Enloda al país igual que Rafael Hipólito Mejía con sus ridículas payasadas

Leonel Fernández hace de lobbista, que es lo mismo que un farandulero de la especulación y la estafa de valores

 

Circula la información respecto a que el flamante y aún más locuaz Leonel Fernández, Presidente de su gobierno cada vez más pálido, concurrió como todo un prominente lobbista a dejar abierta la sesión de la bolsa de valores en el área del mercado materias primas de Wall Street, del Estado de Nueva York, Estados Unidos de Norteamérica.

Un lobbista, para precisión de los radioyentes y lectores de las páginas de nuestro Periódico “¡Despertar!”, y para todo aquél que desee enterarse, es aquel agente comercializador que hace los amarres, contactos y promociones para la venta de lo que sea, a cambio de una comisión por el logro del objetivo de parte de los ofertantes; por ejemplo, como aquel famoso hombre del maletín que ha simbolizado la corrupción, el mercenarismo y la venalidad o, en una palabra, la brutal prostitución de venderse al mejor postor del llamado Congreso y congresistas, esto es, diputados y senadores de este desgraciado país.

Del mismo modo, debe saberse que el mercado de valores o bolsa de valores de Wall Street es el escenario por excelencia de operación de los grandes consorcios de los monopolios y el capital financiero internacional que los sustenta, lo que lo hace equivalente al matadero y centro de descuartizamiento de los degollados y sacrificados bienes y riquezas de las naciones víctimas del saqueo y la expoliación de las colonias y de sus respectivas poblaciones explotadas y subyugadas. De seguro que Leonel Fernández, quien en la foto en que aparece dándole apertura a las actividades de la bolsa de valores de Wall Street luce extasiado, igual a la postura que asume cuando se dedica a lanzar todos sus disparates como apologista del neoliberalismo y abogado del diablo en contra del país y el pueblo dominicano.

Leonel Fernández, no cabe la menor duda, que vive entregado a la nostalgia de su frustración de no haber nacido norteamericano, teniendo que conformarse con hacer de su lacayo y sirviente cipayo.

¿El pretexto para tratar, tanto Leonel Fernández como los palidistas boschistas de justificar lo injustificable?

¡Oh! “Que el país está en crisis y hay que hacer lo que sea y lo que esté al alcance para salir a camino”. ¡E’ pa’lante que van!

Siendo así, no nos extrañaría llegar a ver a este mismo personaje, aún siendo supuesto Presidente de este país, concurrir a dejar abierto un espectáculo de las grandes prostitutas y gays de París en el Moulin Rouge, pues no se debe olvidar que la prostitución, el proxenetismo, la pedofilia y la homosexualidad son ofertados como los grandes atractivos económicos del turismo, que es la primera actividad productiva del país. Lo único es que Leonel Fernández no se atrevería a hacer de maestro de ceremonias a la inauguración del majestuoso espectáculo ese si antes el gobierno norteamericano de George W. Bush y Condoleezza Rice no se lo autorizan, una vez que dicho papel de maestro de ceremonias e inaugurador de la apertura de tan vistoso y financieramente costoso espectáculo se llevaría a cabo en Francia, que ahora mismo se contrapone a la política de exterminio y saqueo genocida yanqui en Irak; y todo lacayo genuflexo y servil debe cuidarse de no despertar la ira del amo por temor a la segura represalia. Siendo éste (República Dominicana) tan pintoresco país tropical que, según se dice se rige por la norma de: “cógelo donde te lo den”, y “donde te lo den cógelo y no te apures que a caballo da’o no se le miran los dientes”, y el personaje tan originalmente reciclado, que tampoco causaría extrañeza que lo encontráramos como maestro de ceremonias dando apertura a un congreso de brujería en Colombia, Brasil o en Haití, claro, previo permiso o de la jerarquía católica, sobre todo si es Thimothy Broglio, representante vaticanista de la mafia siciliana-norteamericana en el país o si no de los entreguistas protestantes, que son el punto fuerte de George W. Bush, como los de la Iglesia de la Redención de los Estados Unidos, que dicen que sólo los anglosajones son hijos de Eva con el dios cristiano, y que los negros, judíos, hispanos, asiáticos y cruza’os somos descendientes del cruce de Satanás, hecho serpiente, con la infeliz Eva.

De Leonel Fernández-Pálido al hampón troglo Rafael Hipólito Mejía y sus perrodés pepegatos ¿cuál es la diferencia? Es una pregunta que se cae de la mata. Y la respuesta obligada es clara y contundente: “La que hay entre el lumpen original y puro sin ningún artificio y el lumpen reciclado. Pero lúmpenes desclasados todos e iguales al fin y al cabo".

 

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