maridaje espurio, desde que arribara al país en el 1961, con el tirano alimaña Joaquín Balaguer, alianza y apoyo que mantuvo vivos hasta el último día de vida. Como se recordará, Bosch respaldó a Balaguer en una famosa carta secreta al lumpen José Francisco Peña Gómez en la que consignaba que cuando el PRD se abstuviera de ir a elecciones en mayo del ‘70, mandara por debajo a votar por Pedro – que en este caso era Joaquín Balaguer. Se recordará que ese maridaje fue tan escandaloso y afrentoso para la causa democrática que se estableció, sin faltar a la verdad, que si Bosch no hubiese existido, Balaguer y sus amos yanquis se lo hubiesen inventado.
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